F¨²tbol sin remate

F¨²tbol sin porter¨ªas. Expresados por un manual opuesto, unos con el juego directo como exigencia y los otros con el toque por definici¨®n, Espanyol y Betis se dieron tregua hasta el final, por m¨¢s que se rebelara Thievy, inquieto y efervescente, un aguij¨®n envenenado al que le falt¨® tiempo para firmar el desaguisado. No se dio un juego torpe, sino que arrancaba con vigor para diluirse en las ¨¢reas, sin ocasiones ni remates, sin punter¨ªa cuando se obraba la quimera. Pidi¨® la hora el Betis y mordi¨® el Espanyol, pero Cornell¨¤ concedi¨® el aplauso final, consciente de las limitaciones y conforme con este inicio de Liga sereno, acostumbrado a la zozobra y ya con callo por los a?os de fatigas y salvaciones a ¨²ltima hora.

Pronto se defini¨® el Betis, que entiende el f¨²tbol como un juego en el que se debe repartir la pelota para acelerar en la zona de lanzadera. Si bien se encasquill¨® en la ra¨ªz porque ni Amaya ni Jordi Figueras tienen pie para el toque, Xavi Torres y Nosa pusieron la brega y la pausa, tambi¨¦n el gancho para enlazar con la siguiente parada, donde Verd¨² ofreci¨® el regate y la asistencia, casi siempre a la carrera de Cedrick. Explosivo como pocos, todo un cohete supers¨®nico, el extremo revent¨® a Javi L¨®pez en los zigzagueos y sprints para llegar a la l¨ªnea de fondo, aunque termin¨® por disolverse porque lanzaba centros torcidos o hu¨¦rfanos de rematador. Su castigo, su pecado.

Tampoco anda sobrado el Espanyol de remate ¡ªpor eso Aguirre reclama con insistencia y hasta enojo a un delantero¡ª, por m¨¢s que tampoco palidezca en la configuraci¨®n del juego, nada manufacturado pero de lo m¨¢s result¨®n. Le alcanza al equipo con cuatro toques para tener una oportunidad, como en ese pase largo del meta Casilla, la dejada de Stuani con la cabeza ¡ªfrontera obligada para todo bal¨®n a¨¦reo¡ª, la dormidina de Pizzi con el pecho y el golpeo de David L¨®pez. Pero fue un soplo sin continuidad. Resulta que Sergio Garc¨ªa enarbola cada vez m¨¢s la misma bandera que encumbr¨® a Tamudo, Llanero Solitario en tierra hostil, que se expande por el campo sin concentrarse en el ¨¢rea, lejos de ayudas y apoyos. Frente al Betis, que se corrigi¨® a tiempo porque uno de los dos mediocentros se insertaba de central para evitar sustos, le fue imposible.

Diferente historia con id¨¦ntico final relat¨® el Betis. Se entretuvo en la conjugaci¨®n de la pelota, en ocasiones ret¨®rico, solo agitado en las botas de Cedrick. T¨¢ctica err¨®nea la del pase repetido en Cornell¨¤ porque el Espanyol saca la pierna sin apuros, sabedor de que tiene cent¨ªmetros y gallard¨ªa por arriba, por lo que prefiere las faltas t¨¢cticas antes que un embrollo de dif¨ªcil resoluci¨®n. Le funcion¨® la argucia, hasta el punto de que a Casilla no se le cont¨® parada alguna, solo expuesto en un remate en propia que le gui?¨® el ojo al poste por fuera. La r¨¦plica lleg¨® en un centro medido de Fuentes que Stuani no atin¨® a completar, con un remate de cabeza que fue un desprop¨®sito porque lo f¨¢cil era meterla. Poca cosa.

Solo Thievy, en lo que ya es una t¨®nica como tambi¨¦n lo es el reemplazo de Pizzi, reactiv¨® el duelo y a punto estuvo de marcar en un tiro sobre la salida de Sara. Su inconformismo no encuentra criptonita. Quiz¨¢ porque se mide a defensas desgastadas; quiz¨¢ porque se come el campo a bocados, hambre y sed de reconocimiento. Aunque la t¨¢ctica del Espanyol fue la misma: sac¨® Casilla, pein¨® Thievy y Sergio Garc¨ªa engatill¨® un bal¨®n que Sara escupi¨® para fuera. No lleg¨® el gol pero s¨ª se dio la confirmaci¨®n de que este Espanyol lowcost ¡ªcompuesto con jugadores de saldo y cocinados en Segunda¡ª es bien competitivo, suficiente para batirse con cualquiera. Y eso, sin remate.