El arte de domar el miedo
Nadal tumba 7-6 y 6-1 a Wawrinka y llega a semifinales tras imponerse en un tie-break que dur¨® 21 minutos, le enfrent¨® a dos bolas de set en contra y decidi¨® con una arriesgada dejada
Esto es lo que debe sentir el torero cuando se arranca el toro, el bombero cuando se enfrenta al fuego. Rafael Nadal est¨¢ inmerso en uno de los tie-breaks m¨¢s largos de su carrera. En los cuartos de final del Masters 1000 de Shangh¨¢i, que le enfrentan con Stan The Man Wawrinka, ya ha tenido que superar tres bolas de set en contra, ha desperdiciado otras tantas y se ha dejado el alma en la pelea. Es 10-10 en el desempate, que parece no tener fin. Entonces, en ese momento de m¨¢xima tensi¨®n, con las pulsaciones desatadas, Nadal toma una decisi¨®n inusitada: lanza una arriesgada dejada, y cuando gana ese punto empieza a ganar el partido, porque le da pelota de set (la convierte) y le rompe la cabeza a Wawrinka. El espa?ol, vencedor de ese tie-break de 21 minutos y del encuentro (7-6 y 6-1), jugar¨¢ el s¨¢bado por la final contra el argentino Juan Mart¨ªn del Potro (14.00, Tdp).
Wawrinka nunca supera esa dejada. Le explota el cerebro. Sobre sus hombros pesa el 0-10 del cara a cara particular, el 0-22 en sets con el que llega al encuentro. Hasta esa bola, el suizo, ya todo un top-10, compite con valor, a pecho descubierto, peg¨¢ndole con todo. Tiene momentos maravillosos, brillantes incluso, en los que truena su derecha y su rev¨¦s dibuja bellas trayectorias con instinto asesino. Nadal, que no anda sobrado de piernas tras una temporada extenuante en la que solo ha perdido cuatro partidos, tiene que apretar los dientes frente a sus embestidas. Igual que esa dejada del desempate le retrata como un artista en el dominio del miedo, antes, frente a su primer bola de set en contra, pinta el cuadro que resume las razones que le han llevado a conquistar 13 grandes: dispara un segundo saque que lame la l¨ªnea, luego un derechazo que le limpia el polvo a la raya, y cierra el punto tras ganar un peloteo que de tan arriesgado podr¨ªa haber sido suicida. "La pista es r¨¢pida y favorece a los que se deciden a pegar fuerte y r¨¢pido, los partidos se ganan en los ¨²ltimos minutos o segundos y as¨ª ha sido", dice el n¨²mero uno tras el partido.
Se acab¨®. Me voy para casa Wawrinka, en el segundo set
Como tantos tenistas con rev¨¦s a una mano, el n¨²mero ocho mundial sufre frente a la f¨®rmula del zurdo de Manacor. En los momentos decisivos, el espa?ol recurre a su vieja receta de sacar contra el rev¨¦s y abrir contra la derecha, all¨ª donde su golpe precedente ha abierto el hueco. "Estoy muy contento con mi juego. He jugado mi mejor partido aqu¨ª sin duda", celebra Nadal.
¡°Se acab¨®¡±, musita Wawrinka en un cambio de lado. ¡°Me voy para casa¡±, se cuenta. Ha perdido el primer set con tres bolas de set a favor. El tie-break con una dejada. Dos bolas de break en el inicio del segundo parcial. ¡°Muy tonto¡±, se dice, destruido por dentro y por fuera por el tenista m¨¢s duro mentalmente de la historia. En Shangh¨¢i, Nadal sigue vivo y se enfrentar¨¢ a Del Potro. , mientras que al otro lado del cuadro Novak Djokovic se medir¨¢ a Jo-Wilfried Tsonga. Al espa?ol no le sobran piernas, pero s¨ª coraz¨®n, golpes y pasi¨®n competitiva. Lo sufri¨® Wawrinka, fue testigo el p¨²blico chino, ruidoso siempre, callado nunca: este tenista espa?ol es el mejor del planeta cuando toca domar el miedo.
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