Sergio Garc¨ªa dice que no
El castellonense muestra su peor cara, con cuatro arriba, y habla de condiciones complicadas, greens duros y mala suerte
La fotograf¨ªa se repite a menudo en los grandes. Raramente es en la primera jornada, sino que suele suceder m¨¢s bien cuando se acerca el final, normalmente en las segundas o las terceras rondas. Sergio Garc¨ªa sufre un apag¨®n. De repente, todas sus buenas sensaciones, su buen juego, su confianza, la posibilidad de hacer algo grande, se vienen abajo. Desaparecen de manera misteriosa. Es en esos d¨ªas cuando dice adi¨®s a sus opciones de conquistar el t¨ªtulo del Grand Slam que viene persiguiendo desde que hace 14 a?os se hiciera profesional.
Esta vez el bofet¨®n fue de inicio. Cuatro golpes sobre el par le complican ya de por s¨ª el pasar el corte este viernes, y dan casi por enterrados los sue?os de ganar el Open. La ¨²ltima piedra fueron los dos bogeys que sum¨® en los dos ¨²ltimos hoyos, como si de alguna manera hubiera lanzado la toalla antes de acabar de escribir la tarjeta. Los dos putts que fall¨® en el 18 transmitieron cierta sensaci¨®n de dejadez y de prisas por marcharse a casa y acabar con lo que Garc¨ªa consideraba una papeleta. En m¨¢s de una vez neg¨® con la cabeza tras un mal golpe.
A ver si va mejor, y si no, pues a casita
"He empezado bien, pero las condiciones eran complicadas", explic¨® el castellonese, que empez¨® a enumerar enemigos externos; "el campo est¨¢ muy r¨¢pido, muy duro, y hay que pegar los golpes en el lugar exacto. Los greens est¨¢n marrones, la bola no para. En el golf hay que tener suerte, y no me noto que la haya tenido. A ver si ma?ana va mejor, y si no, a casita".
Da igual el campo o las buenas vibraciones. Algo no hace clic en Sergio Garc¨ªa cuando llegan las citas grandes. Y seguramente ahora, ya sin presi¨®n, consiga liberarse y recuperar su mejor juego y el gran talento que tiene en las manos.
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