Espa?a se juega m¨¢s que otra Copa

En un pa¨ªs tan proclive al cainismo, el Mundial de Brasil supone un arma de doble filo para el f¨²tbol espa?ol. No solo se trata de defender el trono en territorio americano, donde jam¨¢s hizo bingo una selecci¨®n for¨¢nea y en un campeonato en el que el campe¨®n no repite desde hace m¨¢s de medio siglo (Brasil, 1958 y 1962), sino que el grupo de Del Bosque se juega la defensa de un ideario, el que le ha encumbrado desde su victoria en la Eurocopa de 2008. La selecci¨®n corre el riesgo de sufrir un traspi¨¦ que dispare la pirotecnia contra el equipo y, por tanto, ponga en jaque el modelo, lo ¨²nico que deber¨ªa ser innegociable. Nada peor que rebobinar a los tiempos de furia y victimismo. Con Luis Aragon¨¦s, con Vicente del Bosque, por el inolvidable alumbramiento de la Quinta del Buitre, por la gloriosa senda en la que Pep Guardiola sublim¨® el contracultural credo de Johan Cruyff, Espa?a por fin ha creado escuela, un estilo reconocido y admirado en todo el planeta. Si en Maracan¨¢ no se brinda como en Johanesburgo es probable que se ponga a prueba la resistencia de los guardianes del formato frente a los chacales cr¨®nicos y los que se reproducir¨¢n.

A seis meses vista todo es reparable, pero La Roja ha perdido ¨¢ngel en sus zonas m¨¢s distinguidas

La selecci¨®n no ha dejado las mejores huellas en los ¨²ltimos tiempos. Tampoco el Bar?a, su vivero en las mejores ¨¦pocas. A seis meses vista todo es reparable, pero Espa?a ha perdido ¨¢ngel en sus zonas m¨¢s distinguidas, en el ingenio de medio campo y la defensa que la sostuvo en sus citas m¨¢s gloriosas. Xavi, que ha sido el reloj con botas del equipo, no est¨¢ en su mejor momento; Iniesta, el duende, tampoco. En la zaga, Puyol no sale de la enfermer¨ªa y Sergio Ramos y Piqu¨¦ andan despistados. El f¨²tbol es un tobog¨¢n, as¨ª que ahora son ellos, arquitectos y centuriones, los que despiertan dudas. Hace un parpadeo eran los arietes, los nueves puros. Pero Negredo despega en el Manchester City, a Llorente parece haberle sonado el despertador en el Juventus, Villa ha tomado ox¨ªgeno en el Atl¨¦tico, donde Diego Costa apunta alto, muy alto, ante su esperado advenimiento con La Roja. Por fortuna para Del Bosque, Xabi Alonso ha regresado en plenitud y Busquets, con el que forma una pareja extraordinaria, no es de los azulgrana a la baja. Otra buena se?al: en la porter¨ªa hay m¨¢s competencia que nunca.

LA ROJA, EN CIFRAS

MUNDIALES: 13

- 56 partidos jugados
- 28 ganados
- 16 perdidos
- 12 empatados
- 88 goles a favor
- 59 goles encajados

PALMAR?S

- Mundiales: 2010
- Eurocopas: 1964, 2008 y 2012

A la espera de c¨®mo derive la segunda parte del curso, si se mantienen los diagn¨®sticos de hoy, Del Bosque tiene fondo de armario. Tanto entre sus pretorianos habituales (Silva, Cazorla, Javi Mart¨ªnez, Pedro, Navas¡­) como en el semillero reciente de la Sub 21 (Isco, Illarramendi, I?igo Mart¨ªnez, Bartra, Thiago, Koke¡­). Todos han crecido en el mismo andamiaje, con el cat¨®n que Del Bosque y su grupo de trabajo en la federaci¨®n han hecho calar en todas las categor¨ªas. Es precisamente esa hoja de ruta de la que Espa?a no deber¨ªa apartarse, pase lo que pase en Brasil. Si hay tropiezo se impondr¨¢ una transici¨®n generacional. Quedar¨¢ tiempo hasta plantearse giros m¨¢s bruscos, como en su d¨ªa tuvieron que abordar brasile?os y alemanes, por ejemplo. Brasil, la denominaci¨®n de origen del f¨²tbol, solo peg¨® un volantazo tras cinco Mundiales en tinieblas (del 74 al 90) y sus t¨ªtulos de 1994 y 2002 sirvieron para engordar su historial, no su leyenda. Regres¨® a lo alto del podio, pero ya sin encanto. Alemania ha hecho el camino a la inversa. No levanta la Copa desde el 90 y se ha alejado de la metalurgia para darse un toque m¨¢s art¨ªstico. Ellas, Brasil y Alemania, parten como grandes favoritas de la edici¨®n de 2014 junto a Messi, si es que en junio vuelve a ser Messi y el pie de Dios. M¨¢s que resetearse, Argentina, salvo en el 78, cuando jug¨® con muchos m¨¢s que once, sobre todo en los acuartelamientos de la FIFA, siempre ha tirado de alguna divinidad. Y siempre merodear¨¢ Italia, la del 34 o la de 2006, porque ning¨²n equipo es m¨¢s lineal que la machacona Italia.

Por primera vez, Espa?a comprobar¨¢ en sus entra?as los peajes de un campe¨®n. M¨¢s que nunca todos querr¨¢n derrotarla. Lo peor ser¨ªa que se derrotara a s¨ª misma y saliera de Brasil sin corona y un estilo perecedero. Nada la vulgarizar¨ªa m¨¢s que regresar a la caverna de la que sali¨® un inolvidable verano en Suiza y Austria.