Mucho Bale
El Real Madrid se sacude a un inofensivo Valladolid (4-0) con el gatillo del gal¨¦s y poco m¨¢s
No juega, porque lo suyo no es orquestal. Pero golea, que no es poco. Y tambi¨¦n asiste. Es Bale, futbolista que lleg¨® con el ruido de la pasarela de Florentino P¨¦rez, al que nada se le pone por delante a la hora del rastrillo veraniego. El gal¨¦s es un caso singular. No deslumbra minuto a minuto, pero es como si se hubiera sacudido el eco estival y ahora fuera una hormiguita que va dejando huella partido a partido. Tambi¨¦n lo hizo contra el Valladolid, que fue demolido sin darse cuenta por este brit¨¢nico que se abre paso sin golpes de pecho en todo un Madrid, en el Madrid con p¨®ster de Cristiano, en el Madrid hidalgo de toda la vida, en el Madrid que se agiganta con Ancelotti y cada d¨ªa se asemeja m¨¢s a lo que debiera ser un Madrid con may¨²sculas. Cuando parec¨ªa estar en el partido, mientras el equipo era m¨¢s paciente que nunca, con un toque por aqu¨ª y otro por all¨¢, apareci¨® Bale, el chico que va de puntillas. Pim, pam, un tanto por estancia, all¨ª estaba, a pie del gol tras un rechace de Mari?o hacia al peor sitio posible para un portero, y luego, Bale, otra vez Bale, preciso en el servicio a Benzema, que, para su bien, poco a poco se ha sacudido el incordio de la grada. Quiz¨¢ porque se ha despoblado Ultras Sur, que anda en primarias mientras el equipo circula en buena direcci¨®n sin otro dedo que le ense?e el camino que el del puro f¨²tbol. Retirado Benzema, con el partido en la hamaca, Bale y m¨¢s Bale.
REAL MADRID, 4; VALLADOLID, 0
Real Madrid: Diego L¨®pez; Carvajal, Pepe, Sergio Ramos, Marcelo; Xabi Alonso, Modric; Bale, Isco, Di Mar¨ªa (Jes¨¦, m. 73); y Benzema (Morata, m. 73). No utilizados: Casillas; Nacho, Llorente, Casemiro e Illarra.
Valladolid: Mari?o; Alcatraz, Rueda, Marc Valiente, Pe?a; Sastre (Osorio, m. 85), ?lvaro Rubio, Rossi; Larsson (Omar, m. 46), Javi Guerra (Manucho, m. 73) y Bergdich. No utlizados: Jaime; Heinz, Baraja y Rukavina.
Goles: 1-0. M. 32. Bale. 2-0. M. 35. Benzema. 3-0. M. 63. Bale. 4-0. M. 90. Bale.
?rbitro: P¨¦rez Montero. Amonest¨® a Pepe y Sastre.
Unos 65.000 espectadores en el Santiago Bernab¨¦u. Magnus Carlsen, campe¨®n mundial de ajedrez, hizo el saque de honor.
Son miles los partidos que los grandes disputan en un curso y que anticipan desde el calentamiento semanal lo que va a suceder. El Valladolid fue uno de esos adversarios previsibles. Ni fu, ni fa. Un rato de pulcritud aparente y m¨¢s tarde nada de nada. El cartab¨®n de Xabi Alonso, el alboroto de Di Mar¨ªa, el sigilo de Bale¡ Suficiente para mandarle al garete y rumiar aquello de la diferencia presupuestaria. Por m¨¢s razones que tengan estos clubes, pocos se rebelan en el campo, ante los grandes se sienten marcados por el calendario. Es un apeadero, sin m¨¢s, nadie podr¨¢ reprocharles nada. ¡°Nuestra Liga es otra¡±, sostienen no sin peso argumental. En Chamart¨ªn, ni compareci¨® el Valladolid, que nada ofreci¨® ante el mejor el Madrid ni ante el m¨¢s deste?ido.
El Madrid m¨¢s articulado tuvo el punto final en Bale; el m¨¢s p¨¢lido, el del segundo acto, ya con todo resuelto, tambi¨¦n. Bale para todo. Con eso le bast¨® al conjunto madridista, que hasta tuvo tiempo para exponer a su segundo regimiento. El que lideran Jes¨¦ y Morata, que dieron aire a Benzema y Di Mar¨ªa, que ganaron la apuesta al Valladolid y se reservaron para lo grueso. Conjuntos como el pucelano se vencen solos, no dan para m¨¢s. Gente como Benzema o Di Mar¨ªa son demasiado para ellos. Tambi¨¦n Modric, socio esta vez del impecable Xabi Alonso, para el que todos los encuentros tienen voltaje. El guipuzcoano no distingue. Si hay que meter la pierna, se mete. Con Alonso por el medio, tonter¨ªas las justas, m¨¢s bien ninguna. Ante el pasillo de los de JIM, Xabi fue Xabi, con el bast¨®n de mando y el ritmo del partido a su antojo. Ahora en largo, ahora el juego en corto. Hay jugadores absolutistas y Alonso est¨¢ a la cabeza de ese selecto ramo.
El almibarado Valladolid no dio siquiera para medir a Sergio Ramos, portada de la semana por supuestos desafectos presidenciales. El andaluz cort¨® el paso al tibio adversario. Su medida es otra, es futbolista de citas imperiales. Jornadas como esta nada le marcan. Sergio est¨¢ definido, en las buenas y en las malas. Lo de Bale est¨¢ por ver. A ¨¦l s¨ª que le sirven entrenos como ante el Valladolid. A falta de Cristiano, ah¨ª est¨¢ Bale. Lo que no es poco. Crece y crece el Madrid y se agiganta el gal¨¦s. Mejores noticias imposible para un Madrid en senda arrolladora, con y sin Cristiano.
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