Nadie como M¨¢rquez

Dec¨ªa que aunque llevara tres victorias consecutivas, no le ser¨ªa f¨¢cil en Brno, un circuito que no se le daba bien, un trazado m¨¢s largo y de curvas enlazadas, con otro car¨¢cter, en definitiva. Y recordaba que la salida era todav¨ªa una asignatura pendiente. Era su manera de sacudirse la presi¨®n. ¡°Yo me la quito r¨¢pido¡±, respondi¨® d¨ªas antes, se?alado por sus rivales como el favorito al t¨ªtulo. Es un novato y como tal se vende. Aunque no haya habido en la historia de MotoGP un novato igual. Nunca en 65 a?os de grandes premios un debutante gan¨® cinco carreras ¡ªy todav¨ªa quedan siete¡ª; nunca sum¨® cuatro victorias consecutivas ning¨²n piloto el a?o de su estreno, y el ¨²ltimo en lograrlo fue Rossi en 2008. No hay nadie como M¨¢rquez, de tan solo 20 a?os.

Con ¨¦l no solo cuenta el qu¨¦, no es cuesti¨®n de cifras, es el c¨®mo y el d¨®nde, es a qui¨¦n. Marc M¨¢rquez es tremendo. Por el desparpajo con el que afronta cada prueba y la irreverencia con la que entra en cada curva. Por la rapidez con la que aprende, la madurez que exhibe, la atenci¨®n con la que escucha, la gracia con la que imita gestas de otros. M¨¢rquez es mundial por la alegr¨ªa que desprende cuando corre, cuando gana. Pero tambi¨¦n cuando solamente se pasea.

Tiene una meta en el horizonte: ser campe¨®n del mundo como debutante, algo que solo hizo Kenny Roberts en 1978. En Brno, ese circuito que no le terminaba de gustar, ese que era territorio de las Yamaha, ¨¦l, con su Honda, dio un paso al frente. Otro. Y la distancia con sus rivales sigue creciendo. Son 26 puntos los que le separan de su compa?ero de equipo, Dani Pedrosa, 44 los que le distancian del campe¨®n del mundo, Jorge Lorenzo. Solo se ha quedado una vez fuera del podio, y fue cuando se cay¨® en Mugello en un fin de semana desastroso. Desde entonces ¡ªla quinta prueba del curso¡ª, apenas comete ya errores.

M¨¢rquez ha perfeccionado su pilotaje. Sus l¨ªneas son m¨¢s finas que cuando se estren¨® en Catar, sus frenadas est¨¢n controladas, no como antes, cuando atemorizaba en sus persecuciones a Pedrosa. Sus adelantamientos son limpios: nada de toques, como hizo en Jerez con Lorenzo. En Brno, incluso, logr¨® hacer una salida m¨¢s que aceptable. Sabe c¨®mo y cu¨¢ndo atacar, sabe liderar y perseguir. Sabe pilotar agresivo cuando el trazado y las circunstancias lo exigen, como en Indian¨¢polis; pero tambi¨¦n sabe ser delicado y esperar su momento, como demostr¨® en tierras checas.

M¨¢rquez hizo que la brillante salida de Lorenzo desde la quinta posici¨®n de la parrilla fuera in¨²til. Tir¨® el de Yamaha en los primeros giros. Sac¨® a las Honda un segundo de ventaja en una vuelta; pero cuatro despu¨¦s el chaval de Cervera empez¨® a mejorar su ritmo, logr¨® un tiempo por vuelta hasta dos d¨¦cimas mejor que el de Lorenzo y comenz¨® a cazarle. Llevaba a Pedrosa enganchado a su col¨ªn. Se intercambiaron los papeles esta vez, aunque el de Castellar nunca pareci¨® tener opciones de ganar resguardado a rueda de su colega. S¨ª las ten¨ªa, atendiendo a las teor¨ªas y su excelente estado de forma, el mallorqu¨ªn. Brno era un escenario propicio para frenar el avance del l¨ªder y Honda, un terreno favorable a su Yamaha. Pero no hay teor¨ªas que valgan con M¨¢rquez. Ni parece equiparable el rendimiento de la M1 con el de esa RC213V que la supera incluso en la frenada.

Lorenzo aguant¨® al persistente debutante hasta que quedaban apenas siete giros. Entonces M¨¢rquez mostr¨® sus cartas con un interior bestial en un viraje a la izquierda, la tercera curva, y aquel acept¨® el envite resistiendo por el exterior y devolvi¨¦ndosela a la siguiente, a la derecha. Pero el de Cervera insisti¨® con otra apurada de frenada en la curva 11, el inicio de la chicane que da entrada a la recta de meta. Se dieron una tregua. Y a falta de cuatro vueltas Lorenzo tir¨® de experiencia en la ¨²ltima curva. Trazada la recta, M¨¢rquez dir¨ªa su ¨²ltima palabra: en aquellas primeras curvas donde ya lo hab¨ªa intentado la primera vez. Se puso primero. Y directo al triunfo. Lorenzo, agotado por el esfuerzo, decepcionado por el rendimiento de su moto, a¨²n tuvo que soportar una ¨²ltima estocada, la de la otra Honda, la de Pedrosa, que a dos giros del final sac¨® pecho y ense?¨® los dientes: aprovech¨® la apurada de frenada de la contrarrecta que termina en la d¨¦cima curva y se col¨® segundo. M¨¢rquez por aquel entonces, a medio segundo, ya era inalcanzable.