Al Sevilla le basta con medio Rakitic

La presencia de un jugador como Rakitic es para el Sevilla m¨¢s de medio envite en cualquier partido que se le presente por delante. En ocasiones, como la de hoy ante el Rayo, no es necesario siquiera que el croata aparezca m¨¢s all¨¢ de 45 minutos, pues de ¨¦l se esperan siempre varias p¨ªldoras. Ante el conjunto de Paco J¨¦mez, le bast¨® con colocar el bal¨®n en la cabeza de un compa?ero para decidir un partido tieso, de esos a los que solo un meneo inesperado saca del acartonamiento. Un estado en el que se movi¨® el Rayo, que tras ser anulado en ataque pag¨® cara su fragilidad defensiva.

Se observaban ambos equipos como buscando un ¨¢ngulo muerto por el que asomarse. El Rayo, menos amarrado de lo habitual al bal¨®n, ve¨ªa c¨®mo la posesi¨®n era en este partido un arma menos afilada que en otras ocasiones. Al Sevilla, que parece darle lo mismo tener el bal¨®n que no tenerlo, no le pesaba contemplar como su rival iba de un lado hacia el otro, siempre en horizontal. Fazio y Pareja no parec¨ªan muy molestos con el baile constante de los delanteros del Rayo. Viera, Falqu¨¦ y Lass cambiaban de banda con frecuencia, como si buscasen el lado de la ola por el que romper la defensa. Apenas un centro envenenado, por no decir fortuito, de Tito hizo que Beto se inquietase.

La habitual falta de intensidad del Sevilla tambi¨¦n se hizo evidente. Con Rakitic inicialmente desaparecido, Jairo ausente, la banda derecha le aisl¨® de cualquier tejemaneje interesante en campo abierto, y Bacca fuera de plano, no hab¨ªa mucho que esperar. Emery situ¨® a Alberto Moreno esta vez como extremo izquierdo, por delante de Navarro, en una maniobra que se interpreta como un mecanismo de seguridad para defender esa banda, m¨¢s que por una apuesta ofensiva directa. Fue curioso el hecho de que Moreno, 171 cent¨ªmetros de altura, fuera el receptor de todos los balones en largo que golpeaban tanto Beto, como Fazio o Iborra. Tuvo que acercarse Bacca por esa zona para intentar aprovechar alguno de ellos. Ese fue el escaso papel que interpret¨® el colombiano en el partido.

Si Rakitic apenas tuvo contacto con el bal¨®n en la primera parte, tampoco Trashorras pareci¨® disfrutar de su compa?¨ªa. Elemento obligatorio para la elaboraci¨®n de cualquier jugada, es tambien el primer lanzador de cualquier jugada a bal¨®n parado. ?Pero qu¨¦ hacer cuando tu mejor arma no se encuentra del todo engrasada? Pues por lo visto en Vallecas, esperar a que ella misma se corrija.

Sin demasiadas intrigas termin¨® una primera parte en la que apenas hubo marcas que anotar. No ocurri¨® lo mismo tras el descanso. Aunque no con demasiada frecuencia, la figura de Rakitic adquiri¨® m¨¢s representatividad en el partido. Primero con un remate dentro del ¨¢rea de Rub¨¦n que el portero del Rayo despej¨® con el cuerpo y despu¨¦s para colocar un bal¨®n de oro en la cabeza de Coke en un saque de falta. Segundos antes del gol Paco J¨¦mez hab¨ªa afilado algo su equipo dando entrada a Adri¨¢n y a Larrivey, maniobra que tras el gol acentu¨® de nuevo modificando el esquema de su equipo a un 3-4-3. La respuesta al otro lado del banquillo fue la de introducir a un lateral por un extremo, y doblar as¨ª la presencia defensiva en ambas bandas. Cuatro laterales sobre el campo dejan poco margen a la interpretaci¨®n.

Pudo terminar de sepultar el partido de nuevo Rakitic, esta vez gracias a un centro desde la banda derecha de Diogo, pero su remate no cogi¨® porter¨ªa. Atado el Rayo por las bandas, solo acertaba a disparar fuera del ¨¢rea. Alguna internada de Lass por la derecha dio ocasi¨®n a los locales de pisar enfilar la porter¨ªa de Beto, pero el portugu¨¦s apenas tuvo que emplearse en un par de ocasiones. Dos remates de Viera y Larrivey fueron lo m¨¢s cerca que estuvo el Rayo de conseguir el empate. Pero entonces, una expulsi¨®n surrealista, la de Iborra, que vio la segunda tarjeta amarilla por caminar en paralelo a la l¨ªnea de fondo cuando iba a recibir asistencia m¨¦dica, dio vida al partido. Aun as¨ª, el Rayo no fue capaz de aprovechar su superioridad. El Sevilla, con medio Rakitic, le supuso demasiada dificultad.