Otra gesta de un club a la deriva
Los jugadores del Racing, que no cobran, se aferran a la ilusi¨®n tras eliminar al Almer¨ªa y pasar 13 horas en un autob¨²s
El alma marinera del presidente del Racing, ?ngel Lav¨ªn, esa que ¨¦l mismo dijo le impide abandonar el barco a la deriva que capitanea, se ha topado con un factor con el que no contaba. Una tripulaci¨®n de grumetes, sin mayor remo que la ilusi¨®n y la dignidad por defender su trabajo, que se han propuesto reflotar el barco del hundimiento al que parec¨ªa estar abocado. Lo volvieron a demostrar ante el Almer¨ªa, segundo primeraal que eliminan este a?o. Saben que dejarse ver es la mejor forma de hacerse notar.
La euforia tras la haza?a del Pizju¨¢n en el ¨²ltimo minuto (0-2 despu¨¦s del 0-1 en contra de la ida), por inesperada, es incomparable. Eso opina Mariano, uno de los m¨¢s destacados en el partido del martes. ¡°No quiero decir que contra el Almer¨ªa fu¨¦semos sobrados, pero yo ve¨ªa que se pod¨ªa conseguir, est¨¢bamos menos agarrotados. ?Hasta pudimos disfrutar de los goles!¡±.
Uno de ellos, el primero, llev¨® su firma. La de uno de los jugadores m¨¢s sacrificados del grupo, consciente de que Kon¨¦ es el referente arriba. No es casualidad que el resto de sus compa?eros, aunque no dispute muchos minutos, le dediquen el c¨¢ntico de: ¡°?11 marianos, queremos 11 marianos!¡±. En el viaje de regreso a Santander fueron circulando entre los m¨®viles de los jugadores un montaje del jugador con el Bal¨®n de Oro. ¡°Excesivo, todo fue excesivo¡±, apuntaba el delantero, de 24 a?os, que lleg¨® el a?o pasado a Santander y al que despu¨¦s del encuentro de Almer¨ªa se le lleg¨® a apodar Marianinho.
Y es que las 13 horas de ida m¨¢s otras tantas de vuelta en autob¨²s dieron para mucho. Desde pensar en por qu¨¦ narices estaban all¨ª metidos, con tres n¨®minas a pagar (cuatro en el caso del cuerpo t¨¦cnico) y sin m¨¢s garant¨ªas por parte de la directiva que promesas incumplidas, a aprovechar para mejorar el ingl¨¦s o el italiano, en el caso de Granero. Tambi¨¦n a echar decenas de partidas, bien a las cartas o a la Play Station, los dos grupos de ocio m¨¢s populares.
En el primer grupo parecen destacar Migu¨¦lez, Duran u Oriol, que matan el tiempo jugando a la pocha. Otros son m¨¢s de darle a la videoconsola, una organizaci¨®n de la que se ocupa el capit¨¢n, el portero Mario. Se encarga de llevar a los viajes largos la tele de casa, ¡°de unas 22 pulgadas, que pueda entrar en el autob¨²s¡±. La colocan en la parte de atr¨¢s, sobre una mesa y se baten por parejas en interminables torneos.
Saber a qui¨¦n se le da mejor el f¨²tbol virtual de la consola es quiz¨¢s lo ¨²nico que rompe la armon¨ªa del grupo. ¡°Los resultados est¨¢n ah¨ª, no tengo rival¡±, asegura el due?o de la tele. ¡°Que deje de enga?ar a la gente, porque es muy malo, yo ya me he aburrido de ganarle¡±, contraataca Granero. Real Madrid, Bar?a y Bayern son los equipos m¨¢s elegidos. ¡°Para ganar y no perder dinero al final tienes que jugar con equipos de Champions¡±, vacilaba el jugador valenciano ayer tras el entrenamiento del equipo. Concluido el interminable trayecto en autob¨²s desde Almer¨ªa ¡ªcasi 1.000 kil¨®metros de carretera¡ª, nada m¨¢s llegar a Santader, hacia las 11 de la ma?ana, los jugadores fueron directamente a entrenarse, una corta sesi¨®n para no quedarse mustios.
A pesar de la buena marcha del equipo en Liga, donde son primeros de su grupo en Segunda B, a pesar de la heroicidad de la Copa, la realidad del d¨ªa a d¨ªa del equipo sigue siendo la misma. El dinero conseguido por el pase a cuantos quedar¨¢ embargado por la Federaci¨®n Espa?ola. Las opacas cuentas del Racing, en concurso de acreedores, presuponen una deuda de unos 50 millones. Y la divisi¨®n entre afici¨®n y club es total. ¡°Se est¨¢n haciendo sacrificios muy grandes. Hay gente que ha tenido ya que recurrir a las familias para que les echen una mano¡±, explica Granero, que admite que a ¨¦l, por suerte, a un le quedan uno o dos meses para seguir tirando ¡°antes de reajustar las cuentas¡±.
No fue el caso de Agust¨ªn y Nieto, que tuvieron que pedir la carta de libertad la semana pasada. Los jugadores ven en el ascenso a Segunda la soluci¨®n. Todos creen, o quieren creer, que si se logra el objetivo los problemas ser¨¢n menos. ¡°La ilusi¨®n es lo que nos mueve¡±, aseguran. De lo que no est¨¢n tan seguros es cu¨¢ntos podr¨¢n permitirse seguir remando contracorriente.
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