El term¨®metro de Messi
M¨¢s all¨¢ de los errores de Martino, la apat¨ªa que con alguna frecuencia destila La Pulga quiz¨¢ revele un problema m¨¢s profundo en un Bar?a complaciente, bajo de intensidad
Descontadas las pifias del Tata Martino con su borrosa lectura del partido de Anoeta, hubo latidos m¨¢s inquietantes para el Bar?a. Por encima de todo, cierta falta de actitud, con Messi de caminante por la pradera, cuando no petrificado como una estalactita. Como si de una partida de curling se tratara. Pero en el f¨²tbol la pelota no espera, ni el rival consiente que la abaniquen. No hay peor Bar?a que al que le vence la ret¨®rica, el que cree que puede darse un masaje con el bal¨®n sin otro fin que pasar el rato. Siempre tuvo esa vena po¨¦tica, pero en sus mejores d¨ªas tanto adoraba la pelota que mord¨ªa por robarla y se esmeraba en atornillarla para luego tirar de mala uva en los ¨²ltimos metros. Aquel Bar?a era intenso hasta cuando parec¨ªa colgado de la hamaca, lo que no era m¨¢s que una falsa pista para el adversario. Hoy, en ciertas ocasiones da la sensaci¨®n de que canta gol por cada pase de medio metro, cuando se da una siesta de juego horizontal. Sin bal¨®n ya no tiene el mismo colmillo.
El ¡®caso Neymar¡¯ y sus cuentas hace mucho ruido. ?Ensordecedor para Leo?
No es la primera vez ¨²ltimamente que La Pulga afronta un partido de forma desapasionada. Nunca se sabe qu¨¦ mosca le pica; lo mismo es un superh¨¦roe que destila apat¨ªa. Por lo general, lo primero, sin duda, pero hay d¨ªas que parece sumido en la placidez general que arrastra el equipo desde la pasada temporada. Para lo bueno y lo malo, el argentino es el term¨®metro absoluto. Cuando el genio se activa, sus compa?eros no tienen m¨¢s remedio que enchufarse a su alrededor para no quedar en evidencia. Deben asociarse cuando quiere tocar en corto, buscar el desmarque cuando les cita en largo, asistirle si busca el espacio o pide hora dentro del ¨¢rea. Tan contagioso es Leo que cuando se para, nadie parpadea. Ni Neymar, err¨¢tico hasta para elegir el juego de botas, y no es la primera vez que da la murga a los utileros en pleno encuentro.
Con tacos nuevos, el brasile?o matricul¨® a Joseba Zald¨²a Bengoetxea, un chico que lleva tres partidos de Liga, con tan poco recorrido que en la web oficial del club donostiarra hay que mirar en la plantilla del Sanse para su rastreo. Mientras Neymar cada semana le sale m¨¢s caro al Barcelona en lo econ¨®mico y social, est¨¢ por ver si el caso no tendr¨¢ tambi¨¦n consecuencias deportivas. En los vestuarios, convertidos en camerinos, los futbolistas siempre est¨¢n atentos a su valor burs¨¢til y la cotizaci¨®n del que se muda al lado. El caso Neymar no es solo cuesti¨®n de Neymar&Neymar.
En Anoeta, en m¨¢s de una ocasi¨®n se observ¨® a Messi, parsimonioso, tieso mientras la pelota estaba en su radar, ajeno por completo a la secuencia. Algo no le gustaba, fuera el color del cielo, el verde de Anoeta, el tinte de la camiseta o las flamantes botas de Neymar. O qui¨¦n sabe si la alineaci¨®n de su compatriota rosarino, que se hizo un nudo en la pizarra e imagin¨® un duelo que solo ¨¦l so?¨®. Por mucho que el equipo llegara de la Champions, el Bar?a ten¨ªa una semana de descanso por delante y Donosti no es plaza para ali?os. Ante Vela y Griezman conviene no despistarse.
Con Puyol maltrecho y Xavi se?alado, si Messi no atiza nadie se inmuta
Con Song como saco de golpes, con su titularidad el Tata logr¨® un triple efecto: dejar a la intemperie al camerun¨¦s, desnortar al peor Busquets que se recuerda y que el equipo m¨¢s defensivo que buscaba se destapara como nunca. El desbarajuste fue colosal y el Bar?a de Piqu¨¦ y Bartra ¡ªque carecen de la pierna fuerte de Mascherano o Puyol¡ª, de Song y Busquets ¡ªque juntos no suman uno m¨¢s uno¡ª lleg¨® a quedar caricaturizado. No hubo mejor ejemplo que la jugada en la que Vela remat¨® al poste ya con 3-1. El Bar?a tard¨® medio minuto en alejar la pelota del ¨¢rea, una eternidad en la que perdi¨® seis rechaces, todos por mayor empuje rival.
Desaplicado en defensa y con barbecho en el medio, el grupo de Martino no encontr¨® respuesta como sol¨ªa ocurrir cuando estaba en urgencias. Entonces, tantas y tantas veces, Messi lo maquillaba todo con su l¨¢mpara. En Anoeta, y no es la primera vez ¨²ltimamente, le falt¨® fiebre. Con un presidente sin urnas y un t¨¦cnico de emergencia, ahora, Messi ha perdido la misma expresividad que el club, opera por su cuenta y nadie le hace ver c¨®mo y para qu¨¦ se le necesita. Con Vald¨¦s de salida, Puyol con el cuerpo maltrecho y Xavi se?alado m¨¢s de la cuenta por su entrenador, si Messi no atiza, nadie se inmuta. Para eso vino Neymar, pero con unas cosas y otras a¨²n no ha llegado. De momento, el efecto del brasile?o en el campo es mucho menor que el ruido de sus contratos en los juzgados.
?Ensordecedor para Messi?
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