Nadal arranca como nunca
El espa?ol gana 6-1, 6-7 y 6-2 en la final de Doha y por primera vez en su carrera logra un t¨ªtulo en enero
Un set perdido en el abismo del tie-break. Trece aces de su rival. Cuatro puntos de break concentrados en un ¨²nico juego de la tercera manga, cuando todo se estaba decidiendo de terremoto en terremoto. Todo eso debi¨® superar Rafael Nadal en Doha para sumar 6-1, 6-7 y 6-2 frente a Gael Monfils su t¨ªtulo 61, el primero que consigue en enero. El n¨²mero uno mundial, que ahora atacar¨¢ el Abierto de Australia (desde el 13 de enero), nunca hab¨ªa empezado tan bien una temporada. No solo sum¨® un trofeo sobre cemento en la cita con la que abri¨® el curso, sino que lo hizo superando m¨²ltiples dificultades, como demuestra que apurara los tres sets en tres de los cinco duelos que jug¨® en Doha. Aun con margen de mejora en movilidad y coordinaci¨®n, el rodaje que buscaba el espa?ol para preparar su asalto a Melbourne qued¨® asegurado por una final que arranc¨® como una exhibici¨®n y acab¨® como un combate a pecho descubierto. ¡°Sobreviv¨ª¡±, resumi¨® el campe¨®n sobre un torneo que no le cruz¨® con ning¨²n tenista del top-20.
La responsabilidad de que el dulce paseo del inicio se convirtiera en un camino lleno de espinas fue de Nadal. El espa?ol, discontinuo durante la semana, firm¨® un mal juego en su primer servicio del segundo set. De error en error, entreg¨® el break y permiti¨® que cambiara la din¨¢mica del encuentro. Del Monfils ap¨¢tico y desdibujado de la primera manga se pas¨® a uno hiperactivo, convencido y agresivo. ¡°Allez!¡±, gritaba el franc¨¦s a cada punto. ¡°?Vamos!¡±, celebraba mientras sumaba un intercambio tras otro, desbordando a Nadal de palo en palo. El n¨²mero uno se qued¨® mudo, y no precisamente porque estuviera impresionado.
Hace muchos a?os que desapareci¨® aquel chaval que llenaba los partidos de pu?os apretados, b¨ªceps contra¨ªdos y gritos celebratorios. Nadal es hoy un competidor con un gran sentido del autocontrol. El espa?ol sabe que las emociones pesan en los partidos, y que cuenta tambi¨¦n el convencimiento que transmite a sus rivales, mandar el mensaje de que no duda, no teme y no tiembla. Frente a la tormenta, no alter¨® el gesto. Vio c¨®mo Monfils se apunt¨® un juego en 47 esp¨ªdicos segundos, de ace en ace. Inmediatamente cedi¨® la segunda manga en el desempate, tras desaprovechar tres bolas de break. Y solo cuando el partido entr¨® en el tercer parcial, con Monfils disparando bombas y creyendo en la victoria (hab¨ªa ganado ya dos veces al espa?ol en Doha), se derriti¨® la m¨¢scara de hielo de Nadal y aparecieron los gestos del guerrero.
El n¨²mero uno ha acumulado el rodaje que necesitaba para encarar el Abierto de Australia
El n¨²mero uno conquist¨® el trofeo navegando entre torbellinos, sorprendiendo con el rev¨¦s paralelo y aprovechando la falta de pericia del n¨²mero 31 para devolver su saque abierto de zurdo. Primero desperdici¨® dos bolas de break. Luego sum¨® una rotura a la que Monfils respondi¨® procur¨¢ndose cuatro bolas de break rodeadas de peloteos discutidos, como una para ventaja en la que el espa?ol ech¨® la bola fuera sin que los jueces se percataran. Entonces lleg¨® el momento de la cabeza, y con cabeza se coron¨® Nadal, impresionante sobre cemento desde que en febrero de 2013 super¨® siete meses de lesi¨®n: acumula cinco t¨ªtulos, dos finales y dos semifinales en la superficie.
¡°Estoy muy feliz, nunca tuve la oportunidad de ganar aqu¨ª, y eso era algo que ten¨ªa en mente, especialmente desde la final de 2010 [perdi¨® contra Davydenko tras tener punto de partido]. Es muy emocionante empezar as¨ª la temporada¡±, se despidi¨® Nadal, que ahora afrontar¨¢ en Melbourne la prueba de los grandes: esperan los cinco sets, el calor australiano, los tenistas del top-10¡ Y Novak Djokovic.
Federer no ve la luz
Roger Federer cedi¨® 1-6, 6-4 y 3-6 la final del torneo de Brisbane frente a Lleyton Hewitt. M¨¢s all¨¢ de la derrota ante un contrario de su generaci¨®n (32 a?os ambos) y al que dominaba 18-8 en el cara a cara, el partido trajo la peor noticia posible para el n¨²mero seis mundial: tras sudar sangre, sudor y l¨¢grimas para ganar en semifinales al franc¨¦s Chardy, estuvo desdibujado en el encuentro que decidi¨® el t¨ªtulo, y firm¨® una primera manga para olvidar, rebosante de errores no forzados.
El campe¨®n de 17 grandes, que ha fichado a Stefan Edberg como entrenador, llegar¨¢ al Abierto de Australia con ese mal sabor de boca, que prolonga el de 2013: solo celebr¨® un t¨ªtulo (Halle), qued¨® fuera del top-5 y no pes¨® en los torneos del Grand Slam. En Melbourne defender¨¢ las semifinales del pasado curso... y la vigencia de su maravillosa raqueta.
"Estoy convencido de que puedo jugar bien, encontrar la confianza que necesito... y ganar el t¨ªtulo", avis¨® el genio.
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