El mejor equilibrista para dos pa¨ªses

Victor Ahn era ya el mejor patinador en pista corta de la historia desde que en Tur¨ªn 2006 se llen¨® de medallas con tres oros y un bronce. Entonces se llamaba Hyun Soo Ahn y se convirti¨® en la estrella indiscutible de Corea del Sur, la potencia mundial de la modalidad. Ocho a?os despu¨¦s ha repetido la misma haza?a para Rusia. Es ya el mejor equilibrista para dos pa¨ªses y ha entrado por la puerta grande de las mayores leyendas del olimpismo. El rey de las peque?as pistas de 111,2 metros de cuerda, donde los patinadores giran con inclinaciones solo comparables a los motociclistas en un continuo desaf¨ªo a la gravedad.

Ahn gan¨® en Tur¨ªn los 1.000, 1.500 metros y el relevo de 5.000. Solo en 500 qued¨® tercero. Su presente era deslumbrante con solo 20 a?os y su futuro insospechado. Pero en 2008 se lesion¨® gravemente una rodilla y empez¨® su calvario. En el pa¨ªs que era un ¨ªdolo se sinti¨® abandonado. Incluso fue apartado de la selecci¨®n. Entonces se fue a Rusia, que le ayud¨® y sufrag¨® varias operaciones hasta conseguir el milagro de su recuperaci¨®n.

En el 500, la prueba m¨¢s corta que se le escap¨® en 2006, no se descuid¨® esta vez lo m¨¢s m¨ªnimo

En 2011, perdidos ya los Juegos de Vancouver que hubieran podido ser su consagraci¨®n, se nacionaliz¨® ruso y se cambi¨® de nombre. Le deb¨ªa el resto de su vida deportiva. Y se la ha empezado a pagar con creces a la primera oportunidad. Rusia era un pa¨ªs sin apenas tradici¨®n en este deporte. Solo hab¨ªa conseguido una medalla de bronce el relevo femenino en los Juegos de Albertville 92, cuando el denominado short-track fue por primera vez ol¨ªmpico. Lo que parec¨ªa un circo de ca¨ªdas en comparaci¨®n con el serio y cl¨¢sico patinaje de velocidad en pista larga, con 400 metros de cuerda, se ha ido instalando como una atracci¨®n de entidad. Y Ahn, como su mejor artista.

Su habilidad t¨¦cnica y t¨¢cticas son extraordinarias. En una modalidad donde los adelantamientos son claves y cualquier descuido puede suponer la ca¨ªda o el despegue sin remedio de la cabeza, Ahn es un genio. Sabe colocarse primero en los momentos oportunos con ataques certeros y mantener la posici¨®n con aceleraciones imparables. De complexi¨®n media, 1,70 metros y 63 kilos, patin¨® en Sochi 13 carreras entre eliminatorias y finales. Gan¨® todas, salvo la semifinal de 1.500, en que fue segundo, y la final, tercero. Fue el primer d¨ªa cuando venci¨® el canadiense Charles Hamelin, otro gran artista, m¨¢s alto, pero desaparecido despu¨¦s. Ahn, en cambio, resurgi¨® y adem¨¢s de arrasar en el kil¨®metro hace una semana hizo una exhibici¨®n ayer en la despedida.

En el 500, la prueba m¨¢s corta que se le escap¨® en 2006, no se descuid¨® esta vez lo m¨¢s m¨ªnimo. Se puso r¨¢pidamente en cabeza, y tanto en el cuarto de final como en la semifinal y en la final, no dio opci¨®n. Despu¨¦s, a¨²n fue clave para el triunfo del equipo ruso en el relevo, al que llev¨® en volandas al r¨¦cord ol¨ªmpico. Adem¨¢s, en pleno ¨¦xtasis local, la lucha con Estados Unidos fue tremenda y Rusia vivi¨® as¨ª una revancha de la derrota en el hockey. Gracias a Ahn el pa¨ªs anfitri¨®n pas¨® de comparsa a dominar el medallero de la especialidad por delante de las dos grandes potencias, China y su Corea del Sur natal que le maltrat¨®. Fue toda una venganza.