Todopoderosa Ledecky

El padre Peter Vaghi, p¨¢rroco de la iglesia de Little Flower, y las monjas del colegio del Sagrado Coraz¨®n de Stone Ridge, all¨¢ en Washinghton DC, rezaron por ella antes de la final de 800 metros de los Juegos de Londres y seguramente volvieron a reunirse ayer para pedir por Katie Ledecky. La ni?a de 16 a?os, p¨¢lida como una novicia, de frente amplia y pelo discretamente recortado, se quit¨® las gafas, reminiscencia del paganismo tecnol¨®gico que penetra en todos los rincones de la vida moderna, y dej¨® ver unos brillantes ojos color miel. Sumergida en el agua hasta la cabeza, apenas sonri¨® mirando el marcador. Acababa de ganar el oro batiendo el r¨¦cord del mundo con una consistencia irrebatible. Como si nadase inexorablemente hacia el m¨¢s all¨¢ de los l¨ªmites conocidos. Hay nadadores que, tras comprobar que han logrado lo que buscaban, golpean el agua, gritan, lloran, o se suben a las corcheras en el paroxismo de la histeria. Katie acept¨® la gloria con cristiana resignaci¨®n. La marca, evidencia de lo sobrenatural, brillaba en lo alto: 8m 13,86 segundos.

Belmonte lleg¨® a la prueba fatigada y se dej¨® impresionar por las otras fondistas

La galerna barri¨® de la piscina a Mireia Belmonte. La espa?ola lleg¨® a la prueba fatigada por el esfuerzo de los d¨ªas precedentes y tal vez se dej¨® impresionar por los tiempos que estaban marcando las otras fondistas. Tras el primer 100 comenz¨® a diluirse en la soluci¨®n burbujeante que dejaban en su estela la h¨²ngara Boglarka Kapas, la neozelandesa Lauren Boyle, la danesa Lotte Friis, y la estadounidense Ledecky. Impusieron un ritmo alto, pero no el que se presum¨ªa. En la final de 2012 Ledecky pas¨® por el ecuador de la prueba en 4,04 minutos, y Friis en 4,06m. En Barcelona la estadounidense jug¨® a la defensiva. Observando que Friis atravesaba un momento de forma espl¨¦ndido, la dej¨® gobernar la carrera. Que tirase sola. Que tuviera la ilusi¨®n de la escapada. Que sufriera en su coraz¨®n el desgaste y la incertidumbre de ser la que marca el ritmo. Friis pas¨® por el 400 en 4,05m. Ledecky, que la sigui¨® en 4,06m, la vigil¨® como el at¨²n al cardumen de boquerones.

¡°Antes me pon¨ªa muy ansiosa y sal¨ªa demasiado r¨¢pido¡±, dijo la chica que en Londres conquist¨® el oro ol¨ªmpico sin especular. ¡°Antes quemaba toda mi energ¨ªa. Pero he aprendido a ser paciente, esperar mi momento y reservarme lo mejor para el final, y creo que este verano lo he conseguido¡±.

La estadounidense se agazap¨® hasta el paso del 600 y entonces aceler¨® progresivamente. Se puso en cabeza, hizo tres virajes demoledores, pic¨® pies y sac¨® tres segundos a Friis antes de tocar la ¨²ltima pared. Baj¨® de 8,14 minutos por primera vez en la historia y recort¨® el r¨¦cord de Rebecca Adlington en Pek¨ªn, en 2008, en 24 cent¨¦simas de segundo. Pudo ser por mucho m¨¢s, pero prefiri¨® dejarse esa satisfacci¨®n para a?os venideros.

¡°Sal¨ª lo m¨¢s r¨¢pido que pude, pero me di cuenta de que no podr¨ªa mantener el ritmo¡±, dijo Mireia, que pronto perdi¨® la esperanza de reconquistar la plata ol¨ªmpica. ¡°He nadado 12 pruebas y me he ido cansando mentalmente cada d¨ªa¡±, a?adi¨®. Su entrenador, Fred Vergnoux, calculaba que para que tuviera opciones de medalla deb¨ªa pasar por el 400 en 4,07 minutos, un segundo antes que en el parcial de Londres. Su paso, de 4,10m, fue revelador. La espa?ola acab¨® tres segundos m¨¢s tarde que su mejor marca (8m 21,99s). Kapas hizo 8m 21,21s, Boyle 8m 18,58s, Friis 8m16,32s, y Ledecky 8m13,86.

Mireia nadar¨¢ hoy el 400 estilos para cerrar su abultada participaci¨®n en los Mundiales. No sabe si se recuperar¨¢ del esfuerzo. ¡°Eso lo sabr¨¦ cuando me levante por la ma?ana¡±, dijo, enigm¨¢tica.

Es probable que Katie Ledecky no sepa c¨®mo se levantar¨¢ ma?ana, pero seg¨²n dijo el Est¨¢ndar Cat¨®lico, la revista de su comunidad, ella despu¨¦s de las grandes finales duerme poco y aprovecha la vigilia para dar gracias a Dios por los dones recibidos. Tiene tantos que nad¨® el ¨²ltimo 50 de la final de 800 m¨¢s lento (29,79 segundos) que el ¨²ltimo 50 de la final de 1.500 (29,47s). Esas cent¨¦simas anuncian la magia. Una reserva profunda de r¨¦cords futuros.