Lanzarote burla a su suerte
El delantero culmina en el Espanyol una carrera de superaci¨®n
Forj¨® sue?os de Primera Divisi¨®n en La Mas¨ªa, pero cay¨® en las trampas del f¨²tbol. Intent¨® reinventarse en Segunda y volvi¨® a tropezar. Se trag¨® el orgullo y se dio la ¨²ltima oportunidad en Tercera. Del glamour de la cantera del Barcelona a reinventarse en el Sant Andreu. Y a paso corto, pero seguro, todo cambi¨® para Manu Lanzarote (Barcelona, 1984). ¡°Hac¨ªa 29 a?os que so?aba con esta posibilidad¡±, revel¨® el delantero, tras su debut en la categor¨ªa de oro frente al Valencia.
Extremo h¨¢bil y de buena pegada, Lanzarote se cri¨® en La Mina, un barrio duro de Barcelona, y pas¨® una vida con m¨¢s penas que glorias, pero se dio el lujo de imitar un gol de Diego Maradona el d¨ªa que se estren¨® en la Primera Divisi¨®n en Los C¨¢rmenes de Granada. ¡°Viv¨ªa en un barrio humilde, pero mi infancia la recuerdo muy bonita; siempre cerca del bal¨®n¡±, explica el jugador, que no cambia su timbre de voz ni cuando repasa su historia ni cuando habla de su presente. La procesi¨®n va por dentro. ¡°He visto de todo en La Mina: coches a mil por hora, redadas de la polic¨ªa... Viv¨ªa justo enfrente del ambulatorio. Vi demasiadas cosas¡±, cuenta el delantero que siempre se mantuvo cerca de la pelota y de su t¨ªo Manolo. ¡°Cuando empec¨¦ a jugar en La Mas¨ªa mi t¨ªo materno me esperaba con la merienda a que saliera del colegio, me acompa?aba a los entrenamientos y aguardaba hasta que terminaba para llevarme a casa¡±, recuerda el jugador del Espanyol que a los 17 a?os tuvo un ba?o de realidad. ¡°A una determinada edad te das cuenta de que los que jugaban contigo en la calle cuando eras ni?o, hac¨ªan otras cosas¡±. Y dijo basta: ¡°Hay un d¨ªa que te choca todo de golpe y piensas: ¡®Esto no puede ser. Tengo muy claro de d¨®nde vengo, pero s¨¦ d¨®nde quiero ir¡±.
¡°Ten¨ªa compa?eros en el Bar?a que eran de otros sitios y yo quer¨ªa salir del barrio. Quer¨ªa conocer otras cosas¡±, explica Lanzarote. As¨ª que decidi¨® contar una mentira piadosa y explicar que sus padres se hab¨ªan trasladado de Barcelona para irse a vivir a La Mas¨ªa. La jugada le sali¨® bien. Pero en el Bar?a las cosas empezaron a torcerse. ¡°Me atasqu¨¦ en el Bar?a C y jugu¨¦ pocos partidos en el B¡±, dice el delantero que decidi¨® marcharse y probar suerte en el Lleida. Pero sin fortuna. Pas¨® al Atl¨¦tico de Madrid B; tampoco pudo consolidarse. Se fue al Oviedo y el equipo descendi¨®. Lanza echaba la moneda al aire y siempre le tocaba cruz. Y el colmo lo vivi¨® en el conjunto asturiano. Despu¨¦s de marcar por duplicado en un partido frente a la Real Sociedad B (2-3), ofreci¨® su camiseta a la afici¨®n y se la devolvieron. ¡°Cay¨® en las manos del menos indicado. Por suerte el delegado la cogi¨®¡±, asegura el catal¨¢n.
El jugador, que pas¨® por la escuela del Bar?a, se cri¨® en el duro barrio barcelon¨¦s de La Mina: "Vi demasiadas cosas"
Ante la imposibilidad de volver a jugar en Segunda B, fich¨® por el Sant Andreu en Tercera. ¡°Era mi ¨²ltima oportunidad. Ya no me quer¨ªa ni el Castelldefels¡±, confiesa Lanza. ¡°Le pas¨® lo que sucede con muchos chicos del Bar?a, pasan de tenerlo todo a padecer un poco en otros clubes¡±, explica Natxo Gonz¨¢lez, su entrenador en el Sant Andreu. ¡°Intentamos hablar mucho con ¨¦l y exigirle para que pudiera mostrar su potencial¡±, a?ade. ¡°Hizo grandes temporadas y comenz¨® a sacar cabeza¡±. Tres buenos a?os con un ascenso incluido en el conjunto catal¨¢n le llevaron al Eibar. Trabajo duro para un delantero fino. ¡°Despu¨¦s de pasar por aqu¨ª, ¨¦l se hizo m¨¢s fuerte, tanto en lo futbol¨ªstico como en lo mental¡±, explican sus compa?eros en el equipo vasco.
El Eibar fue el punto de inflexi¨®n. ¡°Todos los futbolistas deber¨ªan pasar por ese club. En el pueblo da lo mismo que seas jugador del primer equipo, carnicero o panadero¡±, asegura Lanzarote, que tras su buen a?o en el Eibar, fich¨® por el Sabadell. ¡°Como todo buen futbolista se cri¨® jugando en la calle. Tiene una habilidad innata y a eso hay que sumarle sus ganas de aprender y de tirar adelante a su familia¡±, dice Llu¨ªs Carreras, quien lo dirigi¨® en el equipo arlequinado. ?scar Perarnau, director deportivo del Espanyol, sigui¨® de cerca la evoluci¨®n del delantero y lo pesc¨® para el equipo de Aguirre.
Pero antes de firmar por el Espanyol, Lanzarote ten¨ªa que hacer una llamada. ¡°Le dije a m¨ª t¨ªo Manolo que se vistiera bien porque lo iba a llevar a comer. Cuando vio Cornell¨¤ se puso a llorar. Era tambi¨¦n su sue?o¡±, cuenta el extremo, que abri¨® una escuela de f¨²tbol femenino. ¡°Ver a las ni?as entren¨¢ndose es volver a las ra¨ªces, al f¨²tbol de verdad, al amor por el bal¨®n¡±, reflexiona el delantero, que intenta hacerse un hueco en el equipo blanquiazul. Un nuevo reto. Uno m¨¢s para Lanzarote que aprendi¨® a sacar f¨²tbol de la chistera para gambetear a su destino.
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