Ram¨®n ¡®Tarz¨¢n¡¯ S¨¢ez, el Cipollini valenciano
Obtuvo la medalla de bronce en el Mundial de 1967
En 1967, a los 22 a?os reci¨¦n cumplidos, Eddy Merckx gan¨® su primer Mundial. As¨ª podr¨ªa comenzar la historia del ciclista m¨¢s grande de la historia, y, sin embargo, por apenas 50 cent¨ªmetros, pudo haber comenzado de otra manera. Por ese medio metro, el resultado de una d¨¦cima de segundo de duda a la hora de lanzar el sprint, simplemente, pudo haber ganado aquel Mundial, tan llano y afectado por el viento, de Heerlen (Holanda) el valenciano Ram¨®n S¨¢ez, llamado Tarz¨¢n por todos, por su incre¨ªble vigor f¨ªsico y por su cuerpo, gigantesco esculpido en m¨²sculo, que falleci¨® ayer a los 73 a?os. Gan¨® Merckx por delante del local Jan Janssens (que ganar¨ªa el Tour el a?o siguiente), pero a nadie habr¨ªa sorprendido la victoria de S¨¢ez, porque era rapid¨ªsimo, uno de los mejores espr¨ªnteres que ha dado Espa?a. S¨¢ez qued¨® tercero, y cuarto Gianni Motta, el italiano que hab¨ªa iniciado la escapada de seis que decidi¨® el campeonato. Por primera vez despu¨¦s de la Guerra Civil, un espa?ol ascend¨ªa a un podio mundial (en 1935 fue segundo Luciano Montero), lo que no era poca gesta en aquellos a?os de autarqu¨ªa tambi¨¦n para el ciclismo.
¡°Nos faltaba ambici¨®n y mentalidad para salir a competir fuera de Espa?a¡±, recuerda Txomin Perurena, el gran ciclista coet¨¢neo de S¨¢ez, y encarnizado rival. ¡°Eran los tiempos en que los ciclistas de cada pa¨ªs solo corr¨ªan en su tierra. Como dec¨ªa Agust¨ªn Tamames [otra figura de la ¨¦poca, ganador de la Vuelta de 1974] a los que se atrev¨ªan a correr en el extranjero: ¡®?Ande vas, macho?, cada uno a su pa¨ªs¡±.
En su pa¨ªs, en Espa?a, S¨¢ez ¡ª¡°m¨¢s ancho y al menos tan alto como Cipollini, que mide 1,90, tan grande era Tarz¨¢n¡±, recuerda su compa?ero y luego presidente federativo Fulgencio S¨¢nchez¡ª gan¨®, entre otras cosas, siete etapas de la Vuelta a Espa?a, en la que destacaba con su maillot rosa del Ferrys, equipo en el que desarroll¨® sus mejores a?os, o con el del Pepsi-Cola o el del Werner o el del Margnat-Paloma del ¨²ltimo Bahamontes, con el que corri¨® en 1965, al comienzo de su carrera, o con el amarillo de la Vuelta que luci¨® unos d¨ªas de 1969 o con el maillot de campe¨®n de Espa?a, tambi¨¦n en 1969.
Con ese maillot tan llamativo lo recuerda justamente Perurena durante una etapa de la Volta a Catalunya por la costa de Tarragona. ¡°Se estaba pegando con Luis Oca?a, que dec¨ªa que se re¨ªa de ¨¦l, y d¨¢ndose bien, uno agarraba del cuello al otro y otro intentaba darle patadas a la bici del otro¡±, dice el ciclista guipuzcoano. ¡°Y yo me met¨ª por medio para separarlos, y como suele pasar me llev¨¦ la peor parte. Me ca¨ª y se me sali¨® el codo. Me tuve que retirar, pero gracias a ese incidente al d¨ªa siguiente pude asistir al nacimiento de mis mellizas¡¡±. Pero m¨¢s que por este incidente, que no le hace justicia, pues S¨¢ez no era agresivo ni violento ¡ªaunque los comisarios de la etapa solo le expulsaron a ¨¦l de carrera, no a Oca?a¡ª, Perurena recuerda al valenciano por su velocidad, su audacia y su amor por los jilgueros y canarios, que criaba en su casa de Chirivella (aunque hab¨ªa nacido en Quart de Poblet en 1940). ¡°Me acuerdo de una llegada en la Vuelta a Benic¨¤ssim en la que ni hab¨ªa por donde pasar y ¨¦l en los ¨²ltimos metros encontr¨® un hueco imposible y pas¨®¡±, dice Perurena. ¡°Y otro d¨ªa, cuando las etapas de la Vuelta terminaban en campos de f¨²tbol donde instalaban unas pistas de madera muy estrechas, se sali¨® de la pista, pero pudo volver y ganar la etapa¡±.
¡°S¨¢ez era mi protector y en el llano siempre me cuidaba y me llevaba a cabeza. Ten¨ªa una potencia que se llevaba por delante a todo lo que le pusieras. Luego, la monta?a la sub¨ªa como pod¨ªa¡±, dice Fulgencio S¨¢nchez, quien coincidi¨® con ¨¦l en el Margnat-Paloma y recuerda sobre todo sus andanzas por la Vuelta a Portugal en los d¨ªas agobiantes de calor, sus calamidades y aventuras. ¡°Hac¨ªamos siempre habitaci¨®n, que a veces era tienda de campa?a porque nos alojaban en campamentos¡±, dice S¨¢nchez. ¡°Y all¨ª gan¨® dos etapas Ram¨®n. Portugal era lo m¨¢s lejos que ¨ªbamos en aquellos tiempos en los que los grandes equipos eran el Kas y el Fagor y los dem¨¢s busc¨¢bamos acomodo donde pod¨ªamos¡±.
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