Nadal, victoria con susto
El espa?ol, dolido en un tobillo, domina 6-1, 6-2 y 6-3 un duelo espectacular con Monfils y llega a octavos, donde le espera Nishikori
En la Rod Laver suenan tambores de guerra. De ca?onazo en ca?onazo, Rafael Nadal y Gael Monfils dirimen qui¨¦n de los dos llegar¨¢ a octavos. Los dos primeros juegos, que dejan 2-0 al espa?ol, duran 16 minutos y se viven a trav¨¦s de tres bolas de break para su contrario. De zambombazo en zambombazo, el franc¨¦s intenta labrarse su camino de vuelta al encuentro, dejando boquiabierta a la grada, que celebra sus ¡°Allez!¡± como la promesa de una noche hist¨®rica. Le Monf pronto se choca con un muro. El n¨²mero uno, espectacular de golpes y potencia, acaba llev¨¢ndose 6-1, 6-2 y 6-3 el duelo pese a que en el segundo set se dobla un tobillo, enfila el camino al banquillo cojeando y all¨ª se sienta lamentando su suerte: "Un poquito m¨¢s y estaba fuera del torneo, pero pude volver a jugar normal", dir¨¢ luego, ya clasificado para jugar los cuartos contra el japon¨¦s Kei Nishikori, el n¨²mero 17 del mundo, al que domina 5-0 en el cara a cara. Como ¨¦l, tambi¨¦n disputar¨¢n los octavos David Ferrer, Tommy Robredo, Roberto Bautista y Garbi?e Muguruza.
"Estoy muy contento de haber tenido la oportunidad de haber jugado tan bien aqu¨ª en Australia, en la sesi¨®n nocturna, tras haberme perdido el torneo el a?o pasado [por lesi¨®n]", dice el campe¨®n de 13 grandes sobre la pista. "Muchas gracias a todos los que han hecho posible este momento", a?ade. "He jugado a un nivel muy alto. Que las temperaturas hayan bajado hace que la bola sea un poco m¨¢s lenta y por eso el tenis es un poco mejor. Me he movido muy bien. Voy a luchar duro"
Y antes, Nadal lucha un partido a la altura del escenario. El n¨²mero uno lo aborda tirando ca?onazos por las dos orillas. A su conocida capacidad de reventar la pelota con el drive le a?ade unos tiros impresionantes con el rev¨¦s cruzado, que utiliza para abrirse la pista y rematar los puntos. Cada pelota que toca el espa?ol suena como un trueno. Retumban sus tiros contra las paredes de la Rod Laver sin que eso acabe de impresionar a su contrario. El franc¨¦s, todo un atleta, intenta responder kilo a kilo a la fuerza del espa?ol. Como en su raqueta hay dinamita y en su cuerpo sangre caliente, el debate es acalorado. Ruge el p¨²blico. Tiembla la central. Melbourne asiste a un partido desencadenado, hecho de latigazos, en el que al final no triunfa el m¨¢s fuerte, sino el m¨¢s inteligente: Nadal gana 6-1 la primera manga, y despu¨¦s el partido, porque cada una de sus decisiones tienen sentido. Donde Monfils juega para los fot¨®grafos, todo pose y espect¨¢culo, ¨¦l juega para los libros de historia. Pensando en el t¨ªtulo. Por todo el esfuerzo del aspirante, por todo lo igualado que a veces es el pulso, el franc¨¦s solo puede presumir de seis juegos en su casillero cuando acaba el encuentro.
Muchas gracias a todos los que han hecho posible este momento"
La explicaci¨®n tiene que ver con el orden y el talento. Nadal iguala e incluso supera la capacidad atl¨¦tica de Monfils. Puesto frente a alguien que neutraliza su arma m¨¢s intimidante, pronto se ve por qu¨¦ el franc¨¦s es el n¨²mero 32 del mundo. Su juego se descontrola f¨¢cilmente. De su buen plan inicial, atacar el drive de Nadal con su rev¨¦s cruzado, ¨¤ la Djokovic, pasa a un guruigay de tiros espectaculares que son toda una loter¨ªa. Entran como salen, los celebra como los lamenta. Sin orden ni esquema de juego, irreconocible cualquier propuesta razonada, Nadal, que llega a sacar a m¨¢s de 200 kil¨®metros por hora, domina al franc¨¦s desde la l¨ªnea de fondo, acogot¨¢ndole sobre el rev¨¦s para luego ponerle a correr sobre la derecha. El servicio, adem¨¢s, no acude en al rescate de Monfils, porque se enmara?a en las dobles faltas y en un bajo porcentaje de primeros. Inevitablemente, pierde.
Es toda una presentaci¨®n de la candidatura al t¨ªtulo del espa?ol, que gana puntos a toda mecha, sin di¨¢logos intermedios; que juega con valent¨ªa las bolas de break en contra que se procura Monfils en un tercer set de lo m¨¢s parejo; y que firma un ejercicio notable en todos los apartados del juego. Nadal est¨¢ listo.
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