El Betis es una calamidad

No hay forma de que el Betis vea la luz y sonr¨ªa, ni siquiera frente a un rival en inferioridad num¨¦rica, que lleg¨® al partido europeo en plena pretemporada y falto de rodaje. Un Rubin Kazan que jug¨® andando y se llev¨® un buen resultado del Benito Villamar¨ªn aprovechando la extrema debilidad del equipo andaluz. El Betis no disfrut¨® de Europa m¨¢s que en una primera parte aceptable, donde ofreci¨® alg¨²n que otro s¨ªntoma positivo. Luego fue todo un infierno. En un estadio casi vac¨ªo, divorciado de su gente, los de Calder¨®n se movieron en el campo como un cad¨¢ver, sin alma, sin fe y casi sin actitud. Al colista de la Liga le sobra todo y no es capaz siquiera de ilusionarse con la posibilidad de un derbi europeo. Ni le sirve de consuelo que Lolo Reyes no cometiera penalti en la jugada del gol del conjunto ruso. Su falta de oficio en la jugada es la de todo el equipo andaluz, que vive en el des¨¢nimo m¨¢s absoluto.

Fue una noche extra?a en Heli¨®polis. Distinta y casi t¨¦trica, porque al Betis ya no le queda ni su afici¨®n. Mientras el equipo de Calder¨®n iniciaba su partido ante el Rubin, cientos de aficionados que no hab¨ªan querido acudir al partido se manifestaban en las afueras del estadio, descontentos con la temporada que viene haciendo su equipo, inmerso, adem¨¢s, en una complicada tesitura institucional. Dentro, apenas 11.000 aficionados (el Betis tiene 34.000 abonados) asist¨ªan al encuentro, sin duda, la peor entrada de la historia del equipo b¨¦tico en competici¨®n europea.

El Betis, no obstante, apel¨® al orgullo, con unos jugadores buscando la reivindicaci¨®n en medio del zarandeo. Si en el Betis hay un jugador protestado por la grada es el lateral D¨ªdac, que apenas ha ofrecido destellos de esa calidad que le llev¨® a ser fichado por el Milan. En el peor escenario que se recuerda para el zaguero, silbado por la grada desde que su nombre apareci¨® en el luminoso, D¨ªdac se hizo con un bal¨®n en el ¨¢rea a los tres minutos para batir a Ryzhikov. Un tanto tan inesperado que apenas fue celebrado por el zaguero. Mientras los aficionados b¨¦ticos se frotaban los ojos, los jugadores de Calder¨®n comprobaron el p¨¦simo estado de forma de los futbolistas del Rubin, en plena pretemporada y sin la chispa necesaria para competir al m¨¢ximo nivel.

Despu¨¦s de tres semanas en Espa?a, el conjunto ruso se entreg¨® al Betis en un partido jugado a ritmo de partido de verano. A diferencia de lo que ocurre en la Liga, donde la ansiedad le corroe, el Betis jug¨® con cierto aplomo. La nerviosera habitual dio paso a un partido m¨¢s que aceptable de los b¨¦ticos, a los que sonri¨® la fortuna. Por ejemplo, en esta ocasi¨®n no fue un jugador b¨¦tico el expulsado, sino el delantero Prudnikov, que en tres minutos vio dos amarillas para dejar a su equipo a los pies de los caballos. M¨¢s bien bajo el f¨²tbol de Leo Baptistao, quien justific¨®, al fin, la millonaria inversi¨®n que ha hecho el Betis por su cesi¨®n en el pasado mercado invernal. El brasile?o jug¨® de delantero centro, con libertad para arrancar desde atr¨¢s. Con esos factores, Leo exhibi¨® su cambio de ritmo para desbordar, disparar y asistir. El Betis goz¨® de tres claras ocasiones de gol para encarrilar la eliminatoria a su favor. Entre el meta ruso y la falta de gol de Cedric se difuminaron las aspiraciones andaluzas.

El segundo tiempo s¨ª dio paso al Betis mortecino de la Liga. Un equipo sin alma, incapaz de superar a un rival en inferioridad, y en donde Leo desapareci¨®. Lento y previsible, el equipo andaluz se fue enredando en su propio laberinto hasta conceder un gol incre¨ªble, en un contragolpe del Rubin muy mal cortado por Reyes. No fue penalti, pero casi daba igual. El Betis hac¨ªa ya muchos minutos que estaba muerto.