Tito y Pol se relamen

?l dice que quiz¨¢ simplemente se haya hecho mayor. A sus 24 a?os Tito Rabat ha encontrado la tranquilidad interior, en apenas un a?o ha madurado a base de golpes, y eso se traduce en la forma en la que lleva su moto. Las visitas asiduas al psic¨®logo; las jornadas de entrenamiento con sus amigos, los hermanos M¨¢rquez; una nueva y estricta rutina, en la que ha incorporado las sesiones de gimnasio por primera vez en su vida; y una dieta que le ha permitido ganar algunos kilos han hecho posible el cambio. Se ve en la l¨ªnea que dibuja con su moto. Donde antes no marcaba una vuelta igual a la anterior ahora traza con delicadeza su paso por cada circuito. Sus tiempos lo corroboran. Y la confianza que le da el saber que hace bien las cosas le han llevado este fin de semana en Malasia a dominar cada sesi¨®n: desde el primer libre al primer escal¨®n del podio, pasando por la pole.

Rabat, un ciclista en escapada, fuera la carrera a 19 vueltas o a 12, como ocurri¨® finalmente a causa de un accidente, fue inalcanzable. Y sum¨® su tercera victoria de la temporada. Y de su vida. Cree que el t¨ªtulo es posible. Y lo dar¨¢ todo en las tres carreras que quedan para apurar sus opciones, aunque para ello deba v¨¦rselas con su compa?ero de equipo, Pol Espargar¨®. Gracias a su brillante exhibici¨®n este domingo Rabat se sit¨²a a 28 puntos del l¨ªder, Scott Redding. Nada es imposible. ¡°Si no me lo creo yo...¡±, re¨ªa antes de la carrera. ?l cree. Como lo hace Espargar¨®, que no pudo seguirle, pero s¨ª acompa?arle en el podio. Y a su derecha. Le gan¨® la partida a Luthi a falta de dos giros, lo que le coloca a un paso del l¨ªder del Mundial, que no pudo m¨¢s que ser s¨¦ptimo. Solo nueve puntos les separan.

Espargar¨® hab¨ªa perseguido a Luthi desde el tercer giro. Quer¨ªa recuperar lo que cre¨ªa suyo. No estaba para ganar, era consciente de ello; pero s¨ª para seguir recortando distancias a su rival. As¨ª que, para evitar imprevistos, lo intent¨® al inicio de la pen¨²ltima vuelta, en ese primer cambio de direcci¨®n que forman las curvas uno y dos. Y lo logr¨®. Y marco distancias con el suizo. Cuanto mayor sea el mordisco, mejor. Y 20 puntos son m¨¢s provechosos que 16. No le queda otra que arriesgar. Y lo sabe.

Desde una posici¨®n m¨¢s c¨®moda, la que da el liderato del Mundial, Redding trat¨® de arreglar su mal fin de semana con otra remontada. Pero no lo consigui¨® esta vez. Un s¨¦ptimo puesto es poca cosa para un piloto que quiere el t¨ªtulo y que ya ha fallado mucho ¨²ltimamente. Con tres victorias este a?o, el brit¨¢nico no gana desde que lo hiciera en Silverstone. Y sus perseguidores, los dos pilotos del equipo de Sito Pons, se relamen.

La carrera hab¨ªa empezado con un gran susto y en un escenario que, precisamente, no trae muy buenos recuerdos, pues hace solo dos a?os falleci¨® en carrera Marco Simoncelli. Ni siquiera se hab¨ªa completado una vuelta cuando se encendieron todas las alarmas. A la salida de la curva 14, la que da entrada a la contrarecta de Sepang, Axel Pons perdi¨® el control de su moto: se cay¨® solo, pero se qued¨® varado en un punto cr¨ªtico, donde los pilotos empiezan a acelerar para aprovechar la potencia de sus m¨¢quinas en aquella larga recta. Y su moto sirvi¨® de zancadilla a los que ven¨ªan detr¨¢s. Su accidente arrastr¨® consigo a otros cuatro corredores m¨¢s, que fueron cayendo uno tras otro: Iturrioz, Kraisart, Zaidi e Immamudin, todos ellos pilotos de la cola de la parrilla, el primero un reci¨¦n llegado al Mundial y los otros tres invitados como wild card a esta carrera. Pero el susto se qued¨® solo en eso.

Ninguno de los afectados sufri¨® heridas graves. Eso s¨ª, la carrera se par¨® al ondear de inmediato la bandera roja y el pasillo de garajes se abri¨® unos 25 minutos despu¨¦s ¨Ctoda vez se hab¨ªa limpiado la zona de aceite¨C para dar paso a una carrera algo m¨¢s corta, de 12 vueltas, en lugar de 19. Ninguno de los cinco implicados en este accidente m¨²ltiple pudo volver a la pista. ¡°Me han dado por detr¨¢s y he volado por los aires¡±, se excusaba Pons. Y, poco despu¨¦s, Jordi Torres admiti¨® el toque, ligero, pero existente. Y fatal en las primeras curvas de una carrera de Moto2, con el pelot¨®n a¨²n compacto. Aquel peque?o error desbarat¨® la estrategia de quienes so?aban con la victoria en una carrera m¨¢s larga: Rabat pudo reponerse; Espargar¨® se lament¨® por creer que su punto fuerte explotar¨ªa en los ¨²ltimos giros; y Redding, que acababa de adelantar a Espargar¨® y era tercero cuando mostraron la bandera roja, tuvo luego que esquivar a De Angelis y Simeon para que no le arrastraran consigo en la ca¨ªda y ya no pudo recuperarse. El Mundial est¨¢ que arde.?