El Granada enciende la luz
El conjunto de Alcaraz logra su primera victoria en Los C¨¢rmenes ante un flojo Athletic
Si el Athletic no hubiera cambiado de camiseta, por coincidencia de colores con el Granada, ning¨²n futbolista de los 22 se hubiera confundido de compa?ero a la hora de efectuar el pase. Bastaba con las horizontales de los nazar¨ªes frente a las verticales de los leones para distinguirse. Tan lentas, en la primera mitad, eran las transiciones que se pod¨ªa mirar a la cara al compa?ero sin riesgo a equivocarse. Quiz¨¢ son tan diferentes ambos equipos que igualaban su convivencia en el campo. El Athletic es un vendaval en San Mam¨¦s y una leve brisa como visitante. El Granada era un airecillo en Los C¨¢rmenes y sopla con m¨¢s fuerza en los desplazamientos. As¨ª que el pacto de no agresi¨®n estaba inicialmente cantado. Quien lo rompiese, ganaba. Y lo rompi¨® el Granada en la segunda mitad, cuando decidi¨® que ya era hora de echar agua al pantano, de ver como se mece la red de su estadio cuando la golpea el bal¨®n, c¨®mo celebra su p¨²blico los goles. El Athletic, buen samaritano, le echo una mano y de paso se ech¨® la otra al cuello y se ahog¨® en el ¨¢rea. No uno, sino dos goles hizo un Granada de secano ante un Athletic con menos personalidad que un sicario.
Granada, 2; Athletic, 0.
Granada: Roberto; Nyom, Diakhat¨¦, Murillo, Angulo; Iturra, Recio, Pereira (Foulquier, m. 69), Brahimi (Dani Ben¨ªtez, m. 80; Fran Rico, m. 85); Buonanotte y El Arabi. No utilizados: Karnezis; Mainz, Ighalo y Riki.
Athletic: Iraizoz; Iraola, Gurpegi, San Jos¨¦, Laporte; Be?at (De Marcos, m. 59), Mikel Rico; Susaeta, Herrera, Ibai G¨®mez (Muniain, m. 53); y Aduriz (Toquero, m. 72). No utilizados: Herrer¨ªn; Etxeita, Albizua y Mor¨¢n.
Goles: 1-0. M. 52. El Arabi, de penalti. 2-0. M. 61. El Arabi remata de cabeza un saque de esquina.
?rbitro: ?lvarez Izquierdo. Mostr¨® tarjeta amarilla a Iturra, Recio y Muniain.
Unos 12.000 espectadores en el estadio de Los C¨¢rmenes.
Los C¨¢rmenes llevaba tres partidos sin levantarse del asiento. Es decir, sin gol. Ni ganaba ni marcaba, a pesar de tener una l¨ªnea de media puntas interesantes, pero con las u?as tan afeitadas que no se rascaba ni la nariz. El Arabi abre espacios para que entre Buonanotte, pero el argentino no es un killer. El l¨ªo es de concepto: Buonanotte asiste a El Arabi, pero El Arabi, deja sitio a Buonanotte. Conclusi¨®n: no se encuentran. Como eso no ocurr¨ªa, Herrera les concedi¨® un penalti de espaldas, sin querer, al intentar despejar una jugada intrascendente. Lo que el ¨¢rbitro no vio (un penalti de Murillo a Aduriz, al cuarto de hora), lo advirti¨® en la acci¨®n de Herrera. Cosas del destino.
El partido no hab¨ªa cambiado. El resultado s¨ª. La grada hab¨ªa necesitado 320 minutos para levantar los brazos, aunque Iraizoz estir¨® los suyos, a punto de desviar el disparo raso y potente de El Arabi, aprovechando la rapidez del c¨¦sped. El Athletic tiene doble personalidad y la primera alineaci¨®n repetida de Valverde en lo que va de temporada demostr¨® que algunos futbolistas no aguantan la exigencia del calendario. Be?at e Ibai G¨®mez fueron sombras de s¨ª mismos, como si ante el Betis hubieran vaciado los bolsillos en el casino del f¨²tbol.
De los dos Athletic sali¨® el malo, el asustado, el impreciso, el desordenado, el que en vez de defensa tiene estatuas de sal. Y de los dos Granadas, el de casa ¡ªseco¡ª y el de fuera ¡ªjugoso¡ª sali¨® el segundo en la segunda mitad, impulsado por el juego vivaz de Buonanotte y la agilidad de El Arabi o Pereira. Herrera tiene la culpa en el penalti por no tener dos ojos en la espalda. El segundo del Granada, obra de El Arabi, en un saque de esquina es un homenaje a los entrenamientos y un suspenso colectivo a la defensa (por llamarle algo) del Athletic. Si en el minuto 68, Buonanotte, con su 1,61m marca de cabeza tras un centro de El Arabi, los centrales ayer azules del Athletic hubieran dimitido del cargo.
La fe del Granada, fue la fe con obras. Malgast¨® la primera mitad en la niebla de miedo. Con tres partidos perdidos en su campo, el empate era una medalla de plata. El miedo a volar te deja a ras de tierra, y ah¨ª figuraba la impronta de Iturra y Recio por encima de la calidad de sus delanteros. Pero en la segunda mitad, abri¨® las alas y vol¨®. Le ayud¨® el Athletic, con su desorden y su apat¨ªa defensiva, pero no es menos cierto que el equipo de Lucas Alcaraz les busc¨® las cosquillas, abri¨¦ndole el campo y rompiendo las costuras de dos laterales ap¨¢ticos (Iraola y Laporte) y dos centrales descosidos y lentos. Buonanotte les fundi¨® los plomos y El Arabi encendi¨® la luz de Los C¨¢rmenes. El Athletic firm¨® su peor partido de la temporada y alumbr¨® todas las dudas posibles sobre su falta de car¨¢cter. El Granada, en cambio, las resolvi¨®, al menos de momento aunque pocas veces encontrar¨¢ un amigo tan fiel y generoso como el Athletic.
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