El Bar?a vuela direcci¨®n Madrid

El Bar?a meti¨® la directa en el Insular de Las Palmas. Avistaba la final contra el Real Madrid, pero sab¨ªa de primera mano c¨®mo se las gasta el Gran Canaria, que le hizo sufrir en los dos primeros partidos del Palau y le ten¨ªa cogido el tranquillo en su cancha, donde le hab¨ªa superado en siete de sus ¨²ltimas nueve visitas. Se propuso no dejar lugar a dudas y lo consigui¨®. Concentrado, serio, eficaz, con un gran tir¨®n en el tercer cuarto, sell¨® el pase a su s¨¦ptima final consecutiva, una final que empezar¨¢ el domingo en Madrid (12.30, TVE-1). Volver¨¢n a verse las caras los mismos protagonistas de la final de la pasada temporada, con ventaja de cancha en esta ocasi¨®n para el Madrid, al contrario que el a?o pasado.

Pertrechado en defensa, listo de manos, riguroso y certero en la mayor¨ªa de las facetas que suelen decantar el partido: ritmo de juego, rebote, alg¨²n que otro cambio t¨¢ctico, circulaci¨®n de bal¨®n, equilibrio entre juego interior y exterior, el Barcelona fue apoder¨¢ndose de la cancha, con Marcelinho y Navarro al tim¨®n. Los detalles arruinaron al Gran Canaria, las p¨¦rdidas de bal¨®n, las faltas que lastraron a un jugador vital como Toolson ¡ªsum¨® la cuarta cuando todav¨ªa faltaban 15 minutos¡ª y la oscuridad de su juego interior. B¨¢ez, Nelson y Slokar se estrellaron contra las torres del Bar?a. Fallaron un mont¨®n de tiros y eso redujo las opciones del Gran Canaria. Cuando le entraron los triples, los de Beir¨¢n y Toolson al principio, mantuvo el tipo. En cuanto fallaron los primeros tiros, no encontr¨® alternativa. El Barcelona puso tierra de por medio en el tercer cuarto, tras el duelo personal entre Navarro y Toolson con el que tom¨® velocidad el partido.

Marcelinho movi¨® al equipo con soltura. Cuando no asist¨ªa, anotaba y, en cualquier caso, movi¨® el bal¨®n con criterio. Al Barcelona solo le cost¨® engrasar la m¨¢quina en el primer cuarto. No jug¨® c¨®modo Tomic, en el mismo extra?o tono ausente y desacertado del segundo encuentro en el que ni siquiera lanz¨® a canasta. Le supli¨®, sin alardes, pero con la eficacia que le caracteriza desde su reciente llegada al equipo, Mavrokefalidis. Con el p¨ªvot griego, m¨¢s la incorporaciones de Ingles y Oleson, muy acertados en el tiro, el Barcelona fue marcando la diferencia. Roto ya el partido y, animado por la inercia del juego y de sus compa?eros, Tomic mostr¨® signos de recuperaci¨®n.

En definitiva, se repetir¨¢ la final de la Liga de la pasada temporada y el cl¨¢sico tantas veces vivido este curso. En la Supercopa, en Zaragoza, el triunfo fue para el Madrid (95-84); en la Copa, en Vitoria, para el Barcelona (111-108 tras una pr¨®rroga); en la Liga, el 30 de diciembre en el Palau, tambi¨¦n venci¨® el Barcelona (96-89, con 33 puntos de Navarro), pero el Madrid le devolvi¨® la moneda, el 28 de abril en el Palacio de los Deportes (78-65), solo unos d¨ªas antes de repetir triunfo en la final four de Londres (74-67). La final de Liga, al mejor de cinco partidos, culminar¨¢ el duelo por antonomasia del baloncesto espa?ol.