Sergio Garc¨ªa, azote del Valencia

El Valencia acab¨® metido en un laberinto, incapaz de ventilar el juego por las bandas, como hab¨ªa prometido Pizzi en sus primeras citas, neutralizado por una pareja de ataque temible en el Espanyol: Sergio Garc¨ªa y C¨®rdoba, un l¨¢tigo para la zaga local. Al dominio del Valencia, en distintas fases, le falt¨® aire por las alas y le sobraron los ¨²ltimos minutos de Pab¨®n, los ¨²nicos que jug¨®.

El recital t¨¦cnico de Sergio Garc¨ªa ¡ªen los controles, pases y regates¡ª, equilibr¨® el mejor juego colectivo del Valencia, organizado por Banega y Parejo. El capit¨¢n del Espanyol finiquit¨® la primera parte de penalti con un tirazo lleno de sutileza a la escuadra contraria a la que hab¨ªa acudido Diego Alves. Y hab¨ªa empezado el partido con una pared el¨¦ctrica con C¨®rdoba tras la que el colombiano bati¨® al meta brasile?o con un zurdazo desde la frontal.

El Valencia respondi¨® con serenidad. Primero el pase de Banega, rompiendo l¨ªneas, al que acudieron Jonas y Alc¨¢cer. Si el brasile?o lleg¨® a tocar el bal¨®n (dif¨ªcil de saber), el joven atacante, que marc¨® su primer tanto en Liga, estaba en fuera de juego. Para lo poco que ha participado, Alc¨¢cer ha hecho much¨ªsimo m¨¢s que los dos atacantes fichados el pasado verano, H¨¦lder Postiga y Pab¨®n. M¨¢s tarde, entr¨® como una exhalaci¨®n Jonas a rematar de cabeza un centro de c¨®rner de Piatti, el primer gol del Valencia en mucho tiempo de estrategia, una especialidad que explot¨® como nadie Ernesto Valverde en la segunda vuelta de la pasada temporada. Es el noveno tanto del brasile?o en la Liga.

Toda la intensidad y precisi¨®n del primer tiempo devino en p¨¦rdidas y precipitaciones varias por parte de ambos equipos, especialmente nocivo en el caso de Parejo y Ever Banega, presos ambos o del cansacio o de un ataque de p¨¢nico. Una acci¨®n defensiva de Guardado, al meter al final la puntera derecha, evit¨® el gol de V¨ªctor S¨¢nchez. El conjunto de Aguirre decidi¨® alargarse para aprovechar la potencia en carrera de C¨®rdoba y la velocidad de Sergio Garc¨ªa. Sus ataques siguieron siendo una amenaza constante para la defensa valencianista, lastrada por un Ricardo Costa muy desubicado. El joven C¨®rdoba lleg¨® a sacarle los colores al veterano central portugu¨¦s, el mejor pagado ¡ªqui¨¦n lo dir¨ªa¡ª de la plantilla de Mestalla: 3,7 millones cobra por ejercicio.

Ante el desatino local, Pizzi reaccion¨® mandando a la ducha a un fundido Banega a favor de la entrada de M¨ªchel, un medio de otras caracter¨ªsticas muy distintas. Con ¨¦l, el Valencia recuper¨® el control del centro del campo. Le dio otro ritmo, m¨¢s dinamismo. Arrincon¨® al Espanyol y exigi¨® el vuelo de Casilla en un trallazo desde 30 metros.

La siguiente apuesta de Pizzi fue Canales. El dominio se convirti¨® en asedio, pero sin ocasiones claras de gol. El Espanyol renunci¨® al ataque y se defendi¨® con todo. Aguirre retir¨® a C¨®rdoba y Sergio Garc¨ªa se convirti¨® en un n¨¢ufrago. Y la ¨²ltima bala del Valencia, el colombiano Pab¨®n, estaba completamente mojada.

Tras la llegada de Pizzi, a finales del a?o pasado, hubo un efecto vigorizante en el conjunto de Mestalla. Mejor¨® el juego y el vestuario se sinti¨® m¨¢s preparado con ¨¦l que con su antecesor, Miroslav Djukic. Pero los resultados apenas han variado: una victoria (ante el Levante), una derrota (frente al Celta) y dos empates (M¨¢laga y ayer el Espanyol). A la espera del deb¨² del delantero chileno Vargas, el Valencia vuelve a estar en punto muerto. No hay milagros. Esta es la plantilla que hay y este su raqu¨ªtico rendimiento, aunque sea bienvenida cualquier incorporaci¨®n.