El monstruoso reto de Mireia

A los nadadores espa?oles no les gusta encerrarse en el CAR de Sierra Nevada. Es un lugar desolado. El viento ralea las cumbres, el organismo tarda en acostumbrarse a los 2.320 metros de altitud, las temperaturas pueden ser extremas, y en las inmediaciones, con un cron¨®metro en mano, est¨¢ Fred Vergnoux. Las sesiones del entrenador del Club Nataci¨®n Sabadell son fulminantes. Algunos nadan hasta la extenuaci¨®n. Comienzan a palidecer, a adelgazar, a sangrar por la nariz. Para la inmensa mayor¨ªa de los seres humanos el programa conducir¨ªa al l¨ªmite, y m¨¢s all¨¢ de lo org¨¢nicamente soportable. El grito m¨¢s temido de Vergnoux, digno disc¨ªpulo del implacable Bill Sweetenham, es como la llamada a los kamikazes.

?¡ª?Chicos, este ¨²ltimo cien vamos a muerte!

Todo marcha hacia un agotamiento general. Pero Mireia Belmonte, que hace un par de a?os aparentaba la fragilidad de un pich¨®n de codorniz, resiste. Le quedan reservas. Al acabar la jornada, cuando todos se aferran a los rebosaderos para arrastrarse hacia las toallas, ella pide m¨¢s.

¡ªFred, ?puedo hacer otra serie?

Sentado en la pradera, el t¨¦cnico meneaba la cabeza en la ¨²ltima concentraci¨®n en altura, en junio pasado. ¡°Hay poca gente que me pide m¨¢s¡±, dice, ¡°porque primero, para pedir m¨¢s hay que estar un poco loco, y ella supongo que est¨¢ un poco loca. Mi programa es bastante completo y no hay margen para pedir m¨¢s. ?Pero ella lo hace!¡±.

La aparici¨®n de un gran nadador suele ir acompa?ada de la coincidencia excepcional con un entrenador. La comuni¨®n entre Mireia y Vergnoux es extra?a en la medida en que sintoniza dos caracteres opuestos. La explosi¨®n de Mireia en los Juegos de Londres, donde consigui¨® dos platas y se convirti¨® en la nadadora m¨¢s fabulosa de la historia de la nataci¨®n espa?ola, es dif¨ªcilmente imaginable sin su particular relaci¨®n de exigencia con el franc¨¦s. La agenda de competiciones que ambos se han propuesto para estos Mundiales es ¨²nica. La revista estadounidense Swimming World lo calific¨® de ¡°programa monstruoso¡±. Consiste en tirarse a los 200 y los 400 estilos, los 200 mariposa, y los 400, los 800 y los 1500 libre.

Al acabar los Juegos, hace un a?o, Mireia inici¨® unas vacaciones hacia lo desconocido. Por primera vez desde que era ni?a dej¨® de entrenarse m¨¢s de un mes. Su conflicto con el Sabadell la arrastr¨® a una crisis con Vergnoux que la tuvo desorientada hasta diciembre. Para sorpresa de su entrenador, cuando en enero le volvi¨® a cronometrar, iba perfectamente. Como si le quedara combustible del a?o anterior. ¡°No era lo l¨®gico pero tengo explicaciones¡±, dice el t¨¦cnico. ¡°Estuvimos entrenando pr¨¢cticamente dos a?os sin parar antes de los Juegos. Hay una base muy grande de trabajo¡­ y es Mireia. Fisiol¨®gicamente hay muy poca gente con su capacidad de repetir esfuerzos de alto nivel. Si Mireia hace un entreno fuerte y come y duerme bien puede volver al d¨ªa siguiente y hacer lo mismo, cuando otra persona necesitar¨ªa dos d¨ªas de descanso. Para ella basta una noche. Las causas son la gen¨¦tica, su fisiolog¨ªa y su formaci¨®n. Mireia ha tenido una formaci¨®n de nadadora muy completa, de ni?a empez¨® nadando espalda. Esto, en el concepto de la preparaci¨®n, te ayuda mucho m¨¢s que en el crol o la braza¡±.

Mi entrenamiento es bastante completo, ?pero ella pide m¨¢s! Fred Vergnoux, t¨¦cnico de Mireia

La noche cunde m¨¢s cuando se pasa en una c¨¢mara isob¨¢rica. Mireia tiene uno de estos cilindros transparentes en Sierra Nevada que le permite pasar las horas de sue?o como si estuviera a 1.000 metros por encima del CAR, a 3.320 sobre el nivel del mar. La descompresi¨®n activa su producci¨®n de hematocritos, mejora la oxigenaci¨®n, y prepara el cuerpo para la resistencia.

El trabajo no acaba en el agua. A sus 22 a?os, la chica pasa la mitad del tiempo de entrenamiento en el gimnasio y corriendo. Los aficionados al trekking pueden verla subir corriendo la senda que va de la estaci¨®n de esqu¨ª a la cima del cerro Veleta, a 3.390m. No hay muchas en el mundo capaces de echar una carrera de ida y vuelta de 10 kil¨®metros y 1.000 metros de desnivel con m¨¢s alegr¨ªa que Mireia cuando se pone a prueba en la tierra para sentirse bien en el agua.