Una meta de altura
Con la inc¨®gnita del portero titular, Espa?a parte hacia Maracan¨¢ frente a un hueso como Uruguay
A la mejor Espa?a siempre le cost¨® arrancar en las ¨²ltimas grandes citas. Sucumbi¨® con Suiza en el Mundial de Sud¨¢frica y dej¨® un rastro de dudas tras el empate con Italia en la Eurocopa de 2012. En Recife, en su apertura en la Confederaciones, hoy (0.00, Telecinco) le espera Uruguay, un hueso, por historia y presente, campe¨®n de la Copa Am¨¦rica en 2011 y cuarto en el ¨²ltimo campeonato del mundo. Un pa¨ªs tan demogr¨¢ficamente futbolero que tiene tres millones de futbolistas, como sostienen no pocos feligreses de la Celeste. No se presagia una noche de tumbona para La Roja, que arranca con el firme prop¨®sito de amplificar a¨²n m¨¢s su prestigio con una traca final en Maracan¨¢, una meta de altura, all¨¢ donde precisamente un uruguayo, Alcides Ghiggia, logr¨® un imposible: ¡°Solo el Papa, Frank Sinatra y yo hemos logrado silenciar Maracan¨¢¡±, proclam¨® el jugador que enmudeci¨® a la Torcida en su Mundial de 1950. Hoy no parece ninguna quimera para esta Espa?a, pero su adversario tiene motivos para creer en los sue?os.
La selecci¨®n de Vicente del Bosque llega a la Copa sin sobresaltos, sin otra ch¨¢chara que la del portero y el infinito debate sobre qu¨¦ nueve o sin nueve. Ya sin urgencias hist¨®ricas, debates propios del f¨²tbol, que siempre da que hablar. El grupo espa?ol est¨¢ cohesionado en torno a la figura de su seleccionador, sin fisuras, as¨ª que elija ¨¦ste a Casillas o Vald¨¦s nada deber¨ªa agrietar la convivencia. Al menos, desde las entra?as del equipo. Otra cosa ser¨¢ el ruido que llegue del extrarradio. ¡°Alinee a quien alinee no me equivocar¨¦¡±, ha dicho el t¨¦cnico, en una muestra de confianza absoluta en los tres guardametas convocados. Espa?a tiene guardianes muy solventes.
El grupo espa?ol est¨¢ cohesionado en torno a la figura de su entrenador, sin fisuras
El caso del ariete es m¨¢s complejo. Desde la lesi¨®n de Villa a finales de 2011, ni el Guaje ha vuelto a ser el mismo ni ninguno de sus relevos ha tomado la delantera. En la previa a la Confederaciones, Soldado parece haber prevalecido. Pero a Del Bosque nunca le ha disgustado la idea de Cesc como postizo. La ecuaci¨®n est¨¢ en su cabeza y tiene recursos para paliar cualquier posici¨®n. Si le faltan delanteros naturales, se ancla en los centrocampistas, un selecto racimo del f¨²tbol espa?ol en el que abundan toda clase de jugadores: de corte defensivo, arquitectos, filtradores del ¨²ltimo pase y hasta llegadores. Recursos que a Espa?a le har¨¢n falta para encauzar su hoja de ruta hacia Maracan¨¢.
En principio, a la espera de una imprevisible Nigeria, solo Uruguay puede complicarle el tr¨¢nsito. Tiene alma, es una selecci¨®n de pierna dura y la adornan dos delanteros de primera categor¨ªa, Luis Su¨¢rez y Cavani. Con mayor o menor talento, Uruguay siempre huele a f¨²tbol. Por ello, est¨¦ donde est¨¦, es m¨¢s que probable que tambi¨¦n hoy el escritor montevideano Eduardo Galeano cuelgue a la puerta de casa: ¡°Cerrado por f¨²tbol¡±.
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