1981-1982: Un duelo apasionante entre dos leyendas (I)
En la tercera edici¨®n particip¨® el primer barco espa?ol, el Licor 43
La tercera edici¨®n de la Whitbread Round the World Race tuvo r¨¦cord de participantes, 29 barcos tomaron la salida en Portsmouth. Un impresionante aumento del n¨²mero de embarcaciones, -pr¨¢cticamente se dobl¨®, 15 en 1977- reflejo del creciente mayor prestigio. Lo que en 1973, en la primera regata, ten¨ªa m¨¢s visos de aventura que de prueba deportiva pas¨® a ser en menos de una d¨¦cada la primera competici¨®n de la vela mundial.
Cuatro etapas y 27.000 millas n¨¢uticas. Un recorrido similar a las dos ediciones precedentes -Portsmouth-Ciudad del Cabo-Auckland-Mar del Plata-Portsmouth ¨C, con tan solo un cambio en la llegada de la tercera y salida de la cuarta etapa. R¨ªo de Janeiro fue sustituido por Mar del Plata, a unos cientos de millas m¨¢s al sur, en Argentina. Algunos problemas de alteraci¨®n de orden p¨²blico ¨Cen una ocasi¨®n se tuvo que utilizar gas lacrim¨®geno para poner fin a una de las fiestas durante el carnaval- y el mal ambiente reinante entre las tripulaciones y el selecto Iate Club do Rio de Janeiro obligaron a la organizaci¨®n a un cambio de ruta.
Debut de un barco espa?ol
Por primera, entre los barcos que se har¨ªan a la mar, el 29 de agosto de 1981, se encontraba un velero espa?ol, el Licor 43. Al inspirador del proyecto, dise?ador y patr¨®n, Joaqu¨ªn Coello, se unieron Jordi Brufau, Jacinto Criado, Francisco Fern¨¢ndez, Tom¨¢s Gallart, Santigo Garc¨ªa-Gasc¨®n, Antonio Guiu, Sotero Guti¨¦rrez, Jos¨¦ Mora, Fernando Mu?oz, Joaqu¨ªn Quero, Juan Ramos, Rafael Tibau y Luis Vial y de Vial. En total, 14 hombres que se atrevieron a lo que nadie antes hab¨ªa hecho: ser el primer barco espa?ol en dar la vuelta al mundo en la tercera edici¨®n la Whitbread, hoy Volvo Ocean Race.
El barco, que hab¨ªa sido dise?ado por el gerundense Joaqu¨ªn Coello y el jerezano Pedro Morales, ambos ingenieros navales, y construido en la factor¨ªa de la Empresa Nacional Baz¨¢n de Cartagena, part¨ªa con muchas posibilidades, sobre todo en la segunda y tercera etapa, las m¨¢s duras. Sin embargo, su comportamiento no fue el esperado, era demasiado pesado, ten¨ªa tres toneladas m¨¢s de lo previsto, lo que le hac¨ªa ser de los m¨¢s lentos, como reconoci¨® el propio Coello al final de la prueba. El Licor 43 fue pen¨²ltimo entre los 20 que regresaron a Portsmouth. Pero, terminar las cuatro etapas fue lo importante, aunque su objetivo era conseguir una mejor clasificaci¨®n.
Nombre, nacionalidad y patrones de los 29 barcos participantes
Flyer II (Holanda) / Cornelis van Rietschoten
Charles Heidsieck III (Francia) / Alain Gabbay
Kriter IX (Francia) / Andr¨¦ Viant
Disque d'Or 3 (Suiza) / Pierre Fehlmann
Outward Bound (Nueva Zelanda) / Digby Taylor
Xargo III (Sud¨¢frica) / Padda Kuttel
Morhiban (Francia) / Philippe Poupon - Eugene Riguiel
Berge Viking (Noruega) / Peder Lunde
Alaska Eagle (USA) / Skip Novak ¨C Neil Bergt
Euomarch¨¦ (Francia) / Eric Tabarly
Ceramco NZ (Nueva Zelanda) / Peter Blake
Skopbank Finland (Finlandia) / Kenneth Gahmberg
Rollygo (Italia) / Giorgio Falck
Tratado de Roma (ECC) / Antonio Chioatto
Croky (B¨¦lgica) / Gustaaf Versluys
FCF Challenger (Reino Unido) / Leslie Williams
United Friendly (Reino Unido) / Chay Blyth
Walross II Berlin ( Alemania) / Olaf Michel - Ekhart Hahn - Claus Reichardt
Licor 43 (Espa?a) / Joaqu¨ªn Coello
Ilgagomma (Italia) / Roberto Vianello
Bubblegum (Reino Unido) / Iain McGowan-Fyfe
European University Belgium (B¨¦lgica) / Jean Blondiau
Gauloises 3 ( Francia) / Eric Loizeau
Save Venice (Italia) / Doi Malingri
Swedish Entry (Suecia) / Peder Silfverhielm
Vivanapoli (Italia) / Beppe Panada
33 Export (France) / Philippe Schaff
La Barca Laboratorio (Italia) / Claudio Stampi
Scandinavian (Suecia) / Reino Engqvist
Francia, con seis barcos, fue el pa¨ªs que inscribi¨® m¨¢s participantes. Italia compet¨ªa con cinco embarcaciones, algunas por curiosas razones: el Save Venecia surgi¨® de un patrocinio de la Unesco para la salvaci¨®n de la ciudad que se hund¨ªa poco a poco. La Barca Laboratorio era un experimento cient¨ªfico, subvencionado por la Universidad de Bolonia, sobre el comportamiento f¨ªsico, ps¨ªquico y social de la tripulaci¨®n durante la regata. El Vivanapoli, otro velero italiano trataba de llamar la atenci¨®n sobre la tragedia vivida por la ciudad en el terremoto de 1980.
