Un l¨ªder humano
Los italianos le dicen crisi di fame, por aqu¨ª se conoce como p¨¢jara o el t¨ªo del mazo; en realidad es una hipoglucemia, y esta vez le peg¨® a Froome en Alpe D'Huez
Amenazaba la tormenta, amenazaba una lluvia y una niebla que pod¨ªa hacer que el punto cr¨ªtico se trasladase de las dos ascensiones programadas a Alpe D¡¯Huez, a la temida bajada al Col de Sarenne. Pero la amenaza se qued¨® en eso mismo; la lluvia no apareci¨® m¨¢s que t¨ªmidamente y la bajada se salv¨® con una salida de calzada sin consecuencias de uno de los escapados, Riblon, y con un ataque de Contador y Kreuziger que Froome supo manejar con sangre fr¨ªa gracias a la inestimable ayuda de sus compa?eros. La atenci¨®n volvi¨® entonces a la segunda ascensi¨®n a la monta?a de los holandeses.
Entonces el que apareci¨® en escena fue un invitado con el que nadie contaba, pero cuya amenaza sobrevuela siempre al pelot¨®n, y mucho m¨¢s a¨²n en las etapas de alta monta?a. Los italianos le dicen crisi di fame, por aqu¨ª se conoce como p¨¢jara o el t¨ªo del mazo; en realidad es una hipoglucemia, la luz de reserva del m¨²sculo que salta cuando falta el combustible. Y esta vez le peg¨® a Froome, ya metido en las vallas que les proteg¨ªan en los ¨²ltimos 4 kil¨®metros.
Pero a la vez que suced¨ªa esto por detr¨¢s, por delante se jugaban la etapa los supervivientes de la fuga, plagada de nombres de calidad. Sin embargo, si uno de los integrantes de la fuga hab¨ªa hecho m¨¦ritos para llevarse una etapa en este Tour, ese era Riblon. Presente en muchas de las batallas de estas tres semanas -tambi¨¦n Voigt y Chavanel, justo es decirlo-, pero sin premio hasta el d¨ªa de hoy. El franc¨¦s consigui¨® una victoria -segunda en el Tour para ¨¦l, despu¨¦s de la conseguida en Ax 3Domaines en 2010- que ni siquiera sospechaba poder conseguir a falta de 5 kms, cuando Van Garderen le aventajaba en 40 segundos. El americano de ascendencia holandesa, se sent¨ªa en su monta?a, y en ambas ascensiones se dej¨® llevar por su impetuosidad juvenil. En la primera llev¨® la voz cantante, en la segunda impuso su ley desde las primeras rampas. Pero al final triunf¨® la veteran¨ªa de un Riblon que, dosificando mejor sus fuerzas, se vino arriba cuando divis¨® la estampa del hombre del BMC, que faltando 3 kms. ced¨ªa terreno peligrosamente debido a la fatiga.
Lleg¨® Porte de nuevo a la altura de Froome, y cuando el australiano puso el ritmo, el l¨ªder pidi¨® clemencia por el pinganillo
Y unos minutos m¨¢s atr¨¢s, la batalla era otra. Y muy intensa adem¨¢s. Entre miles de aficionados y esquivando a otros no tan aficionados con m¨¢s af¨¢n de protagonismo que los propios corredores, comenz¨® otro festival. Valverde prob¨® endureciendo el ritmo para Quintana, aunque la victoria de etapa ya se antojaba imposible. Porte tiraba del l¨ªder, pero enseguida Froome comenz¨® a atacar para seleccionar al grupo. Tras varios ataques, Froome y Quintana se marcharon por delante y unos metros despu¨¦s fue Purito el que se les uni¨®. Porte entonces avis¨® por el pinganillo que Contador ced¨ªa. Pero el l¨ªder ya daba se?ales de que no ten¨ªa las piernas explosivas del Ventoux al ceder unos metros sobre Purito, en primera instancia, y poco despu¨¦s sobre Quintana. Tras unos kil¨®metros, lleg¨® Porte de nuevo a la altura de Froome, y cuando el australiano puso el ritmo, el l¨ªder pidi¨® clemencia por el pinganillo. Esa fue la se?al para que Quintana y Purito diesen rienda suelta a lo que les quedaba, y es entonces cuando se manifest¨® la crisis de Froome, que levant¨® la mano y esta vez, en vez de clemencia, pidi¨® comida. Porte se la trajo, y la factura a pagar fueron 20 segundos de penalizaci¨®n.
¡°Si esto es un mal d¨ªa, definitivamente lo acepto¡±, dijo Froome valorando ya en fr¨ªo los resultados de una etapa en la que tan s¨®lo Quintana y Purito recortaron distancias. Pero la lectura de sus rivales es otra, m¨¢s cercana a lo que dijo Purito con su habitual toque de humor a pesar del cansancio: y es que todo esto demostr¨® que el l¨ªder, ¡°al final es humano¡±. Y es que aunque queden solo dos d¨ªas, carrera a¨²n queda mucha.
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