El f¨²tbol y la ¡®espa?ol¨ªa¡¯
La inminente convocatoria de Diego Costa evoca las experiencias de otros nacionalizados como Rub¨¦n Cano, Donato o Senna
La inminente convocatoria de Diego Costa para jugar con la selecci¨®n espa?ola, retrasada por cuestiones burocr¨¢ticas que hoy mismo la federaci¨®n intentar¨¢ agilizar ante la FIFA, ha desatado un debate de tintes nacionalistas en los aleda?os del mundillo del f¨²tbol. Costa, nacido en Brasil, est¨¢, para ciertos puristas, invalidado espiritualmente para ponerse la camiseta roja. La reacci¨®n no es nueva. Pero es mucho m¨¢s ins¨®lita que la vieja historia de la nacionalizaci¨®n de futbolistas nacidos fuera del pa¨ªs para incorporarlos al equipo de Espa?a, cuya g¨¦nesis se remonta a los a?os 20, y que incluye a ilustres como Di St¨¦fano, Puskas y Kubala.
El exseleccionador Luis Aragon¨¦s, que impuls¨® el uso de La Roja como grito de guerra deportivo y mercantil, y que cultivaba lo que ¨¦l denominaba ¡°espa?ol¨ªa¡± entre sus hombres, cree que el jaleo sobre la presunta falta de ¡°espa?ol¨ªa¡± de Costa es ret¨®rico y absurdo. ¡°La cuesti¨®n del amor a unos colores no es cuesti¨®n ni del seleccionador ni de la selecci¨®n¡±, afirma Luis. ¡°Es cuesti¨®n del jugador. De d¨®nde quiere estar. El jugador siente los colores nada m¨¢s ponerse la camiseta de un equipo o de una selecci¨®n. Siente los colores porque lo que desea es jugar lo mejor posible. En el caso de Senna, que naci¨® en Brasil, ¨¦l estaba deseando jugar con Espa?a. Cuando m¨¢s sufri¨® es cuando dejaron de llamarle. La patria de un futbolista es la camiseta que viste. Ellos lo quieren hacer bien de motu proprio. ?Este debate es imposible de descifrar! ?Un futbolista cuando sale al campo es como un torero cuando sale a una plaza! ?Qu¨¦ de d¨®nde son? ?Solo quieren salir a hombros! Est¨¢ por encima de todo esto. Los debates nacionalistas se producen fuera del f¨²tbol porque dentro del f¨²tbol no tiene sentido. T¨² no llamas a un jugador porque sea m¨¢s o menos espa?ol. Lo llamas porque desea estar en tu equipo¡±.
Luis Aragon¨¦s: ¡°La patria de un futbolista es la camiseta que viste¡±
El defensa argentino Mariano Pern¨ªa ten¨ªa 29 a?os cuando lo llam¨® Luis para ir al Mundial de Alemania en 2006. ¡°Son¨® el tel¨¦fono de madrugada¡±, recuerda. ¡°Estaba en Argentina de vacaciones, durmiendo. Me felicit¨® por el a?o que hab¨ªa hecho con el Getafe y me pregunt¨® si quer¨ªa formar parte de la selecci¨®n. Recuerdo que le dije que s¨ª de inmediato y se lo agradec¨ª, y, t¨ªpico de Luis, me hizo saber que no le ten¨ªa que agradecer nada porque me lo hab¨ªa ganado. El mismo d¨ªa me fui a Espa?a y me un¨ª al grupo. Fui con algunas dudas, con un poco de miedo a sentirme apartado, pero el recibimiento del grupo, de los aficionados y de la prensa fue excelente. El primero en recibirme fue Ra¨²l, que me present¨® a todos los compa?eros. Me hicieron sentir uno m¨¢s. Los equipos de f¨²tbol son as¨ª. Si aportas algo humanamente, si pones al grupo por delante de tus propios intereses, los compa?eros te tratan como si te conocieran de toda la vida en todos los pa¨ªses. Y si no lo haces, el grupo te rechaza aunque compartas lugar de nacimiento¡±.
Entre los mejores recuerdos de Donato Gama da Silva, nacido en R¨ªo en 1962, se encuentra su debut con Espa?a en Sevilla. ¡°Aquel partido contra Dinamarca en 1994¡±, dice, ¡°fue una cosa que jam¨¢s olvidar¨¦. Ganamos 3-0, fui uno de los mejores en el campo, y despu¨¦s del partido la afici¨®n del Pizju¨¢n me ovacion¨® coreando mi nombre: ¡®?Donato, Donato, Donato¡!¡¯ El cari?o de los espa?oles fue asombroso. Seguramente si hubiera debutado con Brasil la gente no me habr¨ªa recibido con tanto afecto. Ah¨ª habr¨ªa sido uno m¨¢s. Yo nunca vi una ovaci¨®n a un jugador de selecci¨®n como la que me dedicaron a m¨ª ese d¨ªa. Para m¨ª jugar con Espa?a fue la decisi¨®n m¨¢s acertada que tom¨¦ en mi vida. Claro que a m¨ª me habr¨ªa gustado jugar con Brasil. Pero con la selecci¨®n espa?ola abr¨ª una puerta a otros brasile?os, para que puedan defender la camiseta de otros pa¨ªses¡±.
