La belleza y el miedo de lo desconocido
La Volvo Ocean Race es una suma de aventura y competici¨®n en unas condiciones extremas Desde hace 40 a?os se escribe la historia de superaci¨®n de una carrera por todo el planeta
La reina de las pruebas oce¨¢nicas, la Vuelta al Mundo a vela, zarpar¨¢ desde el puerto de Alicante dentro de justo hoy un a?o, el 4 de octubre de 2014. Una regata costera pondr¨¢ el sem¨¢foro en verde para una competici¨®n ¨²nica en el planeta por su mezcla de aventura, tecnolog¨ªa y desaf¨ªo extremo en las condiciones m¨¢s duras que puedan verse en los oc¨¦anos. Son muchas historias de proezas, superaci¨®n, miedo, barcos hundidos, piratas e incluso de muerte desde que hace ahora 40 a?os los amarres ingleses de Portsmouth despidieran a las primeras embarcaciones con destino a lo desconocido. Much¨ªsimo ha cambiado desde que el mexicano Ram¨®n Carl¨ªn cruzara primero la meta con el Sayula II hasta estos d¨ªas en que cada embarcaci¨®n es un f¨®rmula uno volando a 40 nudos sobre las olas. Los tripulantes ya no se gu¨ªan por las estrellas sino que el sat¨¦lite les dice al cent¨ªmetro su posici¨®n y la de cada compa?ero de viaje. Ya no es la Whitbread Round the World, sino que desde 2001 responde al nombre de Volvo Ocean Race. Pero lo que uno siente de noche en medio del oc¨¦ano, entre un mar salvaje, sigue siendo lo mismo.
Ser¨¢n 39.379 millas n¨¢uticas, unos 72.000 kil¨®metros, llenos de locura. Desde Alicante a Gotemburgo, base de Volvo, el 27 de junio de 2015, pasando por Ciudad del Cabo, Abu Dhabi, Sanya (China), Auckland, Itaja¨ª (Brasil), Newport, Lisboa y Lorient. Un recorrido planetario para una regata que en los ¨²ltimos a?os ha multiplicado su repercusi¨®n, con una audiencia estimada de 800 millones de espectadores en todo el globo.
El protagonismo espa?ol comienza en el mismo arranque. Alicante ser¨¢ de nuevo puerto de salida como ya lo fue en 2008 y 2011, despu¨¦s de tomar el relevo de Vigo en 2005, la primera ocasi¨®n que no se soltaban los cabos desde Portsmouth. Fueron 110 millones de euros de impacto econ¨®mico en Espa?a en la ¨²ltima edici¨®n, 90 de ellos en la Comunidad Valenciana.
Pero Espa?a quiere ser sobre todo protagonista al final, en la meta de Gotemburgo. El gran reto pendiente de la vela espa?ola, el deporte con m¨¢s metales ol¨ªmpicos, es culminar primero este Everest del mar. Desde aquel pionero proyecto del Licor 43 en 1981 (19? clasificado entre 20 participantes) se ha pasado en las ¨²ltimas ediciones a un conjunto ambicioso y bien curtido a los mandos de Pedro Campos. La curva de progreso es evidente: sextos en 2006 con el Movistar ¡ªuna edici¨®n tr¨¢gica: el barco espa?ol acab¨® hundido en el fondo del Atl¨¢ntico y a su tripulaci¨®n la rescat¨® el holand¨¦s ABN Amro II, que llevaba a bordo el cad¨¢ver de un tripulante ahogado tras caerse al mar¡ª, terceros en 2009 con el Telef¨®nica Azul y cuartos en 2012 con el Team Telef¨®nica, una embarcaci¨®n que pese a quedarse fuera del podio roz¨® la gloria. Iker Mart¨ªnez y el resto de marineros fueron l¨ªderes durante 38.000 de las 40.000 millas de la prueba, solo descabalgados a ¨²ltima hora por problemas t¨¦cnicos, y ganadores por tiempos. En cualquiera otra edici¨®n hubieran sido los vencedores. Pero en la pasada se decid¨ªa por puntos. Fue, como describi¨® Xabi Fern¨¢ndez, igual que perder el partido en el descuento.
As¨ª que la historia ha quedado pendiente y hoy Campos lucha por abrochar un patrocinio que asegure cubrir un presupuesto cercano a los 15 millones de euros. Solo hay un objetivo, ser los m¨¢s r¨¢pidos en dar la vuelta al mundo.
El Team Telef¨®nica fue l¨ªder en 38.000 de las 40.000 millas de la pasada edici¨®n
La organizaci¨®n espera que ocho embarcaciones participen en la prueba. Solo dos, Abu Dhabi y Team SCA, equipo ¨ªntegramente femenino patrocinado por la multinacional sueca, han dado el s¨ª definitivo. El resto espera cerrar cuentas para pagar los 4,5 millones que cuesta cada barco. Ser¨¢n, por primera vez, embarcaciones de dise?o ¨²nico. Cuatro astilleros, en Italia, Francia, Suiza y Reino Unido, confeccionan barcos exactamente iguales para cada equipo, un empate t¨¦cnico que reducir¨¢ costes y, sobre todo, igualar¨¢ al m¨¢ximo la competici¨®n. Ya no decidir¨¢n solo los tornillos, sino m¨¢s que nunca el coraz¨®n de los hombres de mar. Como una carrera en que cada piloto condujera la misma m¨¢quina.
Un reportero a bordo de cada nave transmitir¨¢ en vivo el pulso de la prueba, la convivencia, las horas sin dormir y las comidas liofilizadas en equilibrio, la belleza del amanecer y el temor silencioso de la noche. El primer barco ya ha besado el agua y superado los primeros ex¨¢menes. Queda un a?o para la Volvo, un reto para gigantes que se sienten min¨²sculos en la infinidad del mar.
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