El Reino Unido, pese a ser el organizador de la prueba, solo puso en liza tres barcos. Chay Blyth, volvi¨® a la regata con el Great Britian II, aunque con el nombre de su patrocinador, el United Friendly, tripulado por regatistas amateur dispuestos a pagar por una litera. Suecia, B¨¦lgica y Nueva Zelanda participaron con dos cada uno. Tres de los nueve barcos restantes estaban patrocinados por millonarios, entre ellos, el holand¨¦s Cornelis van Rietschoten que volv¨ªa para defender el t¨ªtulo.
Un duelo apasionante
Si en la anterior edici¨®n el Flyer y el Kings Legend, protagonizaron una de las regatas m¨¢s re?idas en la historia, el duelo en esta tercera edici¨®n entre dos navegantes de leyenda, Peter Blake, con el Ceramco NZ, y Cornelis van Rietschoten, en el Flyer II, fue tanto o m¨¢s apasionante.
Cuatro a?os despu¨¦s de lograr su primera victoria, Van Rietschoten regres¨® con un nuevo barco de 23,30 metros de eslora (76 pies) dise?ado por el argentino Germ¨¢n Frers. Su intenci¨®n era cruzar todas las l¨ªneas de llegada en primera posici¨®n, y para ello incorpor¨® a su tripulaci¨®n a j¨®venes talentos como Grant Dalton.
El rival, el neozeland¨¦s Peter Blake, hab¨ªa formado parte de la tripulaci¨®n del brit¨¢nico Les Williams en las dos ediciones anteriores en el Burton Cutter y el Heath`s Condor. Blake se present¨® en esta ocasi¨®n con su propio barco, el Ceramco New Zealand, de 20 metros de eslora. Todo parec¨ªa estar listo para un triunfo del neozeland¨¦s, que hab¨ªa organizado un proceso de selecci¨®n muy duro para lograr una tripulaci¨®n integrada por j¨®venes regatistas con una ambici¨®n sin l¨ªmites.
La embarcaci¨®n de aluminio, construida espec¨ªficamente para la regata, era un dise?o de Bruce Farr que hab¨ªa navegado hasta los 66 grados sur para dejarla a punto. El New Zeland, patroneado por Peter Blake, y rebautizado para la ocasi¨®n como el Ceramco NZ, hab¨ªa sido el vencedor en tiempo real y compensado en la Sidney-Hobbart. Sin embargo, tal y como la competici¨®n ha demostrado en tantas ocasiones, la mejor preparaci¨®n del mundo no sirve de nada si se tiene mala suerte, como as¨ª sucedi¨® en la primera etapa. Una rotura del m¨¢stil desvaneci¨® el sue?o de Blake de ganar la regata, pero, la forma en la que Ceramco NZ mantuvo el pulso contra Flyer II en el resto de las etapas confirm¨® que la regata hab¨ªa entrado en una nueva era de profesionalismo. La rivalidad entre ellos cre¨® un enorme inter¨¦s en la vuelta alrededor del mundo y convirti¨® un evento de aficionados en una regata de altura.
La pol¨ªtica entra en competici¨®n
Por primera vez, los organizadores tuvieron que enfrentarse a espinosas cuestiones pol¨ªticas y diplom¨¢ticas. Nada m¨¢s acceder al cargo de primera ministra brit¨¢nica, Margaret Thatcher, prohibi¨® la utilizaci¨®n de las instalaciones militares como base de apoyo log¨ªstico. Orden¨® a sus ministros que no asistiesen a ninguno de los actos sociales y pidi¨® a m¨¦dicos y dentistas que no participasen en la competici¨®n.
La organizaci¨®n hab¨ªa sufrido fuertes presiones pol¨ªticas para eliminar Ciudad del Cabo de la ruta debido al apartheid, pero decidi¨® mantenerla y esta circunstancia termin¨® causando un gran problema al equipo italiano Vivanapoli. Tras ser abordado por una patrullera angole?a a unas 150 millas al sur de Luanda, la tripulaci¨®n fue arrestada bajo la acusaci¨®n de espionaje y obligada a ir a puerto. El embajador italiano necesit¨® una semana de negociaciones para conseguir su liberaci¨®n.
Semanas m¨¢s tarde, algunos de los barcos participantes tuvieron la visi¨®n amenazadora de una flota de buques de guerra argentinos en una misi¨®n previa a la invasi¨®n de las islas Malvinas, que tendr¨ªa lugar el 2 de abril de 1982.
Y despu¨¦s, cerca ya de la l¨ªnea de llegada, volvi¨® a repetirse la escena, esta vez, al cruzarse la flota con los buques de la armada inglesa que iba a reconquistar las islas.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.