Velocidad, f¨²tbol, belleza
El Rayo deja la cola de la tabla tras superar en un partido bell¨ªsimo a un Celta que a¨²n no ha ganado en su casadar sus frutos
Hay f¨²tbol m¨¢s all¨¢ de los reflectores que alumbran a los principales actores de esta Liga que tiraniza cada vez m¨¢s al modesto. Queda esperanza cuando dos equipos que pelean en el fondo de la tabla ofrecen un espect¨¢culo como el que vivi¨® Bala¨ªdos, nada sorprendente, por otra parte, para quien conoce el libreto de los protagonistas que acog¨ªa el vetusto y cada vez m¨¢s destartalado coliseo gallego. Lo normal era que Celta y Rayo depararan un magn¨ªfico partido de f¨²tbol desde el punto de vista del espectador que busca alternativas, frenes¨ª, codicia y destellos t¨¦cnicos. Fue, incluso algo m¨¢s. Fue un bello ajedrez manejado por dos j¨®venes t¨¦cnicos con amplio pedigr¨ª futbol¨ªstico, dos tipos que nunca salieron a un campo de f¨²tbol a contemporizar. Siguen en ello.
CELTA, 0; RAYO VALLECANO, 2
Celta: Yoel; Hugo Mallo, David Costas (Jonny, m. 73), Font¨¢s, Toni; Borja Oubi?a (Krohn-Dehli, m. 67); Santi Mina (Rafinha, m. 56), Augusto, ?lex L¨®pez, Nolito; y Charles. No utilizados: Sergio, Jonathan Vila, Orellana y David Rodr¨ªguez.
Rayo Vallecano: Rub¨¦n; Tito, G¨¢lvez, Arbilla, Nacho; Bueno (Larrivey, m. 54), Trashorras, Sa¨²l; Lass (Mojica, m. 75), Jonathan Viera y Iago Falqu¨¦ (Embarba, m. 68). No utilizados: Cobe?o, Rodri, Baena, Perea.
Goles: 0-1. M. 23. Jonathan Viera. 0-2. M. 72. Larrivey.
?rbitro: Fernando Teixeira Vitienes. Amonest¨® a Nolito, Borja Oubi?a, G¨¢lvez, Iago Falqu¨¦.
Bala¨ªdos. 20.696 espectadores.
La noche comenz¨® al galope, con un intercambio de golpes que no requiri¨® m¨¢s tanteo previo que las miradas en el t¨²nel de vestuarios. El Celta, que gusta de manejar la pelota, pero tambi¨¦n de gestionar r¨¢pidas transiciones, sali¨® sin riendas. Con Nolito y Santi Mina apu?alando los flancos. Profundo, amparado en un c¨¦sped r¨¢pido, ideal para pasadores como ?lex L¨®pez. Lleg¨® con claridad en los primeros cinco minutos al ¨¢rea de Rub¨¦n, pero en el credo del Rayo no est¨¢ escrita la palabra achantarse. A J¨¦mez le retrata la pizarra. Un tipo capaz de situar a Trashorras como ¨²nico mediocentro es un transgresor al que hay que prestar atenci¨®n. Mediapunta talentoso, alg¨²n estratega le puso en discusi¨®n por su capacidad para la resta y la agon¨ªa. Trashorras es un se?or futbolista. Y Paco un valiente. Hace tres jornadas el Almer¨ªa lleg¨® a Valencia con buen f¨²tbol, colista y con el entrenador en la pista de salida, se tap¨® con cinco zagueros, venci¨® y emergi¨®. El Rayo arrib¨® a Bala¨ªdos en similar situaci¨®n (el entrenador s¨ª ten¨ªa cr¨¦dito) y aline¨® en el once a cinco futbolistas con bastante experiencia como mediapuntas. Por momentos jug¨® como los ¨¢ngeles, como ya lo hiciera la temporada pasada en Bala¨ªdos. Lo hizo con un equipo reconstruido, con nuevos peones a los que Paco trata de instruir en su fe: respeto al bal¨®n, campo bien abierto, apoyos y llegadas. La clave es Trashorras. Lo fue en la gestaci¨®n de un gol colosal en el que recibi¨® mirando a su meta en campo propio, encimado por tres rivales. Pudo sacar un pelotazo o una bals¨¢mica cesi¨®n atr¨¢s, pero se invent¨® un pase vertical que dej¨® atr¨¢s a medio Celta, una genialidad que habilit¨® al lateral Tito para colocar un medido pase al coraz¨®n del ¨¢rea, donde Viera s¨®lo tuvo que elegir un palo para colocar la pelota en la red.
A esas alturas el Celta hab¨ªa perdido la pelota. Luis Enrique hac¨ªa gestos desde el banquillo para sujetar el caballo, pero su mediocampo ya andaba desbordado, en un exigente ida y vuelta del que el Rayo pudo sacar m¨¢s r¨¦ditos si Sa¨²l no hubiese pifiado un remate franco tras un saque de esquina. Pas¨® malos momentos el equipo vigu¨¦s, al que adem¨¢s presiona su incapacidad para ganar como local. Pero tiene f¨²tbol y lo mostr¨® en el tramo final de la primer parte y en un regreso en el que el partido cambi¨® porque consigui¨® juntarse con y sin bal¨®n, acab¨® con el esprint cont¨ªnuo y llev¨® al Rayo unos metros atr¨¢s. Se le abri¨® un nuevo partido a los vallecanos, un choque a la contra ante un rival que le dominaba. Dice J¨¦mez que les penalizan los despistes y en uno de ellos, en un saque de banda pudo empatar el Celta porque Charles es uno de esos delanteros siempre dispuestos a obtener ventajas de la nada. Algunas cosas hab¨ªan cambiado, pero el Celta segu¨ªa en el filo. Ninguno de los mensajes que se enviaron desde los banquillos fueron para dar un paso atr¨¢s. Luis Enrique renunci¨® a su mediocentro m¨¢s defensivo con m¨¢s de media segunda parte por jugar. Los dos primeros cambios de Paco supusieron la entrada en el campo de sendos delanteros. Los dos fabricaron el gol que sentenci¨® el partido. Larrivey remat¨® como los arietes de verdad un centro de Embarba, un chico que hace unos meses jugaba en el Carabanchel. Nada est¨¢ escrito sobre el futuro como entrenador de Paco J¨¦mez. El resultadismo y sus ap¨®stoles siempre acechan, pero emociona ver al equipo de menor presupuesto de la Liga (hay equipos de Segunda que gastan m¨¢s s¨®lo en jugadores) con una propuesta como la del Rayo. Si alg¨²n d¨ªa Paco puede liderar esa idea con futbolistas de alta gama habr¨¢ que prestar atenci¨®n para escuchar la sinfon¨ªa.
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