Cristiano justifica su homenaje
El portugu¨¦s tumba a un Granada con oficio para situar al Madrid en el liderato El cuadro de Ancelotti suma siete partidos sin encajar un gol, un logro solo repetido en el curso 94-95
Cristiano llam¨® a Agust¨ªn Herrer¨ªn, veteran¨ªsimo delegado del Madrid, para invitarlo a posar con el Bal¨®n de Oro en la foto que se hizo el equipo antes del partido. Fue lo m¨¢s ¨¢lgido del homenaje al jugador portugu¨¦s, que obr¨® con sentido de l¨ªder trasladando su agradecimiento a los empleados del club. El detalle tambi¨¦n fue lo m¨¢s emotivo de una jornada que concluy¨® con una victoria de corte rutinario. No permiti¨® m¨¢s el Granada, que en el ¨¢rido panorama de la tercera l¨ªnea de la Liga aparece como un equipo ordenado y de recursos prometedores. El Granada resisti¨® hasta que lo tumb¨® un gol del hombre del momento, el hombre que desde 2009 aparece puntual para impulsar a este Madrid en perpetuo estado de montaje. Cristiano meti¨® un golazo y Benzema remach¨® los tres puntos para disipar dudas, lograr el liderato provisional del campeonato y encadenar buenas estad¨ªsticas. Se cumplieron siete partidos consecutivos sin que el Madrid encaje un gol, hecho que solo se hab¨ªa producido una vez, en la Liga 94-95.
R. MADRID, 2- GRANADA, 0
Real Madrid:?
Granada:?Roberto; Nyom, Mainz, Murillo (Coeff, m.81), Brayan Angulo; Recio (Pereira, m.70), Iturra, Fatau, Brahimi, Piti (Buonanotte, m.81); y El Arabi. No utilizados: Karmezis, Foulquier, Adolfo, Cuero, Adolfo.
Goles: 1-0, m.56: Cristiano Ronaldo. 2-0, m.74: Benzema.
?rbitro: Gil Manzano (colegio extreme?o). Amonest¨® a Ramos (16), Benzema (53), Modric (61) y Di Mar¨ªa (65) por el Real Madrid; y a Murillo (9) e Iturra (62) por el Granada.
?76.000 espectadores en el Santiago Bernab¨¦u.
El Granada se fue al descanso acariciando el cero en su porter¨ªa. Sucedi¨® justo despu¨¦s de una de las paradas m¨¢s memorables de este campeonato, no solo por la velocidad de reacci¨®n de Roberto para sacar esa mano, sino por la jugada que la precedi¨®. Fue una finta de Modric sobre Angulo, un centro de zurda y una hermosa volea de Cristiano. El giro fue perfecto, r¨¢pido, certero, y conect¨® con la pelota convirti¨¦ndola en una bala. Roberto, que antes del partido se apost¨® 500 pares de guantes a que Cristiano no le marcar¨ªa, respondi¨® con los reflejos necesarios para evitar el tanto. El ¨¢rbitro se?al¨® el intervalo y los jugadores marcharon al vestuario dejando una sensaci¨®n de inquietud en las gradas. El Granada hab¨ªa frenado al Madrid con bastante m¨¢s que un excelente arquero.
El Madrid sufri¨® el lastre del desorientado Bale, suplido por Jes¨¦ en el descanso
La ola de optimismo madridista que precedi¨® al partido, contrapunto a la crisis institucional del Bar?a, encall¨® en la realidad menos fant¨¢stica de la competici¨®n. El Granada se solt¨® cada vez que se hizo con la pelota y se defendi¨® con un orden encomiable. No exhibi¨® algunas de las t¨ªpicas precauciones que muestran los visitantes en el Bernab¨¦u y luci¨® la clase de El-Arabi y Brahimi, dos futbolistas importantes. Ambos canalizaron las mejores jugadas de su equipo, aventuras individualistas bien contenidas por un Madrid progresivamente s¨®lido en defensa. Tan firme atr¨¢s como poco afilado una vez que recuperaba la pelota. El Madrid sufri¨® el lastre de Bale, desorientado, o ausente, mientras estuvo en el campo. No le ayud¨® a entrar al partido la patada terrible que le propin¨® Murillo en la entrepierna. Ancelotti lo cambi¨® en el descanso por Jes¨¦.
Jes¨¦ se asoci¨® mejor a Carvajal en la tarea de abrir el campo. Era imperativo que el Madrid buscara combinaciones para desmadejar a un rival que se cerr¨® con oficio. Fatau, Iturra y Recio se complementaron con sus defensas tapando v¨ªas de acceso al arco y en la primera mitad las mejores ocasiones del Madrid fueron producto de centros a la olla, a veces a la salida de una falta, otras mediante incursiones de Marcelo y Di Mar¨ªa. El brasile?o y el argentino ofrecieron soluciones valiosas, en defensa y principalmente en ataque, desbordando a Nyom y sacaron de su posici¨®n a Mainz. Lo disfrut¨® Cristiano cayendo al medio en una tendencia que acab¨® por ofuscar al Granada.
Marcelo y Di Mar¨ªa ofrecieron soluciones valiosas en ataque y en defensa
El gol de Cristiano, cuando se consum¨ªa la segunda mitad, seren¨® al Bernab¨¦u. Fue un contragolpe pol¨¦mico, pues Fatau se encontraba en el suelo. Lo ignoraron sus propios compa?eros, que siguieron la jugada en inferioridad, para disgusto de Alcaraz, y el Madrid replic¨® sin miramientos. Modric busc¨® a Cristiano en la cabeza del ¨¢rea y el delantero, bien cerrado por los centrales, pis¨® la pelota, se retras¨® un metro con un recorte hacia su perfil menos fuerte, y sac¨® el zurdazo sin apenas margen para cargar la pierna. El tiro cruzado, potente, ajustado al palo, fue demasiado para Roberto. El portero se estir¨® pero perdi¨® su apuesta.
Una combinaci¨®n de Marcelo y Cristiano concluy¨® en el centro que clav¨® Benzema. Fue el 2-0 y aplast¨® al Granada. Perdido el desaf¨ªo en su ¨¢rea, el equipo andaluz acab¨® perdiendo convicci¨®n para todo. Sus avances se diluyeron a muchos metros de la porter¨ªa de Diego L¨®pez, que, protegido por Alonso, Pepe y Ramos, vivi¨® una tarde pl¨¢cida. Como un espectador. Solo le remataron desde fuera del ¨¢rea. No debi¨® hacer ni una sola parada.
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