Di Mar¨ªa se reivindica en Mestalla
El extremo argentino vuelve a convertirse en el principal protagonista del Madrid, aprovechando la ausencia de Bale
Cada oportunidad de que dispone se convierte en un acto de reivindicaci¨®n de su figura. Ausente Bale, Di Mar¨ªa volvi¨® a ser decisivo para el Madrid. El argentino abri¨® el camino para el conjunto de Ancelotti en una acci¨®n mil veces repetida antes. Una arrancada febril desde el costado derecho del ataque madridista hacia el ¨¢rea del Valencia, una diagonal perfecta dejando atr¨¢s por velocidad a Bernat y a Mathieu y un posterior disparo ejecutado con violencia e intenci¨®n al palo derecho de la porter¨ªa defendida por Guaita, supuso el primer gol del Madrid en Mestalla.
La capacidad de percutir con potencia, velocidad y habilidad, su abnegaci¨®n, son los principales valores de Di Mar¨ªa apreciados por el madridismo. Sus enroscados centros al ¨¢rea de izquierda a derecha resultan veneno para las defensas contrarias, una bendici¨®n para Cristiano Ronaldo, su principal valedor en el vestuario y que el verano pasado aconsej¨® al club que no se desprendiera del argentino, a pesar de que su demarcaci¨®n est¨¢ reservada a Bale.
Una falta lateral botada por Di Mar¨ªa fue a parar a la cabeza de CR7. Ubic¨® el esf¨¦rico entre la defensa valencianista y su portero Guaita. Dif¨ªcil de defender, m¨¢s a¨²n si Cristiano Ronaldo se encuentra con ventaja, ligeramente adelantado a los centrales ches, en posici¨®n antirreglamentaria. Pic¨® el esf¨¦rico el delantero portugu¨¦s que suspira por el bal¨®n de oro y Guaita no pudo hacer nada. Ronaldo anot¨® su 18? gol en la Liga y fue corriendo a agradecer el regalo a su amigo y asistente.
Fue el segundo gol del Madrid, y el segundo este curso en Liga del argentino, que le pon¨ªa otra vez en ventaja en el marcador a falta de cinco minutos para el final del primer acto. Siete antes, el Valencia puso en evidencia que los males blancos est¨¢n en la defensa. Pablo Piatti, el jugador m¨¢s bajo de los 22 presentes en el terreno de juego, ronda el 1,60, empataba de cabeza.
A falta de cinco minutos, Di Mar¨ªa abandonaba el terreno de juego de Mestalla, exhausto y satisfecho con el trabajo hecho.
Obviando que un gran club como el Madrid que aspira a la excelencia y a todos los t¨ªtulos en juego se compone de 23 figuras mundiales y que todos tienen cabida, tal vez aconsejado por su representante Jorge Mendes, al que le interesa la movilidad de sus representados para sacar suculentas plusval¨ªas; o por su amor propio al sentirse un secundario y sintiendo que Bale jugar¨¢ por decreto presidencial para justificar los casi 100 millones de euros de inversi¨®n, Di Mar¨ªa est¨¢ pensando en dejar el Madrid en el mercado invernal, cosa que luego neg¨® en p¨²blico a su paso por la zona mixta. Supondr¨ªa un problema para Ancelotti y el Madrid.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.