Otro arco en la familia

No dudo del leg¨ªtimo entusiasmo con el que muchos japoneses habr¨¢n acogido la elecci¨®n de Tokio como sede de los Juegos Ol¨ªmpicos de 2020, pero estoy seguro de que algunos habr¨¢n suspirado: ¡°S¨ª, est¨¢ muy bien, aunque a¨²n hubiera sido mejor ganar por fin el Arco¡­¡±. Porque el Arco, l'Arc de Triomphe, la gran carrera que se disputa en el hip¨®dromo parisino de Longchamp el primer domingo de octubre ha llegado a convertirse en una especie de obsesi¨®n sagrada para los turfistas nipones, su Santo Grial. A?o tras a?o env¨ªan a alguno de sus mejores caballos y de sus buenos jinetes para intentar conseguirlo y siempre se quedan a las puertas del ¨¦xito perdido in extremis, segundos por una cabeza o terceros, tant¨¢licamente cerca¡­ Supongo que los h¨ªpicos japoneses son quienes mejor pueden entender lo que sienten los alcaldes madrile?os respecto a las olimpiadas.

La ganadora ha sido una yegua de tres a?os, ¡®Treve¡¯, invicta en sus cinco salidas a la pista

Sin duda el aspirante al Arco m¨¢s s¨®lido que nunca ha llegado de Jap¨®n es Orfevre, un espl¨¦ndido alaz¨¢n tan espectacular de l¨¢mina como arrollador de galope. El a?o pasado se qued¨® a las puertas del triunfo: a poco m¨¢s de cien metros de la meta, cuando ya hab¨ªa rebasado sin problemas a todos sus rivales, peg¨® un inoportuno bandazo que le hizo perder cuerpos y permiti¨® que Solemia, con el gran Olivier Pelier, le cazase en los ¨²ltimos trancos. Jugando con el t¨ªtulo de la pel¨ªcula de Indiana Jones, la prensa brit¨¢nica le llam¨® the Raider of the Arc Lost. En la edici¨®n de este a?o, Orfevre ha vuelto a intentarlo, demostrando su mejor forma en la carrera preparatoria de mediados de septiembre. La armada japonesa contaba adem¨¢s con otra buena baza, Kiruna, ganador del Derby en su pa¨ªs y montado por el jinete campe¨®n Yutaka Take. Claro que este a?o el elenco de participantes era de especial calidad, compuesto por ganadores de las mejores pruebas no s¨®lo de Francia sino tambi¨¦n de Irlanda, Gran Breta?a, Argentina, etc¡­

And the winner is¡­. Pues ha sido una yegua de tres a?os, Treve, que permanece invicta en sus cinco salidas a la pista. Dotada de una aceleraci¨®n asombrosa, a pesar de haberle tocado uno de los peores cajones de salida ya antes de entrar en la recta final iba en cabeza y luego se fue y se fue hasta ganar sin aparente esfuerzo por cinco cuerpos. Orfevre tuvo que contentarse de nuevo con el segundo puesto y Kiruna fue cuarto. Cuando ten¨ªa un a?o, Treve fue comprada por s¨®lo 22.000 euros en una subasta francesa en la que hizo papel de Cenicienta. ?Cuidado con las Cenicientas, siempre se vengan! El clarividente que recogi¨® su zapatito de cristal fue Alec Head, patriarca de una de las familias h¨ªpicas m¨¢s destacadas de nuestro pa¨ªs vecino. Alec Head, ya cerca de los noventa a?os, fue en su d¨ªa entrenador de ganadores del Arco, como antes lo hab¨ªa sido su padre. Cri¨® con mimo a Treve, que despu¨¦s ha entrenado su hija Cricquette, tambi¨¦n ganadora ya del Arco en 1979 y cuyo yerno es precisamente el sevillano Carlos Laffon, entrenador a su vez de la vencedora el a?o pasado, Solemia. Es cierto que Treve ha corrido con los colores de un pr¨ªncipe de Qatar, pero este propietario s¨®lo ha puesto ahora su dinero en la yegua: lo dem¨¢s ha sido m¨¦rito de los Head, porque criar grandes caballos de carreras es todav¨ªa asunto de artesan¨ªa y no de millones. Asunto artesano, de familia¡­

La gran jornada ten¨ªa el valor a?adido de ver correr a un potro espa?ol

La gran jornada de Longchamp ten¨ªa para los aficionados espa?oles el valor a?adido de ver correr a un potro nacional, Noozhoh Canarias, en el Criterium de los dos a?os, una de las carreras m¨¢s importantes del calendario europeo para esa edad. Lleg¨® segundo, a medio cuerpo del favorito ganador y padeciendo una monta manifiestamente mejorable, lo que le convierte en puntero de su generaci¨®n. Una prueba m¨¢s de que en Espa?a, a pesar de la crisis, el desinter¨¦s de los medios y dem¨¢s dificultades, se siguen criando buenos caballos y se mantiene activa una afici¨®n que tiene que ver con nuestra tradici¨®n y que s¨®lo cuenta en firme con el entusiasmo de unos cuantos¡­como tantas cosas m¨¢s, ay, en nuestro pa¨ªs. ?Y c¨®mo se quedaron los japoneses despu¨¦s del Arco, su a?orado Grial? Pues nada, frustrados hoy pero dispuestos ma?ana a encontrar por fin su Parsifal. El d¨ªa que lo consigan, se lo habr¨¢n merecido con creces.