El rey de los momentos decisivos
Djokovic doma a Del Potro en cinco sets y se confirma como el mejor en partidos de largo aliento El serbio se cita en la final con Murray, que busca ser el primer brit¨¢nico en vencer desde 1936
Este es Thor con su martillo disfrazado de raqueta. Juan Mart¨ªn del Potro dispara pelotazos a 192 kil¨®metros por hora. Pega y no pregunta. Sus fauces se abren en rugidos y sus pu?os se aprietan reclamando pelea. El n¨²mero ocho, campe¨®n del Abierto de EEUU de 2009, hace de todo para ganar su partido de semifinales, que le enfrenta a Novak Djokovic: supera break de desventaja en la cuarta manga, dos bolas de partido en contra en el desempate de ese parcial, tiene la primera pelota de rotura del quinto¡ y pierde 7-5, 4-6, 7-6, 6-7 y 6-3 ante Nole la semifinal m¨¢s larga de la historia de Wimbledon (4h43m). El serbio, en consecuencia, jugar¨¢ por el t¨ªtulo contra el local Andy Murray, vencedor por 6-7, 6-4, 6-4 y 6-3 del polaco Jerzy Janowicz.
Antes, el Nole-Delpo. El n¨²mero ocho acaba abraz¨¢ndose al n¨²mero uno. Sufriendo ¡°una amargura terrible¡±. ¡°Triste por haber perdido tan cerca de la victoria¡±. Protagonista de ¡°un encuentro dram¨¢tico¡± que coron¨® a Djokovic, el mejor de los mejores en la larga distancia. El serbio se impone en el 71% de los partidos que apuran todos sus parciales, m¨¢s que Rafael Nadal ¡ª69%, incluida su brillante remontada ante el serbio en semifinales de Roland Garros¡ª; el brit¨¢nico Andy Murray ¡ª68%¡ª y el suizo Roger Federer ¡ª65%¡ª.
¡°S¨¦ que al final de un partido con un top, en las ¨²ltimas rondas de los grandes torneos, son tu fuerza f¨ªsica y tu capacidad mental de ser fuerte los que deciden el ganador¡±, explic¨® el serbio, al que a¨²n le escuece la derrota ante Nadal en la pen¨²ltima ronda de Par¨ªs, donde mandaba con break de ventaja en la quinta manga. ¡°Saber eso es lo que me hizo prevalecer. Cuando te sientes f¨ªsicamente bien, cuando no sientes una gran fatiga, eso te da la confianza mental y la fortaleza necesaria¡±, continu¨® el campe¨®n de 2011, que ayer explic¨® c¨®mo la memoria de su triunfo en el Abierto de Australia 2012 (5h 53m de final, precisamente ante Nadal), alimenta su convencimiento en los duelos m¨¢s duros. ¡°Un partido como este es una batalla mental en la que es muy importante creer en tus habilidades hasta el final¡±.
El n¨²mero uno gana en el 71% de los duelos que apuran todas las mangas
Las estad¨ªsticas cuentan un pulso en el que Nole domin¨® todas las ¨¢reas: dispar¨® 22 aces por 4 de Del Potro, 80 ganadores por 48, se procur¨® 15 bolas de rotura por 7 del argentino... pero vio c¨®mo una y otra vez Delpo ten¨ªa un tiro brutal en un momento decisivo, c¨®mo lo mejor del repertorio de su contrario aparec¨ªa cuando m¨¢s importaba, ah¨ª cuando hac¨ªa la diferencia entre seguir jugando o ser vencido.
As¨ª pasaron las cosas. ¡°?Por qu¨¦ ah¨ª? ?Por qu¨¦?¡±, le gritaba Nole a su banquillo, ofuscado con su selecci¨®n de golpes, incapaz de controlar los del argentino, que compiti¨® relajado, distendido, un tenista dispuesto a cambiar bromas con ¨¦l ¡ªle lleg¨® a bajar la cremallera de la camiseta¡ª y el p¨²blico ¡ªa un espectador le choc¨® la mano¡ª para un segundo despu¨¦s dejarse el alma en el partido ¡ª¡°Cinco segundos de distensi¨®n, y despu¨¦s volv¨ªamos a matarnos¡±, resumi¨® Delpo¡ª.
Cada pelota del argentino llevaba dinamita, cada derecha llegaba a su contrario con la fuerza, la velocidad y la potencia del tren de las cinco. No eran bolas, eran balas de ca?¨®n sobre la pista, y si Nole sobrevivi¨® a eso, si levant¨® los brazos, aliviado, fue porque construy¨® un muro hecho de defensas imposibles, resbalones alucinantes y movimientos como llegados de otro mundo. ¡°Tiene ADN del espacio, es un hombre del espacio¡±, resumi¨®, alucinado tras el espect¨¢culo, el checo Tomas Berdych, al que el serbio tumb¨® en cuartos.
Y aun as¨ª, Djokovic tuvo que sufrir lo insufrible. La primera bola de break de la quinta manga fue para Del Potro. Cuando ¨¦l sacaba por el partido, el argentino se procur¨® otra opci¨®n de rotura. Tuvo momentos de dudas, instantes en los que le quem¨® la pelota, momentos, como en los dos puntos de partido del tie-break de la cuarta manga, en los que el peso de la ocasi¨®n pudo sobre la frialdad de su raqueta. ¡°Del Potro me exigi¨® hasta el l¨ªmite y yo hice lo mismo con ¨¦l¡±, dijo luego. ¡°Ha sido tenis de alt¨ªsimo nivel de principio a fin. Del Potro ha demostrado su esp¨ªritu de lucha¡±, se despidi¨® el n¨²mero uno.
En Wimbledon, Djokovic jugar¨¢ por su s¨¦ptimo grande, el segundo en el templo de la hierba. A las semifinales lleg¨® con cicatrices en el coraz¨®n, donde a¨²n le pesaba la derrota cosechada ante Del Potro en la lucha por el bronce ol¨ªmpico de 2012. Hasta el partido decisivo de 2013 deber¨ªa llegar consumido por un marat¨®n, libre de las cadenas de un ogro y preparado para el reto de Murray, que busca ser el primer brit¨¢nico en ganar en Londres desde 1936 (Fred Perry) y pierde 7-11 los cara a cara. En la catedral de la hierba, un duelo a la altura del t¨ªtulo en juego. N¨²mero uno contra n¨²mero dos del mundo.
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