Muniain rinde al Celta
El Athletic golea 4-0 en una exhibici¨®n de fuerza y pegada
Hab¨ªa miedo al 1-0 de Vigo en Bilbao. Miedo a ese resultado que te deja desprotegido en tu ¨¢rea y te obliga a marcar y a vivir en el alambre. Quiz¨¢ por eso el Athletic templ¨® las cuerdas de la guitarra, antes de romperlas con cuatro ara?azos ante un Celta que estuvo mudo de principio a fin, sin m¨¢s peligro que el que creaba en su propia ¨¢rea, sin m¨¢s fe que la que le daba el pasado. Pero el f¨²tbol es como la vida cotidiana: a veces mon¨®tona, a veces intr¨¦pida. Generalmente, ambas cosas a la vez y alternativamente. Quiz¨¢s por eso el partido se contagi¨® de la monoton¨ªa de la lluvia y de la gallard¨ªa de los goles, como cuando en medio de la v¨ªa p¨²blica alguien toca el viol¨ªn y se altera la circulaci¨®n porque lo hace bien. Muniain fue el primer violinista cuando le rob¨® el bal¨®n a Krohn-Delhi al borde del ¨¢rea y se lo cedi¨® a Aduriz que se lo devolvi¨®, de espuela, envuelto en celof¨¢n. A Muniain le gust¨® tanto el detalle que lo puso en la escuadra con el embrujo de los toques sutiles, como quien abre el regalo sin romper el papel. Lo curioso es que hasta entonces no hab¨ªa pasado nada. El partido era como el ir y venir del metro un jueves cualquiera. Nada que ver con la ¨¦pica de la Copa entre equipos de la misma categor¨ªa, separados por tan solo un gol, una estaci¨®n apenas.
ATHLETIC, 4-CELTA, 0
Athletic: Iraizoz; Iraola, Gurpegui (Ekiza, m. 46), San Jos¨¦, Balenziaga; Iturraspe (Mor¨¢n, m. 83), Rico; Susaeta, Muniain, Ibai G¨®mez (Herrera, m. 61); y Aduriz. No utilizados: Iraizoz, Toquero, Be?at y De Marcos.
Celta: Blanco; Mallo, Vila, Cabral, Rodr¨ªguez; Krohn (J. Rey, m. 72), Madinda, L¨®pez (Jonny, m. 57); Mina (Orellana, m. 46), Charles y Nolito. No utilizados: Sergio, Mario, Rafinha
Goles: 1-0. M. 21: Muniain. 2-0. M.44. Susaeta. 3-0. M. 80. Muniain. 4-0. M. 86. Aduriz.
?rbitro: T. Vitienes (c¨¢ntabro). Expuls¨® a Mallo (M. 53), por doble amarilla. Amonest¨® a Iraola, Rico, Muniain, Cabral y Toni.
30.000 espectadores en el nuevo San Mam¨¦s.
El Celta decidi¨® encerrarse, no en su ¨¢rea sino en el campo, con las l¨ªneas juntitas, y Krohn-Delhi como encargado de la trastienda. Nada que ver con el futbolista incisivo que fue y poco que ver con el que Luis Enrique intuye en la posici¨®n del medio centro cl¨¢sico que le viene m¨¢s ancha que una camiseta XXL. Tan ancha que Muniain con su cuerpecillo le rob¨® un bal¨®n imposible para fraguar el primer gol. El listo le rob¨® el asiento al desubicado. Despu¨¦s le hizo aprecio al gol de la mejor manera posible: con elegancia.
Y el Celta sin tirar a puerta, ensimismado con taponar a Mikel Rico y a Iturraspe malgastando a sus futbolistas en tareas muy lejanas al ¨¢rea. Bien es cierto que sus centrales ahogaron a un ap¨¢tico Aduriz, pero el Athletic ten¨ªa otra pinta muy alejada de la heroica que busca al nueve. Por las bandas desactiv¨® el primer muro del Celta. El resto entonces era m¨¢s f¨¢cil. Cuando el rival no inquieta, los equipos se hacen atrevidos. Y el Athletic, que ya hab¨ªa hecho sus deberes, aunque un gol del Celta le mandaba al infierno, redujo el campo al territorio del ¨¢rea que defend¨ªa Rub¨¦n. Y Muniain, en su gran noche, la de su 21 cumplea?os, hizo el tercero en posici¨®n dudosa. Y Aduriz hizo el cuarto, aprovechando un centro inteligente de Muniain. La expulsi¨®n de Hugo Mallo, con el 2-0 en el marcador, hab¨ªa hundido al Celta definitivamente. Estaba claro que era la noche de Muniain, redivivo, inteligente, batallador, impulsivo. Primero de media punta, despu¨¦s de extremo izquierdo. Era su gran noche. Y el Celta se fue sin verle, sin saber c¨®mo pararle, empe?ado en acogotar el centro del campo, sin darse cuenta de que el peligro del Athletic estaba en los costados. Y por ah¨ª se le fue la Copa, por donde le lleg¨® al Athletic que, como siempre, fue metiendo marchas m¨¢s r¨¢pidas a medida que avanzaba el partido. Su m¨¢s puro estilo.
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