Ferrer encalla ante Berdych

¡°Tommy you¡¯re God!¡±, le gritan a Tomas Berdych mientras encarrila su pase a semifinales frente a David Ferrer (6-1, 6-4, 2-6 y 6-4). ¡°?Tommy, eres Dios!¡±, le dicen al checo, porque su arranque tiene la puntualidad del tren que avanza impasible con la chimenea silbando al viento, imposible de parar cuando ya est¨¢ en movimiento. El espa?ol asiste al espect¨¢culo igual que los que observan las v¨ªas, apenas un espectador impresionado por la mec¨¢nica de la m¨¢quina, hasta que se decide a levantar una barricada con la que frenar el viaje del checo, que poco a poco se diluye, empieza a moverse peor, y de error en error se gripa. Si el alicantino no explota una cuarta manga en la que tiene cinco bolas de break (no suma ninguna), es porque ¨¦l, el tenista que nunca falla, de repente, falla un poquito (46 errores no forzados); porque ¨¦l, el tenista que defiende lo indefendible, de repente, defiende solo excelentemente; y porque ¨¦l, un pitbull, no puede aprovechar el tembleque que le entra al n¨²mero siete a la hora de cerrar el partido. En consecuencia, pierde el n¨²mero tres mundial y puede caer al cinco en funci¨®n de los resultados de Melbourne.

Se juega entre un viento racheado que molesta a los tenistas. Ferrer, que acabar¨¢ negando el primer punto de partido del checo y procur¨¢ndose una bola de break en el juego en el que este saca por el duelo, apenas tiene dictado en el juego. Con sus aciertos y sus fallos, Berdych es el guionista de un partido desangelado. Encerrado sobre el rev¨¦s por el checo, el espa?ol corre cuando su contrario aprieta con su drive. Sin la ayuda del servicio, sorprendentemente lento (168 kil¨®metros por hora de media), pena para mantenerse a flote en los juegos que disputaba con su saque y apenas tiene opciones en los que ataca al resto. De inicio, la ejecutoria de su contrario tiene la frialdad del cirujano en el quir¨®fano. Cuando el partido se aprieta (3-3 en la segunda manga) y Ferrer aumenta noteblemente su nivel de juego, el checo no altera el gesto: en la segunda manga, rompe desde un 40-15 para el espa?ol (3-4), cede su servicio (4-4) y reacciona inmediatamente para quebrar (4-5) y ponerle su r¨²brica al parcial (4-6).

El baj¨®n f¨ªsico del checo, que deja de moverse con agilidad y empieza a enredarse al servicio, permite que el alicantino vuelva a aparecer en el partido. Gana la tercera manga. Empuja ligeramente a un juez de l¨ªnea para dejar la toalla en la silla. Tiene momentos estimables al resto. Con los dos pies en el suelo, sin verse obligado a golpear a la carrera, Berdych le despide.

Camino de los 32 a?os, Ferrer, un tenista temible, siempre extremadamente competitivo, sabe que nada es eterno y afronta una temporada llena de escollos. Las preguntas son las siguientes: ?Cu¨¢l ser¨¢ su compromiso con la Copa Davis? ?C¨®mo digerir¨¢ su decisi¨®n de cambiar de entrenador tras 15 a?os teniendo el mismo? ?Tendr¨¢ piernas para defender sus excelentes resultados de 2013? ?Aguantar¨¢ la presi¨®n que supone sentir la llegada de los j¨®venes, los Del Potro, Berdych, Dimitrov¡­?

El espa?ol, un competidor muy fiable, al que se le da por descontado el esfuerzo, responder¨¢ a todo eso sobre la pista. La cancha es el tribunal, los rivales ejercen la acusaci¨®n y sus piernas son el juez del caso: terminada la aventura australiana con el sinsabor de que bien podr¨ªa haber sido m¨¢s larga, Ferrer luchar¨¢ ahora por limpiar sus golpes para mantenerse entre los mejores.