¡®Mind the gap¡¯

Cualquiera que haya viajado a Londres y que se haya movido en el metro, tendr¨¢ esta advertencia grabada en el subconsciente: mind the gap. Literalmente es algo as¨ª como ¡°cuidado con el hueco¡±, en referencia al espacio existente entre el and¨¦n y el vag¨®n del suburbano.

Yo no puedo evitar recordar esta referencia cada vez que el Tour visita esta ciudad Alpina, enclavada en un valle en el que las monta?as act¨²an como una olla a presi¨®n al calor de julio, y a la que en los ¨²ltimos a?os, se le da un duro y peligroso bucle antes de alcanzar la l¨ªnea de meta. Cuidado con Gap, que es lugar de sorpresas ¡ªque se lo digan a Beloki¡ª, por mucho que la tranquilidad de la etapa no parezca anunciarlo.

Por eso, para minimizar p¨¦rdidas y esquivar amenazas, es conveniente tener contratado un buen seguro. Y ayer vimos unos cuantos a pleno rendimiento.

El seguro de Froome se llama Richie Porte. Subiendo el Col de Manse, Contador pas¨® al ataque una vez m¨¢s, y tras un par de aceleraciones neutralizadas por el seguro de vida del Sky, consigui¨® en un tercer ataque que goz¨¢semos de una de las m¨¢ximas del ciclismo ofensivo: al ataque de un l¨ªder tiene que responder otro l¨ªder.

El seguro de Contador se apellida Kreuziger, y ¨¦l garantiz¨® con su ritmo sostenido que el australiano del Sky no gozase de los segundos de recuperaci¨®n necesarios para continuar en su labor salvadora. Durante unos instantes Froome estuvo solo ante el peligro, y sus repetidas miradas hacia atr¨¢s indicaban su incomodidad ante esa situaci¨®n.

Por esas mismas rampas en las que el l¨ªder ¡ªy el segundo en la general, Mollema¡ª, eran puestos a prueba por Contador, se jugaban la etapa 10 minutos antes los supervivientes de la escapada del d¨ªa -27 corredores¡ª. Entre ellos Rui Costa, otro seguro de vida para su equipo, el Movistar, que a pesar de llevar un Tour con much¨ªsimo protagonismo, a¨²n no hab¨ªa conseguido ninguna victoria de etapa. Nadie pudo aguantar su ritmo subiendo, y se march¨® en solitario a por su segunda victoria de etapa en el Tour, tras la ganada en 2011 en parecidas circunstancias. Un buen seguro este portugu¨¦s a la hora de resolver escapadas.

Y en la bajada, mientras Contador segu¨ªa tensando la cuerda liderando el descenso, una peque?a ca¨ªda en una curva a derechas vino a complicar de nuevo la existencia al primero y tercero en la general. Contador se levant¨® r¨¢pido tratando de minimizar la p¨¦rdida; Froome, que no hab¨ªa ca¨ªdo pero que tuvo que echar pie a tierra para evitar besarla, se convirti¨® en compa?ero de su rival en labores de persecuci¨®n. Y all¨ª apareci¨® Porte de nuevo, en su funci¨®n de seguro, para tirar de ambos y conseguir que aquello quedase en una an¨¦cdota.

Quienes cayeron en la trampa de Gap fueron Ten Dam y Kwiatowski, ninguno de ellos contaba con seguro; m¨¢s bien al contrario, porque el primero es el seguro de Mollema, segundo en la general. El holand¨¦s salt¨® del quinto al sexto en favor de Quintana, y el polaco igualmente cedi¨® un puesto ¡ªahora es 11?¡ª, y se alej¨® un minuto y medio del maillot blanco del colombiano, favorecido por ambas circunstancias.

Y la trampa de Gap contin¨²a el jueves, que tras el banderazo inicial tendr¨¢n que ascender en fr¨ªo camino de Alpe-D`Huez lo que ayer bajaron. Y ese dolor, mayor a¨²n tras la crono de Embrun, no habr¨¢ seguro que lo minimice.