El sudor de Nadal
Empapado por la humedad, el mallorqu¨ªn vence a Berlocq (6-1 y 7-6) despu¨¦s de superar un 1-4 en el tie break del segundo set.
All¨ª que va Carlos Berlocq, un guerrero sin espada ni escudo, dispuesto a combatir a pecho descubierto. El n¨²mero 44 es al tenis lo que Numancia a los romanos: un tipo dispuesto a dejarse la vida sobre la cancha aun sabiendo que la derrota es irremediable. Con el orgullo como bandera, el argentino levanta un 0-40 en la segunda manga y se encuentra con que Rafael Nadal, su her¨¢ldico contrario, est¨¢ de todo menos fresco, empapado en sudor como si acabara de salir del ba?o. Berlocq se pone 4-1 en el tie-break de la segunda manga. Nadal, enfangado en la humedad que ha seguido al tif¨®n que asol¨® esta semana Shangh¨¢i, le tumba (6-1 y 7-6) porque al argentino le entra el mal de altura: dispara dos dobles faltas en el desempate y permite que el mallorqu¨ªn se cite el viernes contra el suizo Stan The Man Wawrinka. Un hueso duro.
Berlocq no se inclina sin devolver el precio de la entrada. Compite con todo lo que tiene, sin regatear nada, aunque lo que tenga no sea mucho frente a uno de los mejores jugadores de la historia. El campe¨®n de 13 grandes le ve subiendo a la red para cerrar algunos puntos; arriesg¨¢ndose a soltar estacazos para abrochar los debates; rebuscando en el bolsillo de sus recursos hasta tocar el fondo, dispuesto a estirar el debate hasta donde le permita la raqueta. Cuando acaba el partido, el reloj cuenta que el encuentro ha durado 1h49m. En la ronda anterior, Dolgopolov, un tenista con m¨¢s credenciales y muchas m¨¢s armas que el argentino, le dur¨® a Nadal 58 minutos en segunda ronda. Suficiente fotograf¨ªa de que el argentino se lo dej¨® todo.
El mallorqu¨ªn, que no se enfrent¨® a ninguna bola de break y desaprovech¨® ocho, jug¨® de m¨¢s a menos. Acab¨® perdiendo metros de pista, compitiendo por detr¨¢s de la l¨ªnea de fondo ya desde el resto, lo que le quit¨® capacidad de decisi¨®n y posibilidades de dominar los intercambios desde el principio. Fue otro reflejo del esfuerzo de Berlocq, que en el inicio del tie-break saltaba, intent¨¢ndose activar, dici¨¦ndose que la tarea de derribar al gigante era posible. Nadal, que pena por la velocidad de la pista, a la que ha definido como la m¨¢s r¨¢pida del curso junto a la de Cincinnati (donde gan¨®), arranc¨® el desempate 1-4. Falto de frescura, acab¨® celebrando la victoria con rabia, casi como si hubiera ganado un t¨ªtulo, aliviado por haber acortado el duelo. Sudoroso, obligado a utilizar hasta cinco camisetas... pero en cuartos.
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