Murray y la obsesi¨®n de Ivan Lendl
El brit¨¢nico ha absorbido la impecable ¨¦tica del trabajo de su actual entrenador para convertirse en el mejor tenista sobre hierba y conquistar por fin Wimbledon
Es la culminaci¨®n de una obsesi¨®n compartida. Cuando Andy Murray se convierte en el primer hombre brit¨¢nico que gana Wimbledon en 77 a?os, no habla de Fred Perry; no tiene palabras para Judy, su madre, que le ense?¨® los rudimentos b¨¢sicos del tenis; ni se acuerda de Kim, su novia. El campe¨®n habla de Ivan Lendl, su t¨¦cnico, el campe¨®n de ocho grandes como tenista. El ex jugador, ¡°un robot¡±, en definici¨®n de John McEnroe, tan mec¨¢nico era su juego, se emociona. Ambos han perseguido con testarudez una meta, Wimbledon. El ¨²nico t¨ªtulo grande que le falt¨® al checo nacionalizado estadounidense como jugador. El trofeo por el que lo sacrific¨® todo. La corona que le llev¨® a renunciar a dos Roland Garros para tener m¨¢s tiempo para preparar la hierba¡ igual que ha hecho Murray este verano.
¡°Ivan me dijo que estaba orgulloso de m¨ª, lo que viniendo de ¨¦l significa mucho¡±, explic¨® Murray. ¡°Idealmente, desde su punto de vista, habr¨ªa ganado el t¨ªtulo ¨¦l mismo, pero creo que esto es lo m¨¢s parecido a eso para ¨¦l¡±, continu¨®. ¡°Y lo digo en serio. Sigui¨® conmigo pese a algunas derrotas duras en el ¨²ltimo par de a?os. Ha sido muy paciente conmigo. Estoy feliz de haber conseguido hacer esto para ¨¦l¡±.
Desde que comenzaron a trabajar, en enero de 2012, Lendl ha cambiado la actitud mental de Murray y le ha transformado en el mejor jugador de hierba del momento: campe¨®n ol¨ªmpico sobre el c¨¦sped de Londres derrotando a Novak Djokovic y Roger Federer; campe¨®n del Queen¡¯s en 2013; y, finalmente, campe¨®n de Wimbledon, su segundo grande tras el conquistado en el Abierto de Estados Unidos. El escoc¨¦s, de 26 a?os, ha aprendido a domar sus demonios escuchando las frustraciones de su t¨¦cnico. En 1990 y 1991, tras despreciar el c¨¦sped durante a?os (¡°la hierba para las vacas¡±), Lendl se dio cuenta de que Wimbledon era el ¨²nico grande que le faltaba para completar el Grand Slam. Entonces renunci¨® a jugar Roland Garros, el templo de la tierra, sacrificado en el altar del objetivo supremo de Wimbledon. Acompa?ado por su mujer y su hija, el checo se dedic¨® de mayo a junio a jugar sobre c¨¦sped en Australia, Estados Unidos e Inglaterra. Contrat¨® como t¨¦cnico a Tony Roche, que luego llevar¨ªa a Federer hasta el t¨ªtulo. Sum¨® cuatro semifinales y dos finales entre 1984 y 1990¡ y nunca alz¨® el t¨ªtulo. Eso no evit¨® que repitiera la estrategia con Murray.
Dolido en la espalda, el escoc¨¦s se retir¨® del torneo de Roma de una forma sorprendente: nada m¨¢s ganar un set ante Granollers. Entonces, decidi¨® no jugar en Par¨ªs. Mientras el resto del circuito disputaba la primera ronda del grande de la arcilla, se filtraron unas fotos del lesionado entren¨¢ndose en las pistas de hierba de Inglaterra. Durante m¨¢s de un mes, Murray prepar¨® el asalto que le llev¨® al t¨ªtulo.
¡°Me ha cambiado la mentalidad¡±, dijo el campe¨®n de su entrenador. La implacable ¨¦tica de trabajo de Lendl ha impulsado a un tenista que de repente estaba entren¨¢ndose hasta en el d¨ªa de Navidad. Sus palabras tienen hilo directo con las orejas de Murray porque las pronuncia un campe¨®n de ocho grandes. El checo, un tipo chistoso en privado y callado en p¨²blico, se siente c¨®modo en la ley del silencio que impera en el grupo de trabajo del brit¨¢nico. ?l, que sacrific¨® tantas cosas por Londres (¡°por supuesto que sent¨ª perderme Roland Garros, pero la frase m¨¢gica para m¨ª fue: ¡®ya lo has ganado"), no necesita figurar bajo los focos. Aunque no sea como jugador, ya tiene su t¨ªtulo de Wimbledon. ¡°Y ha sido muy dif¨ªcil ganarlo, y puede que vuelva a pasar tiempo antes de que lo gane otro brit¨¢nico¡±, advirti¨® Murray; ¡°pero con la cantidad de dinero que se invierte en este deporte en este pa¨ªs, no deber¨ªan volver a pasar 70 a?os¡±.
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