Susto y goleada
El Madrid pierde a Cristiano Ronaldo por lesi¨®n y arrasa al Almer¨ªa al contragolpe ¡ñ El portugu¨¦s marc¨® el primer gol del partido; Benzema, Bale, Isco y Morata completaron la goleada
El Madrid atropell¨® al Almer¨ªa en un partido que ofreci¨® m¨²ltiples lecturas y que dej¨® una secuela inquietante en medio de la euforia de los goles. Se lesion¨® Cristiano tras sufrir un golpe sin mayores consecuencias, y su salida del estadio result¨® extra?a. Hac¨ªa a?os que Cristiano no ten¨ªa que retirarse invalidado para jugar. M¨¢s rara fue la despedida del p¨²blico, que le dedic¨® una ovaci¨®n afectuosa mientras se marchaba sobre la pista de atletismo. Corr¨ªa la segunda parte y el partido estaba inclinado contra los locales gracias a un gol del portugu¨¦s en el arranque. Faltaba el aluvi¨®n de goles, todos rematados cuando el equipo local se esforzaba por dar la vuelta al marcador. Una fiesta del contragolpe culminada por Benzema, Isco, Bale y Morata.
Almer¨ªa, 0 - Real Madrid, 5
Almer¨ªa: Esteban; Nelson, Torsiglieri, Pellerano (T¨¦bar, m. 66), Trujillo, Dubarbier; Verza (Soriano, m. 58), Azeez, Aleix Vidal (?scar D¨ªaz, m. 74), Barbosa; y Rodri. No utilizados: Ustari; Rafita, Barbosa y Ra¨²l.
Real Madrid: Diego L¨®pez; Carvajal, Pepe, Sergio Ramos, Arbeloa; Xabi Alonso, Illarramendi (Casemiro, m. 73); Bale, Isco, Cristiano (Jes¨¦, m. 53); y Benzema (Morata, m. 62). No utilizados: Casillas; Nacho, Modric y Jos¨¦ Rodr¨ªguez.
Goles: 0-1. M. 3. Cristiano. 0-2. M. 61. Benzema. 0-3. M. 71. Bale. 0-4. M. 75. Isco. 0-5. M. 80. Morata.
?rbitro: Gil Manzano. Amonest¨® a Arbeloa, Sergio Ramos y Esteban.
Unos 15.000 espectadores en el Estadio de los Juegos Mediterr¨¢neos.
Las jornadas de FIFA dejaron secuelas profundas en la plantilla del Madrid en forma de lesiones (Khedira, Coentr?o y Di Mar¨ªa) y sobrecargas (Modric). Pero m¨¢s profundas fueron las dudas que desencadenaron en Carlo Ancelotti. Para el t¨¦cnico fue muy preocupante perder a Khedira para toda la temporada, pero lo que m¨¢s le inquiet¨® fueron los constantes mensajes a lo largo de la semana de parte del presidente, Florentino P¨¦rez. Consignas que le sugirieron de forma persistente que la desaparici¨®n del alem¨¢n, m¨¢s que un drama, deb¨ªa suponer una evoluci¨®n hacia el 4-2-3-1, el sistema t¨¢ctico que daba cabida a todos los hombres del presidente, los fichajes del ¨²ltimo verano, caros a P¨¦rez pero no tan apreciados por Ancelotti. La ternura de un adversario reci¨¦n ascendido invitaba a perder inhibiciones y volver a experimentar como en septiembre. De modo que jugaron Carvajal en el lateral derecho, Illarra con Xabi en el doble pivote, Isco en la media punta, y Bale en el ala derecha del ataque, acompa?ando a Benzema y Cristiano.
El despliegue de recursos ofensivos result¨® formidable. Intimidante para un Almer¨ªa que se encogi¨® al ver que Cristiano recib¨ªa el primer bal¨®n. Ocurri¨® tras un desborde de Carvajal por la derecha, que centr¨® para que el portugu¨¦s lanzara su primera bala. La jugada deriv¨® en un trance de p¨¢nico en las filas del equipo local. Un tembladeral que sacudi¨® el esp¨ªritu de Trujillo y Torsiglieri, perplejos durante media hora ante cada avance del rival, incapaces de dar un paso al frente, de despejar un bal¨®n frontal, y mucho menos de anticiparse. En plena zozobra, Isco cruz¨® un centro desde la derecha y Cristiano lo atac¨® como los arietes de toda la vida. Gan¨® la espalda de Torsiglieri, le puso el cuerpo a Trujillo, y la porter¨ªa fue suya. Remate y gol. No pudo hacer nada Esteban, el capit¨¢n, el portero, el hombre m¨¢s sereno de su equipo.
Aventajado desde los primeros minutos, el Madrid oper¨® con autoridad. Carvajal abri¨® el campo de forma continua y Xabi, Illarra e Isco ofrecieron nuevas variantes en la salida. Por esas v¨ªas el Madrid movi¨® la pelota con fluidez y contribuy¨® al aturdimiento del Almer¨ªa. Cada vez que Cristiano encar¨® provoc¨® una estampida. Como cuando se fue de Suso y de Pellerano y espant¨® a los centrales hacia su ¨¢rea de tal modo que acabaron por abrirle un pasillo. Solo mano a mano con Esteban result¨® vencedor el portero.
El empuje del Madrid parec¨ªa inexorable pero no se concret¨® en m¨¢s goles. Poco a poco el Almer¨ªa se fue afirmando atr¨¢s y comenz¨® a conectar pases. El toque alivi¨® la tensi¨®n de Verza, Azeez, Vidal, Suso y Rodri. No les hizo falta gran cosa para ordenarse, tres o cuatro entregas seguidas, a uno o dos toques, y en la parte ancha del campo se abrieron las l¨ªneas del Madrid poniendo de pie a Ancelotti. El italiano contempl¨® lo que tanto teme: que se parta el equipo, que Xabi sufra para cubrir su zona, que Isco y Bale no bajen, y que Illarra se distraiga. A la espalda de los medios centros se colaron Vidal, Azeez y Rodri. Tuvieron dos ocasiones, dos tiros, para empatar. Uno lo sac¨® Diego L¨®pez, el otro se fue a un palmo de la escuadra. Con esta impresi¨®n desagradable se fue el Madrid al descanso.
A la vuelta se lesion¨® Cristiano y Ancelotti movi¨® el banquillo. Entraron Jes¨¦, Casemiro y Morata, y entre los tres se apuntaron al festival. El Madrid no control¨® el juego como en la primera parte pero se cerr¨® mejor atr¨¢s y explot¨® con eficacia de martillo la abnegaci¨®n del Almer¨ªa por ir a buscar los puntos. Benzema, con un tiro muy fino desde la frontal del ¨¢rea, asegur¨® la victoria a pase de Jes¨¦. Le sigui¨® Bale, aprovechando un descuido de Dubarbier. Isco y Morata, con dos definiciones de categor¨ªa, cantaron los ¨²ltimos.
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