Donato fue el primer brasile?o nacionalizado espa?ol que jug¨® con la selecci¨®n. Le siguieron Catanha y Senna. Tal vez el siguiente sea Diego Costa, con quien Rub¨¦n Cano se siente identificado. ¡°Mi situaci¨®n es igual a la de Diego¡±, observa, ¡°con la salvedad de que cuando yo me decid¨ª a jugar por Espa?a la selecci¨®n no estaba clasificada para el Mundial del 78. Un Mundial es lo m¨¢ximo para todo futbolista¡±.
Donato: ¡°Con la selecci¨®n espa?ola abr¨ª una puerta a otros brasile?os¡±
¡°Me nacionalic¨¦ en 1974, cuatro meses despu¨¦s de llegar a jugar al Elche¡±, recuerda Cano, que luego marc¨® una ¨¦poca como delantero del Atl¨¦tico. ¡°Mi padre era espa?ol, nacido en Almer¨ªa, en el pueblito de Purchena. Tuve una charla informal con gente de la federaci¨®n argentina pero nunca se comprometieron. Espa?a me cit¨® y me pareci¨® que si yo estaba jugando en Espa?a era m¨¢s honrado y m¨¢s justo ir con Espa?a¡±.
El destino quiso que Cano marcara el gol que le dio la clasificaci¨®n mundialista a Espa?a. ¡°Lo que m¨¢s recuerdo es el partido contra Yugoslavia en Belgrado¡±, dice. ¡°Ese 0-1 con un gol m¨ªo. Fue la revancha, porque Espa?a hab¨ªa perdido la clasificaci¨®n del Mundial 74 en Alemania y hab¨ªa perdido la de M¨¦xico 70 contra Yugoslavia. En el 77 fue una batalla campal. Le dieron un botellazo a Juanito, lesionaron a Pirri, marqu¨¦...¡±
Cano recuerda con un dejo de amargura su tr¨¢nsito final por el equipo. ¡°En ese momento¡±, dice, ¡°no hab¨ªa tanta pasi¨®n en toda Espa?a con la selecci¨®n. Iba poca gente a ver los partidos. Hab¨ªa muchas comunidades en donde la gente estaba contra la selecci¨®n. El regionalismo deportivo estaba muy exacerbado y se trasladaba al equipo. Yo lo sent¨ª en carne propia. En Salamanca todo el estadio me gritaba: ¡®?Indios fuera!¡¯ No era xenofobia. Era desprecio deportivo, porque yo era del Atl¨¦tico. Como vi que esto se acentuaba, despu¨¦s del Mundial de 1978 le ped¨ª a Kubala que no me llamara m¨¢s. En 1979 los espa?oles no se tomaban tan en serio a su selecci¨®n. Recuerdo partidos en Madrid a los que iban cuatro gatos locos¡±.
De Luyk y Dujshebaev a Zivanevskaia y ¡®Juanito¡¯
La historia de nacionalizados espa?oles es antigua en varios deportes, adem¨¢s del f¨²tbol. La llegada de Clifford Luyk y Wayne Brabender marc¨® un antes y un despu¨¦s en el baloncesto. Luyk, nacido en Siracusa (Estado de Nueva York), renunci¨® a la nacionalidad estadounidense y disput¨® su primer torneo con Espa?a en 1966. Brabender, nacido en Montevideo (Minnesota), se nacionaliz¨® en 1969 gracias a una legislaci¨®n que reconoc¨ªa los m¨¦ritos deportivos contra¨ªdos. La contribuci¨®n de ambos fue capital, especialmente la de Luyk, que med¨ªa 2,03 metros, hizo famoso su gancho y fue uno de los grandes p¨ªvots de la selecci¨®n, plata en el Europeo de 1973. M¨¢s adelante pasaron por ella otros nacionalizados como Sibilio, De la Cruz, Biriukov, Mike Smith, Rogers, Kornegay e Ibaka. La FIBA admite uno por selecci¨®n. Muchas cuentan con nacionalizados a la carta que apenas han estado en su pa¨ªs de acogida o no hablan su idioma. Los ejemplos, en el ¨²ltimo Eurobasket, son: McCalebb (Macedonia), Draper (Croacia), Jeter (Ucrania), Diener (Italia) o Hickman (Georgia), tras la estela de los estadounidenses Robert Holden y Rebecca Hammon con Rusia. La selecci¨®n espa?ola femenina cuenta con Sancho Lyttle, jugadora de San Vicente y las Granadinas, nacionalizada por carta de naturaleza. Su aportaci¨®n ha sido esencial en el bronce en el Mundial de 2010 y el oro en el Eurobasket de 2013.
En el waterpolo, fue capital para Espa?a el concurso de nacionalizados como Iv¨¢n P¨¦rez o Perrone, como lo han sido para el balonmano los de Dujshebaev, Ur¨ªos, Xepkin o Sterbik, para la nataci¨®n los de David y Martin L¨®pez Zubero y Zivanevskaia, para el atletismo los de Myers, Lino, Montalvo, Alozie o Qui?onez, para la esgrima el de Chapp¨¦, para el tenis de mesa el de Juanito He Zi Wen, para el f¨²tbol sala los de Fernandao, Alemao, Paulo Roberto y Ferreira... El caso del esqu¨ª es at¨ªpico. El alem¨¢n Johann Muehlegg, nacionalizado en 1999, fue tratado con todos los honores hasta que dio positivo y despose¨ªdo de sus tres medallas de oro en los Juegos de 2002. Muchos pa¨ªses aprovechan el fil¨®n para contar con deportistas nacionalizados de ¨¦lite, caso, sobre todo, de Francia, Israel y, en los ¨²ltimos tiempos, Catar.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.