Guion calculado

El guion de estas etapas est¨¢ escrito ya de antemano: salida, escapada, control, reagrupamiento y sprint final. En cada una de las fases, exceptuando la de la salida que ya est¨¢ marcada en horario de antemano, las posibilidades de sorpresa son pocas. M¨¢s bien nulas en un d¨ªa como el de este jueves.

En la fase final hab¨ªa quedado claro ya estos d¨ªas que hab¨ªa tres nombres a destacar: Cavendish, Greipel y Kittel, con el permiso de Sagan en su suma y sigue de cara a la clasificaci¨®n por puntos. Como consecuencia de estos nombres, estaba tambi¨¦n claro qui¨¦nes liderar¨ªan la fase de control, con la ayuda extra del equipo del l¨ªder en caso de extrema necesidad. El momento del reagrupamiento llegar¨¢ en base al entendimiento que haya entre los equipos que controlen, con una ¨²nica consigna com¨²n: cuanto m¨¢s cerca de meta, mejor.

Y la fase de escapada es la que m¨¢s se puede alongar y la que puede transformar un d¨ªa c¨®modo en un d¨ªa de tortura. Cuanto m¨¢s avance el Tour m¨¢s aumentar¨¢ el nerviosismo entre los equipos que a¨²n no han ganado, y de ello depender¨¢ el kil¨®metro en el que se conforme la fuga. Esta vez fue en el tres, un alivio para muchos, y los fugados eran cinco hombres de esos equipos que adem¨¢s de no haber ganado hasta ahora tampoco cuentan con uno de los nombres que optan a una clasificaci¨®n de honor. Las posibilidades de que la fuga llegue son mayores que cero, pero menores que m¨ªnimas. Pero el que no tiene premio es el que no lo intenta, esa es la consigna de los fugados. Y tienen adem¨¢s otra consigna m¨¢s optimista que real, pero obligada en estos casos: nunca se sabe lo que puede pasar por detr¨¢s.

Como dijo Flecha tras el intento, ¡°todav¨ªa no ha llegado ninguna fuga, pero tarde o temprano lo har¨¢¡±. Y estos corredores en fuga, adem¨¢s de hacer disfrutar a sus patrocinadores de momentos de lucimiento de la marca, disfrutan de privilegios que pueden parecer absurdos pero que en el fondo son pr¨¢cticos, como poder disponer de agua fresca con facilidad en cualquier momento del d¨ªa. Algo muy agradable en los d¨ªas de can¨ªcula tan comunes en la Francia del interior.

Y luego est¨¢ el componente personal. Uno como Flecha, por ejemplo, disfruta m¨¢s de su trabajo en esa posici¨®n de privilegio -por in¨²til que parezca su esfuerzo-, que pasando el d¨ªa en la ¡°oficina¡±, nombre con el que se denomina a la barriga trasera del pelot¨®n. Y supongo que alguno de sus cuatro acompa?antes, y algunos m¨¢s de los que se quedaron con las ganas en el anonimato del grupo, ser¨¢n de la misma opini¨®n.

Del n¨²mero de integrantes de la fuga y del prestigio de sus nombres, y en base a los kil¨®metros de la etapa, se calcula el momento de comenzar el control. El resultado de esta ecuaci¨®n fue 70, es decir, faltando a¨²n casi 150 kms de etapa, un margen muy alejado del l¨ªmite de seguridad ¨Cun minuto cada 10 kms-. La fuga acumulaba entonces su m¨¢xima diferencia, nueve minutos.

El viernes se prev¨¦ m¨¢s de lo mismo. Este jueves gan¨® Kittel de nuevo ¨Cya van tres- en un precioso cara a cara con Cavendish, dedic¨¢ndole la victoria adem¨¢s al ca¨ªdo ¨Co tirado- Veelers, su amigo-lanzador en este orden. Cavendish no puso cara de muchos amigos al cruzar la meta, pero en sus declaraciones, adem¨¢s de reconocer la justa derrota, felicit¨® a su rival al que denomin¨® ¡°la pr¨®xima gran estrella de los sprints¡±. Algo m¨¢s cercano que pr¨®ximo, creo yo¡­