Un l¨ªder visceral

Visceral como una descarga de rock barrial, peliagudo en un partido de tacos afilados, macarr¨®nico porque el rival tambi¨¦n maneja esos c¨®digos y furioso por un gol encajado al minuto de juego, el Atl¨¦tico se hizo con el liderato provisional agarrado a Diego Costa, representante por excelencia de este equipo que no dobla la rodilla, duro y resistente desde el convencimiento de que todo es posible desde el sentimiento que le lleg¨® desde las gradas.

Nadie hab¨ªa osado a golpearle de inicio tan duro al equipo de Simeone como lo hizo anoche el Levante, agresivo y con una movilidad de Barral y Rub¨¦n arriba que meti¨® en dudas a una defensa que no est¨¢ acostumbrada a esa actividad, a ser atacada con tanto descaro y a golpe de cintura desde el pitido inicial. Perdi¨® la pelota el Atl¨¦tico en el saque y ya no la vio hasta que Ivanschitz, cruzando con suavidad ante la salida de Courtois, marc¨® aprovechando un gran pase filtrado de Nikos y tuvo que volver a sacar de centro. Todav¨ªa le dur¨® unos minutos m¨¢s al Levante esa salida plena de descaro, que tuvo el 0-2 en un mano a mano de Barral con Courtois que el meta belga sac¨® metiendo una mano plena de reflejos. Se levant¨® el Atl¨¦tico aupado por su hinchada. De alguna manera, ese tanto tan madrugador tambi¨¦n pon¨ªa a prueba al Calder¨®n como estadio capaz de intimidar, de hacerle largo el partido al rival con la presi¨®n ambiental. Y as¨ª fue.

As¨ª que los jugadores y p¨²blico se pusieron a jugar e inflamar el ambiente como si fuera el minuto 90. Jug¨® el Atl¨¦tico con la cabeza, como si el reloj estuviera a punto de marcar el final, con un voltaje extraordinario que necesit¨® mantener toda la noche para sacar el partido adelante. Comenz¨® un asedio arrollador, con Gabi y Juanfran como actores principales. Uno recuperando y distribuyendo, el otro metido en el t¨²nel de tiempo para rememorar sus tiempos de extremo, con desborde y centro. En medio de esa descarga, tambi¨¦n apareci¨® el juego artero, con codazos de David Navarro a Villa y de Tiago a Vyntra, y balones no devueltos por el Atl¨¦tico por creer que los jugadores de Caparr¨®s exageraban o devueltos por estos para a continuaci¨®n presionarlos. Esos gestos hablaban de dos equipos que no estaban dispuestos a regalarse nada y jugaban a desafiarse en todo y por todo.

En ocasiones, el f¨²tbol es una cuesti¨®n de determinaci¨®n. Una patada a las pizarras y a la ortodoxia. Es la aparici¨®n del individuo convencido de que su aportaci¨®n es una soluci¨®n en el intento de superar la adversidad. Eso hizo God¨ªn en el gol del empate. Acorralaba el Atl¨¦tico al Levante, pero no encontraba caminos para el gol. As¨ª que se arranc¨® God¨ªn para abandonar su cueva y se plant¨® en el ¨¢rea para rematar esa arrancada furiosa con un cabezazo de delantero centro de la vieja escuela, potente en el salto y racial en el giro de cuello que mand¨® la pelota a la escuadra. Ya no estaba el Levante para imponer ese ritmo que hab¨ªa descuadrado al Atl¨¦tico y que le hab¨ªa cambiado el paso.

Ya dominador, con varias im¨¢genes que hablan de la ambici¨®n rojiblanca, con todo el equipo metido en campo rival, el Levante, bien agarrado por Diop y Simao en el anclaje defensivo, pudo aguantar hasta el descanso el empate porque Villa no pudo desviar de cabeza un gran centro de Arda y a Diego Costa se le fue un control ante Keylor Navas.

El tempranero gol en contra puso a prueba la capacidad de intimidaci¨®n y la presi¨®n del Calder¨®n

A la salida de vestuarios, permanec¨ªa en el ambiente el toque de corneta con el que se hab¨ªa despedido el equipo de Simeone. Al minuto de la reanudaci¨®n, Gabi puso una falta lejana en el segundo palo y por all¨ª apareci¨® Diego Costa, para ejecutar una caza del bal¨®n acrob¨¢tica con su pierna izquierda, de la que sali¨® un tiro ajustado al palo. Era su gol n¨²mero 18, en tan solo 55 remates. Una bestialidad porque Cristiano Ronaldo lleva menos goles con el doble de disparos.

Dada la vuelta al marcador, muy r¨¢pido se encontr¨® otro golpe duro el Atl¨¦tico. Una p¨¦rdida de bal¨®n de Koke en el centro del campo, la aprovech¨® Pedro R¨ªos con una carrera vertiginosa culminada con un disparo en la frontal del ¨¢rea que entr¨® a media altura y pegado al palo derecho de Courtois. Un golazo ante el que de nuevo la grada reaccion¨® y tambi¨¦n Simeone, que anda en una especie de trance ambicioso en el que no escatima con los cambios. Quit¨® a Villa y Koke, poco decisivos, y meti¨® a Ra¨²l Garc¨ªa y a Adri¨¢n para continuar con el acoso y derribo al Levante y el asalto a ese liderato provisional que con 46 puntos le autorizan a sentirse candidato al t¨ªtulo aunque no lo quiera airear.

Fue Juanfran el que reabri¨® la lata tras una internada en el ¨¢rea en la que fue derribado por Vyntra. Diego Costa se fue a la media luna del ¨¢rea y con tranquilidad le pidi¨® la pelota a Gabi. Hab¨ªa temores, porque de cinco lanzamientos que lleva, hab¨ªa fallado dos. Golpe¨® ajustado al palo izquierdo de Navas, queri¨¦ndose asegurar de que aunque la trayectoria fuera adivinada, como as¨ª fue, no habr¨ªa manera de que el meta llegara. Su gol 19.

Apenas quedaban 10 minutos y Simeone empez¨® a ejercer de core¨®grafo para encender a¨²n m¨¢s a la grada y fundirla con el equipo como ha hecho desde su llegada. Es una uni¨®n en la que la historia del Atl¨¦tico se ve reflejada. El cuadro de su entrenador espoleando a los hinchas es el orgullo de un equipo grande que pelea desde las v¨ªsceras por un objetivo para el que tiene n¨²meros, equipo y sentimiento.