Un Sevilla sin definir

Limitad¨ªsimo el Levante, el empate le dej¨® buen sabor de boca. Mucho m¨¢s dotado el Sevilla, la igualdad le supo a demonios. Caparr¨®s se march¨® al vestuario dando patadas nerviosas al aire, pero pod¨ªa darse por satisfecho: su equipo mantuvo intacta la armadura aunque ni poder lanzar ara?azos ofensivos. Emery, en cambio, vio a un Sevilla en fase embrionaria: muchas variantes atacantes a las que todav¨ªa no les saca ning¨²n partido.

Algunos chispazos de Marco Marin no alumbraron a un Sevilla turbio desde el inicio. Perjudicado por una salida deficiente del bal¨®n tanto de sus centrales (Cala y Fazio) como de sus mediocentros (Iborra y Rakitic). El volante croata es eso, un volante, m¨¢s preparado para el ¨²ltimo o el pen¨²ltimo pase que para la organizaci¨®n. La consecuencia fue una circulaci¨®n lent¨ªsima de la pelota, incapaz de superar las l¨ªneas defensivas granota.

El Levante se protegi¨® como se espera de alguien que ha recibido siete goles en la primera jornada liguera, en el Camp Nou. De un equipo limitado por las fugas de ¨²ltima hora (Iborra) y de los fichajes postreros (Gomis y Bab¨¢), todav¨ªa en pretemporada. En tales circunstancias, Caparr¨®s quiso minimizar los da?os: cerrarse en su campo, practicar el pelotazo y lanzar alguna contra. La mejor, la acunada por Rub¨¦n, en una conducci¨®n y un pase perfectos que dilapid¨® Xumetra con un tiro desviado. La zurda de Rub¨¦n es lo m¨¢s cercano en el conjunto granota a la belleza.

El partido, que era ya era pastoso, se ensuci¨® en el ¨²ltimo tramo del primer periodo. David Navarro le dio la bienvenida a la Liga a Gameiro clav¨¢ndole por detr¨¢s los tacos sobre el tobillo del delantero franc¨¦s. Se multiplicaron las faltas y las tarjetas. Emery retir¨® en el descanso a Iborra, desafortunado en su vuelta a casa. Lo sustituy¨® Kondogbia, que le dio algo m¨¢s de ritmo al Sevilla. El comienzo del segundo tiempo fue una sucesi¨®n de errores: el central Vyntra pifi¨® en el despeje de cabeza y el delantero Gameiro en el empalme penoso de un bal¨®n botando que ped¨ªa a gritos un trallazo a gol.

Caparr¨®s pens¨® en Ivanschitz para ahormar un ataque inexistente. Este se limit¨® a una folha seca de S¨¦rgio Pinto rechazada por Beto hacia el centro y muy mal rematada por David Navarro, que vole¨® hacia el cuerpo del portero luso con toda la porter¨ªa por delante.

Enjaulado en su banquillo, Emery despotricaba junto a su segundo, Juan Carlos Carcedo, contra algunas de las acciones desafortunadas de sus jugadores, la ¨²ltima un remate a bocajarro de Kondogbia en fuera de juego. La parada de Keylor Navas, principal v¨ªctima de la visita al dentista la semana pasada en Barcelona, fue soberbia, invalidada porque el juez de l¨ªnea hab¨ªa anulado la jugada acertadamente. Ni siquiera la llegada final del colombiano Bacca desatasc¨® el ataque sevillista, tan rico en opciones como confuso en su ejecuci¨®n. Tras las m¨²ltiples fisuras en el Camp Nou, la piel granota se hab¨ªa endurecido.