Odom debuta en la penumbra

Unicaja gan¨® (porque se lo mereci¨®) y el Laboral Kutxa perdi¨® por la misma raz¨®n. Pero en el canto de esa moneda estaba Lamar Odom, del que Scariolo hab¨ªa anunciado que estaba bien de juego pero mal de agujetas. Ganaba Unicaja 19-35 en el segundo cuarto, con serenidad, acierto, sin apelar al juego barroco ni agarrarse al estructuralismo, jugando a secas (que no es poco), o sea ganaba bien, cuando a la cancha del Buesa Arena salt¨® Lamar Odom. En el canto de Odom estaba el presente y el inmediato futuro del Baskonia. El p¨²blico pens¨® que quiz¨¢s se pod¨ªa remontar al conjunto malague?o o, en su defecto, empezar a remontar una temporada m¨¢s gris que un oto?o noruego. A falta de 6,09 m. sali¨® Odom, mascando chicle, con aire tranquilo. A falta de 4,04 minutos para concluir el segundo cuarto hizo su primera falta personal en la Euroliga, a falta de 3,42 minutos puso su primer tap¨®n a Granges, a falta de 1,55 minutos lanz¨® su primer triple (que no entr¨®) y a falta de unos segundos para concluir el per¨ªodo tuvo su primera p¨¦rdida, bien es cierto que a cambio de un pase horroroso. Hasta ah¨ª lleg¨® su primera hoja de servicios en el Baskonia porque ya no volvi¨® a la cancha, quiz¨¢s por las agujetas. Sali¨® con -11 en el marcador y se fue con -23. No fue su culpa. Fue una culpa colectiva, incluido Scariolo que aline¨® a su versi¨®n B durante todo el cuarto permitiendo al Unicaja hacer caja para lo que pudiera venir y que acab¨® ganando 71-81.

Porque el equipo de Joan Plaza iba a lo suyo, ajeno a la penumbra de Odom -que Scariolo encendi¨® para iluminar la decepci¨®n que le persigue-, apelando a Stimac, un laborante encomiable, a la mu?eca de Toolson o Urtasun y a un banquillo profundo en el que cada cual sabe su papel. Bien es verdad que el Unicaja tambi¨¦n se tambalea al primer temporal. En cuanto Nocioni tir¨® del coraz¨®n, ya en el tercer cuarto, con Odom chupando banquillo hasta el final, el Baskonia amenaz¨® con un golpe de Estado. Hab¨ªa perdido los dos primeros cuartos (16-26 y, sobre todo, 8-21), pero en el tercero lleg¨® a arrimarse hasta un 44-51 (tras un parcial de 18-2) que alter¨® el riego sangu¨ªneo del Unicaja, al que no le entraba nada y no defend¨ªa nada. A base de ritmo, el Baskonia se hab¨ªa metido en un partido que ten¨ªa perdido. A veces el coraz¨®n sustituye al cerebro o a los tendones de la mu?eca para sobrevivir en un naufragio.

Pero entonces aparecieron los presuntos secundarios de Joan Plaza. Urtasun, Carlos Su¨¢rez y Toolson anotaron lo que hab¨ªa que anotar desde el per¨ªmetro y el Baskonia volvi¨® a su cruda realidad. Odom animaba a la tropa, especialmente a Jelinek, al que Scariolo hab¨ªa abroncado en un tiempo muerto (¡°?despierta, despierta!¡±, le dijo y ya jug¨® muy poco), mientras el Unicaja iba a lo suyo, ajeno al efecto Odom, m¨¢s espectacular que pr¨¢ctico, m¨¢s cercano a la escenograf¨ªa que al gui¨®n del partido. Y el Unicaja se fue, con su juego pr¨¢ctico, superado el adormecimiento del tercer cuarto, cuando estuvo a punto de caerse de la cama, y mantuvo ventajas c¨®modas que le llevaron al 71-81 final que le mantiene con alguna opci¨®n de futuro y le deja al Laboral Kutxa sin ninguna esperanza de vida en la Euroliga. Una victoria en ocho partidos no es para pensar en la resurrecci¨®n. Ni siquiera con Odom.