Rodri eclipsa al peque?o ¨ªdolo

Se le esperaba con ansiedad desde la grada. Seguramente la misma que ocupaba el peque?o cuerpo de Jos¨¦ Garc¨ªa, de 16 a?os, ¨²ltimo icono de Osasuna y un revulsivo inesperado para un equipo poco acostumbrado a la idolatr¨ªa. Desde que hace diez a?os se hiciera famoso por su manera de vivir los partidos -el espect¨¢culo de aquel furibundo hincha de seis a?os lo sac¨® a la palestra el programa de Canal+ El d¨ªa despu¨¦s-, el nombre de Jos¨¦ ha estado en boca de la afici¨®n navarra desde que Javi Gracia lo llamase con el primer equipo. Era la culminaci¨®n de un sue?o. Y lo sab¨ªan los aficionados que se acercaron a El Sadar para adornar con pancartas el nuevo hogar de su ni?o -Zorionak Jos¨¦! (?Felicidades Jos¨¦!)-. Aunque el deb¨² no se cerr¨® con victoria, ya que Rodri aprovech¨® un error de Andr¨¦s para deformar el cuento, el chaval dej¨® muestras de que la aventura no iba desencaminada en los 25 minutos que estuvo sobre el c¨¦sped. Un quiebro a falta de cinco minutos para el final levant¨® al estadio y dio fe a su equipo. El disparo lo repeli¨® Esteban, el otro 'ogro' del cuentro.

Poco se le notaron los nervios a Jos¨¦ Garc¨ªa, aunque decidiera tapar su menudo cuerpo con una camiseta de manga larga y se subiera las medias hasta las rodillas. Primero se tir¨® al suelo a taponar a Rodri y se desga?it¨® pidiendo el bal¨®n constantemente cuando el partido ya estaba cuesta arriba. Pero antes de su salida, Osasuna se hab¨ªa topado con un Almer¨ªa ordenado, al que se le notaba c¨®modo por su forma de moverse. Deambulaba como en casa, sin nervios, siempre con gente alrededor, arm¨®nico a la hora de posicionarse. Si bien sali¨® con cinco defensas, la costura tampoco parec¨ªa exagerada teniendo en cuenta que el despliegue no era ¨²nicamente para contener. Con Pellerano y Trorsiglieri persiguiendo balones por alto, Nelson y Dubarbiaer asomaban a menudo en campo rival con la conciencia tranquila.

No as¨ª Osasuna, que teniendo anulado su principal principal argumento, el de la presi¨®n y el lanzamiento de balones directos al ¨¢rea contraria, se le complic¨® el caldo por falta de ingredientes. Ten¨ªan claro los navarros d¨®nde radicaba su fortaleza, pero como a Sans¨®n, se le fue la fuerza sin darse cuenta. Solo Cejudo con un par de disparos desde fuera del ¨¢rea intimid¨® a Esteban que, sin embargo, tuvo que esforzarse en un remate de cabeza del medio cordob¨¦s, al que el bal¨®n golpe¨® en la cabeza sin querer.

Sin un dominador claro, al equipo andaluz le funcionaban mejor las piernas para armar el ataque al primer soplido de aire. Aleix Vidal y Rodri conectaron por la banda derecha generando mayor superioridad con la llegada de Nelson. Solo Raoul Loe, al que le sobran piernas pero le faltan pases, acudi¨® al rescate de Dami¨¢, el mayor perjudicado. Con Silva y el franc¨¦s en el centro del campo, Osasuna adolece de capacidad de brinco, de mover al rival con un pase inesperado o un desplazamiento en largo al espacio vac¨ªo. M¨¢s complicada a¨²n la empresa si enfrente aguarda una formaci¨®n que a veces reuni¨® a siete jugadores.

Si hasta ahora una de las pocas piezas sin ninguna muesca se personificaba en Andr¨¦s, el portero murciano no estuvo especialmente acertado a la salida de un c¨®rner. Dubarbier coloc¨® el bal¨®n en los brazos del meta pero a ¨¦ste se le resbal¨® como si llegase untado de aceite. De ese quiero y no puedo se benefici¨® Rodri para introducir el bal¨®n en la porter¨ªa.

Aunque lo intent¨® Osasuna por medio de la entrega del benjam¨ªn Garc¨ªa y la constancia de Oriol Riera, el marcador no se movi¨®. Un resultado que supone una inyecci¨®n de tranquilidad para el Almer¨ªa, que suma su tercera victoria consecutiva, y una burbuja creciente en medio de la circulaci¨®n de Osasuna. Aunque uno de sus futbolistas seguro que encuentra un peque?o resquicio de alegr¨ªa, o no, ya se conoce su car¨¢cter.