Draxler, con balones medicinales
El Schalke, un conjunto sin grandes recursos t¨¦cnicos pero con buena organizaci¨®n, mezcla los talentos modernos con lo m¨¢s rudimentario de la tradici¨®n alemana
Sergio Escudero Palomo se qued¨® at¨®nito cuando salt¨® al campo para entrenarse por primera vez con el Schalke 04, en el verano de 2010. Ten¨ªa 20 a?os y ven¨ªa del Murcia, de Segunda Divisi¨®n B. Carec¨ªa de experiencia en Primera pero en las canteras espa?olas le hab¨ªan ense?ado que todos los trabajos de preparaci¨®n giraban en torno a la pelota. Ese era el f¨²tbol moderno tal y como se lo hab¨ªan presentado a ¨¦l. Pero en Gelsenkirchen fue diferente. ¡°El primer d¨ªa que llegu¨¦ hicimos un circuito con balones medicinales¡±, recuerda; ¡°ten¨ªamos que lanzar el bal¨®n para arriba, sentarnos, levantarnos y cogerlo. Cuando llegu¨¦ y vi eso dije: ¡®?Joder! ?D¨®nde me he metido?¡±.
Thomas Spiegel, el director de relaciones p¨²blicas del Schalke, refiere la leyenda que cuenta que antiguamente, en la alborada del f¨²tbol alem¨¢n, hasta la posguerra, el club se caracteriz¨® por su f¨²tbol elaborado. Son las paradojas de la cultura. Mientras el Ruhr fue una bullente cuenca industrial, el juego admir¨® por su refinamiento. En los a?os sesenta, con la desindustrializaci¨®n, a medida que los hornos se apagaban el estilo del Schalke se volvi¨® ¨¢spero. Dej¨® de tocarla y dej¨® de ganar Ligas.
El f¨²tbol alem¨¢n ha cambiado en la ¨²ltima d¨¦cada. La ola vanguardista induce a entrenar m¨¢s con bal¨®n, a evitar seleccionar candidatos seg¨²n criterios puramente atl¨¦ticos, a producir talentos de corte acad¨¦mico y a darle preeminencia a la sensibilidad de los pies. El Schalke, sin embargo, ha tardado en inhalar los nuevos vapores. ¡°All¨ª me salieron agujetas desconocidas¡±, dice Escudero, que ahora milita en el Getafe. ¡°Pero despu¨¦s de un mes y medio de pretemporada me sent¨ª mejor que nunca. Si en 2011 llegamos a semifinales de Champions fue entre otras cosas porque f¨ªsicamente est¨¢bamos muy bien. Los equipos en las segundas partes bajaban y nosotros segu¨ªamos a tope¡±.
¡°All¨ª tuve agujetas desconocidas¡±, recuerda Escudero, hoy en el Getafe
Magath, Rangnick, Stevens y Keller han sido los entrenadores del equipo alem¨¢n desde 2010. Ninguno se ha definido por salir jugando y procurar abrumar al rival con la posesi¨®n, como hacen los principales equipos del pa¨ªs. Tal vez porque han carecido de jugadores adecuados, se han inclinado por continuar con la tradici¨®n germana del juego directo, abrumadoramente f¨ªsico, de transiciones r¨¢pidas y centros a discreci¨®n. Ese es, con algunas variaciones, la clase de equipo que se medir¨¢ al Madrid esta noche. ¡°Est¨¢n muy bien organizado desde el punto de vista defensivo¡±, dictamin¨® el entrenador madridista, Carlo Ancelotti. ¡°Practican un juego concreto. No es espectacular pero es s¨®lido. Trabajan juntos, son solidarios, poseen j¨®venes con calidad, como Meyer y Draxler, y gente experta como Huntelaar o Boateng¡±.
¡°La filosof¨ªa del Schalke era potenciar el f¨ªsico, la gente fuerte y alta¡±, concuerda Escudero. ¡°Pero es verdad que en los ¨²ltimos cuatro a?os han aparecido jugadores m¨¢s t¨¦cnicos, gente como Meyer o Farf¨¢n, m¨¢s rapiditos y m¨¢s peque?itos¡±. En sinton¨ªa con lo que sucede en el resto de conjuntos de Alemania, la revoluci¨®n futbol¨ªstica asoma desde las canteras. Los entrenadores j¨®venes han desarrollado un modelo de captaci¨®n y adiestramiento que ha acabado por impregnarse al club de Gelsenkirchen con la aparici¨®n de promesas como Meyer, Goretzka, el portero F?hrmann y, sobre todo, el rutilante Julian Draxler.
¡°Meyer es un chaval muy peque?ito¡±, dice Escudero, ¡°r¨¢pido, din¨¢mico, con un buen toque de bal¨®n. Tiene una proyecci¨®n enorme. Draxler es una de las j¨®venes promesas del f¨²tbol mundial. Tiene mucho desparpajo. Con 20 a?os hace cosas que mucha gente de 27 no se atreve a hacer. Es muy h¨¢bil con el bal¨®n y tiene muy buen golpeo. Le encanta hacer la bicicleta e irse para un lado. Maneja los dos perfiles. Golpea con ambas piernas. Normalmente juega escorado a la izquierda y de ah¨ª se mete al medio para tirar¡±, explica el hoy futbolista del Getafe.
El Madrid tiene suerte. Draxler sale de una lesi¨®n y es probable que no juegue demasiados minutos, incluso que no est¨¦ en el equipo titular. La baja es especialmente sensible para el Schalke, un equipo sin grandes recursos t¨¦cnicos. Un equipo que lo libra casi todo a la organizaci¨®n, el entusiasmo y la fuerza. La revoluci¨®n del f¨²tbol alem¨¢n ha tardado en llegar a Gelsenkirchen.
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