Brasil a la vista

Con la gracia justa, Espa?a hizo los deberes. Sin m¨¢s, liquid¨® la etapa m¨¢s complicada que le restaba en su camino al Mundial de Brasil y sali¨® de Helsinki con la plaza a la vista. Francia patin¨® en Georgia y el equipo de Del Bosque ya tiene tres puntos de ventaja ¡ªcon un posible empate a puntos tambi¨¦n a favor¡ª y solo debe tramitar en casa sus duelos con bielorrusos y georgianos. Espa?a tiene todo a favor tras tramitar un partido de cierto engorro, poco brillante y de cuyo recuerdo solo quedar¨¢ la victoria ante un contrario incordiante. Tras el estacazo de Maracan¨¢, la selecci¨®n tambi¨¦n est¨¢ de pretemporada, con bajas y algunas pruebas. Donde no hay ensayo es en la porter¨ªa. Del Bosque no olvida, y, por ahora, Casillas es su portero, el que siempre le ha respondido de maravilla. El t¨¦cnico no encuentra motivos para su exclusi¨®n. Ni siquiera los percibe V¨ªctor Vald¨¦s, ejemplar con su actitud. Entre el grupo a¨²n hay devoci¨®n por el capit¨¢n y la bronca est¨¢ en otro sitio. En Helsinki, a la primera, ya apareci¨® Casillas, que evit¨® con el pie un mal despeje de Sergio Ramos que a punto estuvo de enredar el encuentro para La Roja. No tuvo m¨¢s tajo. Pero Casillas fue Casillas cuando el guion lo requiri¨®.

Del Bosque ten¨ªa grapado en las entra?as el partido de Helsinki. Los tropezones con Finlandia y Francia no dejaban lugar a otro resbal¨®n. Por ello, el t¨¦cnico quiso despejar debates que no comparte, como el de la porter¨ªa. Su ¨²nica discusi¨®n, con los finlandeses. Sali¨® ganador sin un gran encuentro, resuelto sin alardes, pero con eficacia. Era lo que demandaba la jornada y Espa?a cumpli¨®. Primero, cuando tuvo la mayor autoridad, con una llegada de Alba; luego, con el partido sin amarras, con una contra de Navas apuntillada por Negredo. Suficiente.

Hace tiempo que en Espa?a no abundan los laterales izquierdos, posici¨®n de poco caladero en estos a?os de ¨¦xitos. Jordi Alba, extremo como juvenil, se ha hecho con el puesto y, en partidos como el de Helsinki, no deja dudas. Otra cosa es cuando debe medirse con delanteros cachas que meten la directa, ya fuera Hulk, en el estacazo de Maracan¨¢ en la Confederaciones, o recientemente Diego Costa en la Supercopa. Cuando el adversario no se destapa y nadie amenaza por las orillas, Alba toma la delantera y ah¨ª est¨¢ en su salsa. Esa es su mejor versi¨®n, la de desvestir al rival con sus aceleraciones. Finlandia, solo con cascar¨®n defensivo, le dio pista, porque nadie le incordi¨® en ataque. Limitada a taponar en el balc¨®n del ¨¢rea con una marabunta de futbolistas, los n¨®rdicos tampoco presionaban a los asistentes. As¨ª que Cesc, que tiene repertorio como ariete o arquitecto, se descolg¨® unos metros y Alba, que lleg¨® en diagonal hacia la porter¨ªa local, le pidi¨® cita. Un pase magn¨ªfico de Cesc, preciso, de velocidad justa, a la coronilla de los zagueros finlandeses, anticip¨® una excelente maniobra del lateral azulgrana. Alba, con un control orientado hacia el punto de penalti, desbarat¨® a Maenpaa con un sutil remate con la puntera derecha.

Ni siquiera Vald¨¦s, ejemplar en su actitud, encuentra motivos para la exclusi¨®n de Iker

Alba puso en ventaja a Espa?a con una llegada al espacio en un partido sin apenas rendijas para los jugadores de Del Bosque. La selecci¨®n se vio obligada a jugar al balonmano en la periferia del ¨¢rea. Su rival le concedi¨® un dominio abrumador (81,4% de posesi¨®n al descanso). Con el bal¨®n cosido al pie, Espa?a basculaba una y otra vez de costado a costado, pero sin profundidad. Tal era el consentimiento local, que Sergio Ramos pas¨® la noche enquistado entre Xavi e Iniesta, como si fuera Busquets. No hay equipo m¨¢s paciente que esta Espa?a. En ocasiones le puede la ret¨®rica, pero sabe que solo a partir del buen trato a la pelota puede desanudar a rivales como Finlandia, que solo envida con un buena carrocer¨ªa f¨ªsica y los ratos de ¨¢nimo que le permitan contrarios muy superiores hasta que sellen el marcador. No lo hizo Espa?a, que perdi¨® la marcha tras el descanso y estuvo en vilo m¨¢s de la cuenta, por mucho que el seleccionador agitara el cesto en ataque, con Navas y Negredo como relevos de Villa y Cesc. Antes de sentenciar el choque, Negredo ya tuvo ocasi¨®n de hacerlo antes, pero no pudo aprovechar una estupenda asistencia de Xavi.

Cuando el adversario no se destapa, Jordi Alba toma la delantera y ah¨ª est¨¢ en su salsa

Si en el lateral izquierdo la cosecha es escasa, por la otra banda tampoco hay pompas. Sin necesidad de escoltar a nadie, Arbeloa, inofensivo en ataque, dej¨® paso a Koke, una soluci¨®n postiza de Del Bosque. Puramente experimental. Al buen centrocampista del Atl¨¦tico le falta velocidad y desborde para volar por fuera; es un jugador de interior. En esta Espa?a de Xavi e Iniesta, de Cesc y Silva, de Isco y de Cazorla, hay una inflaci¨®n de volantes. Los arietes no tienen cancha y se desde?a el oficio de defender. Con Koke no se pudo abrir una v¨ªa y con Ramos desatado, Finlandia se mantuvo en pie. Es un equipo sin cartel, sin distinci¨®n alguna, pero al abrigo de su gente el precedente de Gij¨®n (1-1) era a¨²n m¨¢s inquietante. No es que Espa?a sufriera un asedio, pero poco a poco el partido se descosi¨®, y de forma sorprendente el grupo espa?ol perdi¨® el gobierno. Del Bosque ech¨® entonces el lazo a Cazorla, sustituto de Pedro. Se?al de que pretend¨ªa recuperar el control con m¨¢s posesi¨®n que empuje. Para entonces ya hab¨ªa concluido el duelo de Francia en Georgia y Brasil ya estaba a la vista. De inmediato, cerca del final, Xavi tir¨® de escuadra y cartab¨®n, lanz¨® a Navas y el sevillano conect¨® con su compa?ero Negredo, que evit¨® mayores apuros. Definitivamente, Espa?a ya estaba a un paso del Mundial. De eso se trataba en Helsinki. El f¨²tbol, la otra Espa?a, para mejor ocasi¨®n.