Esp¨ªritu yanqui para la velocidad espa?ola

El nuevo plusmarquista espa?ol de 200m naci¨® en Australia y estudia en Estados Unidos, pero se cri¨® en Canad¨¢. A pesar de todo ello dice que ¨¦l se siente espa?ol, como sus padres, aunque cuando habla Bruno Hortelano muestra el gen competitivo que parecen inocular a los ni?os estadounidenses en la cuna. ¡°?Cu¨¢l es t¨² l¨ªmite, 20,20s?¡±, le preguntaron nada m¨¢s correr la primera semifinal por la tarde y quedarse un poco rezagado para ver de cerca la siguiente, donde sal¨ªa Usain Bolt. ¡°Si digo que s¨ª quiere decir que jam¨¢s en la vida superar¨¦ esa marca, pero quiz¨¢s pueda, ?no?¡±, dice sonriente, como dando a entender que no ser¨¢ ¨¦l quien se ponga metas.

Esa confianza en s¨ª mismo es en parte lo que empuj¨® a Hortelano, que tiene 21 a?os, a batir el r¨¦cord de Espa?a ayer por la ma?ana (y a ganar al franc¨¦s Vicaut). Lo dej¨® en 20,47s, 11 cent¨¦simas menos que la marca con la que ven¨ªa. Por la tarde le fue algo peor, pero volvi¨® a correr bien, a gustarse, y aunque no logr¨® colarse en la final se fue contento porque era su estreno en unos Mundiales.

Hortelano acaba el a?o que viene Ingenier¨ªa Biol¨®gica en la Universidad de Cornell, uno de los centros que dan vida a la Ivy League

Esas marcas, como su cuerpo no muy musculado a¨²n, anuncian un atleta con un amplio margen de mejora y por lo tanto con proyecci¨®n, aunque su terreno, el de la velocidad parece vedado a europeos blancos como ¨¦l.

Pero no son lo m¨¢s llamativo de Hortelano, que empez¨® en el atletismo a los ocho a?os y que tras probar todo tipo de deportes, incluido el f¨²tbol americano en el instituto, se centr¨® en ¨¦l hasta amarlo: ¡°Me apasiona. No s¨¦ c¨®mo explicarlo, son sensaciones. Me encanta la sensaci¨®n de ir r¨¢pido, de superarme a m¨ª mismo de una forma objetiva y adem¨¢s me ha ido bien como atleta¡±. Lo que hace preguntarse de d¨®nde sale este chico es su trayectoria. Hortelano acaba el a?o que viene Ingenier¨ªa Biol¨®gica en la Universidad de Cornell (en el Estado de Nueva York), uno de esos centros privados que como Harvard, Yale y Princenton dan vida a la prestigiosa Ivy League y su legendaria rivalidad deportiva. Y compite en su equipo de atletismo. Esto significa que planifica dos temporadas cada a?o: la universitaria estadounidense (NCAA) y la de verano con el equipo espa?ol. ¡°Me ha ido bien as¨ª, pero el a?o que viene termino los estudios. Tal vez haya m¨¢s oportunidades laborales en Estados Unidos para mi carrera, pero ahora mi prioridad es el atletismo lo tengo que pensar mejor¡±, dice este hijo de bi¨®logos que cambiaron de pa¨ªs por motivos laborales.

El a?o pasado Hortelano pas¨® unos meses en la Blume para preparar los Juegos de Londres, pero al final no se clasific¨®.

El velocista no ha terminado su trabajo en Mosc¨². Le queda el 4x100, ese grupo que lidera el veterano ?ngel David Rodr¨ªguez y que hace sonre¨ªr al seleccionador, Ram¨®n Cid, por su capacidad de generar ilusi¨®n, su juventud y el buen rollo que hay entre los atletas. Corren el domingo. Dos d¨ªas despu¨¦s, Bruno Hortelano har¨¢ las maletas y volver¨¢ a Estados Unidos. Las clases empiezan una semana despu¨¦s.