El recorrido hacia la gloria
Del tropiezo inicial frente a Suiza al ¨¦xtasis de de la final contra Holanda ¡ñ Las cr¨®nicas de todos los partidos de la selecci¨®n
A lo largo del viaje hacia la gloria, hacia la conquista de la primera Copa de Mundo para Espa?a, la selecci¨®n dirigida por Vicente del Bosque experiment¨® todo tipo de vicisitudes y estados. La alarma inicial, tras el traspi¨¦ frente a Suiza en el estreno; la calma posterior, con los remiendos frente a Honduras y Chile; un subid¨®n, con el flashazo de Llorente y el triunfo ante Portugal; la angustia, en el rocambolesco duelo con a Paraguay; la ingravidez, con el testarazo de Puyol que condujo a La Roja a la gran final; y el ¨¦xtasis, representado en el pie de Casillas que desvi¨® un mano a mano con Robben y, sobre todo, en el latigazo de Iniesta aquel maravilloso minuto 116.
FASE DE GRUPOS
ESPA?A, 0 - SUIZA, 1: A La Roja le puede la ret¨®rica.
Un error de concepto dej¨® a Espa?a en una situaci¨®n angustiosa, por inesperada y porque ahora corre el riesgo de que se inflame el viejo fatalismo espa?ol, que ya parec¨ªa desterrado. En el peor momento, la selecci¨®n interpret¨® mal para qu¨¦ sirve el gobierno del bal¨®n, se regode¨® con exceso, le pudo la ret¨®rica y solo un atropellado tanto suizo la tir¨® de la hamaca. Entonces, con urgencias, ya sin la pausa que la distingue, no encontr¨® respuestas y se impuso el azar. El equipo de Del Bosque estuvo a un cent¨ªmetro del gol, Suiza, tambi¨¦n. Espa?a, que se abanic¨® durante casi una hora con la pelota, pero sin picante, sin chispa, propici¨® la ruleta. Gelson Fernandes hizo bingo; lo dem¨¢s fue cosa de la montonera de sus compa?eros junto a la trinchera de Benaglio, su portero. (...) CR?NICA completa y la FICHA del encuentro.
ESPA?A, 2 - HONDURAS, 0: Una Espa?a sin fantasmas.
Entre las virtudes de cualquier equipo debiera prevalecer ser capaz de tocar m¨¢s de una tecla cuando las circunstancias lo demandan. La selecci¨®n espa?ola est¨¢ repleta de chicos aplicados que interiorizan muy bien el juego y sus axiomas. Mayoritariamente, les gusta el f¨²tbol, lo que no es una perogrullada. Por ello saben diagnosticarse y cu¨¢l es la receta. Tambi¨¦n Vicente del Bosque, que propicia la reflexi¨®n desde la mesura y el respeto, incluso cuando no recibe consuelo de su predecesor, que ha roto su silencio para poner banderillas en las millonarias ondas ¨¢rabes.
CR?NICA completa y la FICHA del encuentro.
CHILE, 1 - ESPA?A, 2: La Roja aguanta una tortura.
Una noche en vilo dej¨® a la selecci¨®n espa?ola en los octavos de final tras un partido torturador, un desvelo constante para el campe¨®n de Europa. No se encuentra Espa?a, ni la de Viena ni la de hace una estaci¨®n , y Chile confirm¨® todas las sospechas. En tiempos de zozobra no es el mejor rival posible, es un sacamuelas, un equipo que te deja en los huesos. Para el conjunto de Del Bosque fue un tormento, un encuentro ¨¢spero, tensado hasta la extenuaci¨®n, con las virtudes que se le suponen al equipo laminadas por los celadores chilenos, a destajo en todos los rincones. A Espa?a le cost¨® coger aire, dar continuidad al juego. No tuvo hilo y, esta vez, las circunstancias le auparon hasta el reto del martes ante Portugal. All¨ª llegar¨¢ tras un martirio que no esperaba. Una lecci¨®n: ya sabe que en este juego no todo son alfombras, que los Mundiales son un planeta aparte y lo que se ve por el retrovisor no cuenta.
CR?NICA completa y la FICHA del encuentro.
OCTAVOS DE FINAL
ESPA?A, 1 - PORTUGAL, 0: Llorente, un duende inesperado.
Al equipo del toque y su pelot¨®n de bajitos houdinis le catapult¨® a los cuartos de final el chico m¨¢s alto de la fila. Esas cosas tiene este juego, refractario al pensamiento ¨²nico. Tras una hora de partido indigesto, mal jugado por las dos partes, Llorente, que no parec¨ªa tener cita en este Mundial, provoc¨® una mutaci¨®n extraordinaria, como si su entrada al campo hubiera resultado mesi¨¢nica para el resto. Donde solo hab¨ªa habido barbecho, ya crec¨ªa la hierba. Con Llorente como duende florecieron el mejor Xavi, el mejor Iniesta, el mejor Sergio Ramos... Y, c¨®mo no, Villa, puntual como pocos ante el gol, una mina, m¨¢s bien un yacimiento entero. Su cuarto tanto en Sud¨¢frica llev¨® al equipo de Del Bosque a la pr¨®xima ronda, donde le espera Paraguay. Un ¨¦xito para una selecci¨®n que comenz¨® torturada por un derrape imprevisto. Un triunfo muy particular para el seleccionador, tan cuestionado por algunas alineaciones y por una supuesta traici¨®n del pret¨¦rito esp¨ªritu de Viena. ?l apost¨® por Llorente contra pron¨®stico. ?l volvi¨® a subrayar que en Espa?a hay m¨¢s de un camino hacia el Olimpo, sin renuncias, pero con un muestrario aperturista.
CR?NICA completa y la FICHA del encuentro.
CUARTOS DE FINAL
PARAGUAY, 0 - ESPA?A, 1: Espa?a est¨¢ como nunca.
Por fortuna ya no hay p¨¦rfidas enfrente y sesenta a?os despu¨¦s de la mitolog¨ªa de Zarra en el campeonato brasile?o de 1950, Espa?a est¨¢ a un escal¨®n de la final. La ¨²ltima Eurocopa dispar¨® la esperanza, pero no se olvide el p¨¢ramo durante seis d¨¦cadas de desenga?os, lo que amplifica el ¨¦xito de este equipo. Quiz¨¢ ya no toque los violines como acostumbraba. Ahora compite, porque los Mundiales llevan al l¨ªmite y no admiten renglones torcidos, los peajes son car¨ªsimos. Ah¨ª est¨¢n Italia, Francia, Inglaterra, Argentina, Brasil, la alta aristocracia del f¨²tbol ya en el exilio sudafricano.
CR?NICA completa y la FICHA del encuentro.
SEMIFINALES
ALEMANIA, 0 - ESPA?A, 1: ?pica y mucho arte.
Si el f¨²tbol es un dep¨®sito de sentimientos, Espa?a es una gozada. Si el f¨²tbol es arte y ¨¦pica, Espa?a es el equipo a seguir. En su partido frente a la temible y deslumbrante Alemania lo tuvo todo, fue sublime en el juego y tambi¨¦n supo remangarse cuando fue preciso. Gobern¨® de etiqueta y con jerarqu¨ªa a una selecci¨®n que parec¨ªa inabordable, por su presente y su her¨¢ldico pasado. El conjunto de Del Bosque lo hizo como es ¨¦l, con su forro m¨¢s aut¨¦ntico, fiel a la pelota, con ese delicioso punto de descaro que define a este grupo de desacomplejados futbolistas. Ellos han desterrado el escepticismo cr¨®nico que despertaba Espa?a en un f¨²tbol vertebrado sobre los clubes. Hoy Espa?a es un equipo, sin banderas ni las ventajistas demagogias de un pasado tenebroso.
CR?NICA completa y la FICHA del encuentro.
FINAL
HOLANDA, 0 - ESPA?A, 1: Una Espa?a Mundial.
Un himno a la felicidad, sin demagogias: Espa?a es campeona del mundo, la epopeya que le faltaba al deporte espa?ol, que vive en la gloria tras una catarata de bienaventuranzas. Un gol de Iniesta para la eternidad se cant¨® en todo el pa¨ªs, y en otras fronteras, como un do de pecho. Un tanto romanceado que se demor¨® entre estremecedoras angustias hasta el minuto 114, en la pr¨®rroga. Una oda a la alegr¨ªa, la que despierta en el vencedor esta misa pagana que es el f¨²tbol, ese juego que desertiza las calles, congela algunas penalidades y lleva la rutina al olvido. Espa?a logr¨® una inyecci¨®n de universalidad, una derivada del f¨²tbol pese a quienes le desde?an, despu¨¦s de un partido emotivo, turbado, ante una Holanda ¨¢spera y con menos dicha, que evit¨® ese juego de orfebrer¨ªa que distingue a la selecci¨®n espa?ola. Sucumbi¨® de igual forma ante un adversario tan capaz en el arte de lo imprevisto, tan embriagador y maduro. De todo le demand¨® Holanda, ca¨ªda en su tercera final, pero Espa?a super¨® uno a uno cada examen. Lo ha hecho durante todo el Mundial. En Viena se destaparon las esencias, en Sud¨¢frica se mantienen y el grado de competitividad es abrumador.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.