¡°Obradoiro es un lugar donde se trabaja¡±
Quiso y lleg¨® a ser profesor de Historia, pero ha acabado ense?ando baloncesto. ¡°Me preguntan si mi sue?o era entrenar en ACB y en mi casa y yo digo que no porque ni siquiera pod¨ªa pensar que iba a ocurrir¡±, anticipa Moncho Fern¨¢ndez Vidal (Santiago de Compostela, 1969), entrenador del R¨ªo Natura Monb¨²s, el viejo Obradoiro, que encadena seis triunfos consecutivos y desde puestos de play-off encara esta tarde (Multiusos de Fontes do Sar, 18 horas por Teledeporte) al Real Madrid, invicto por resultados e imperial por juego.
Pregunta. ?Es posible la docencia con profesionales de elite?
Respuesta. S¨ª. Entrenador y profesor tienen en com¨²n aspectos de psicolog¨ªa, filosof¨ªa, pedagog¨ªa o metodolog¨ªa, aunque entre el profesor que conoc¨ª en los noventa y el de ahora poco hay que ver. Entonces quedaba el sustrato del maestro como persona que transmite conocimientos. Hoy ense?a a aprender porque los conocimientos est¨¢n al alcance de un click. La figura del magister tiende a desaparecer.
En nuestro juego?la toma de decisiones?es esencial y hay que ense?ar a tomarlas¡±
P. ?Usted ense?a a aprender?
R. Es fundamental. En nuestro juego la toma de decisiones es esencial y hay que ense?ar a tomarlas. Y disfruto con los que aprenden. Me interesa fichar buenos jugadores, pero sobre todo las buenas personas porque construimos sobre valores como la lucha, el esfuerzo o la generosidad.
P. ?Qu¨¦ le enganch¨® del viejo baloncesto?
R. Soy entrenador por el viejo baloncesto, por la medalla de Los ?ngeles. Y luego est¨¢ el recuerdo en directo del Obradoiro y por televisi¨®n del Madrid de Corbal¨¢n y Cabrera. Aquellos nombres de sus rivales: Simac, Mobilgirgi, Jolly Colombani¡
P. ?Se puede comparar aquel Real Madrid con el de Pablo Laso?
R. Es habitual intentarlo. Y err¨®neo. Es otra ¨¦poca, otros jugadores y equipos. Fue un equipo legendario y ¨¦ste tiene en su mano serlo. Puede acabar la Liga sin derrotas.
Ah¨ª es cuando Sar se enardece. Nuestra gente valora el orgullo por encima de todo¡±
P. Algo que ha cambiado es que apenas hay jugadores que pasen m¨¢s de cinco a?os en un equipo.
R. La continuidad ayuda a ganar y hacer afici¨®n. Pero hay otro nivel de fidelizaci¨®n que es el escudo. En el Obradoiro la gente entiende que quien triunfa tiene que irse. Y se genera un orgullo tal que el aficionado hace suyo el ¨¦xito. Lo que no nos permitir¨ªan es que traicion¨¢semos nuestros valores, que esos chicos se fuesen y llegasen otros que no sintieran lo que es pertenecer al Obradoiro.
P. ?Esos valores tienen que ver con la grada?
R. Totalmente. Hay una retroalimentaci¨®n. Y si me pregunta qu¨¦ es lo primero, si huevo o gallina, le digo que la pista. En Sar con un triple de Corbacho tiembla el pabell¨®n, pero cuando se roba un bal¨®n, hay un tap¨®n, una pelea y se cae saltando por encima de los asientos¡ Ah¨ª es cuando Sar se enardece. Nuestra gente valora eso por encima de todo, el orgullo. As¨ª que a los jugadores no les pedimos tanto que jueguen bien, que eso ya se les supone. Les decimos que, mientras lleven nuestra camiseta, entiendan lo que significa jugar con ella. Me ayuda el nombre porque les pregunto: ¡°?Sab¨¦is lo que significa Obradoiro en gallego?¡±. Me responden que no y entonces les explico: ¡°Lugar donde se trabaja, as¨ª que ya lo entend¨¦is¡±.
La continuidad ayuda a ganar y hacer afici¨®n. Pero hay otro nivel de fidelizaci¨®n que es el escudo. En el Obradoiro la gente entiende que quien triunfa tiene que irse.
P. ?Era as¨ª el Obradoiro que conoci¨® de ni?o?
R. No ten¨ªa esta capacidad de reflexi¨®n, pero este club es lo que es gracias a su historia, a ese ascenso m¨ªtico en Matar¨® y 2.000 personas en la pista del aeropuerto recibiendo a un equipo que era el primero que llevaba la ciudad a una Primera Divisi¨®n. Ese recuerdo pervive y es algo maravilloso. Ahora tenemos que mantener lo que hay y generar una estructura que nos permita estar en ACB m¨¢s que pensar en si vamos a ser capaces de tener 10 millones para pelear arriba.
P. ?Le agrada una Liga sin descensos?
R. Como espectador me gustar¨ªa que los criterios para integrarla fuesen deportivos, con unas garant¨ªas. Y que el tercero y cuarto jugasen Euroliga, sin wild cards.
P. ?Ha estado en las reuniones organizadas por la ACB para mejorar la competici¨®n?
R. En la de los t¨¦cnicos. Y la primera reflexi¨®n que sali¨® all¨ª, parafraseando a Joan Laporta, fue: ¡°Al loro, que no estamos tan mal¡±. Es una competici¨®n muy bien organizada, con muchos medios. Los pabellones se llenan.
P. Y las audiencias televisivas se desploman.
Soy entrenador por el viejo baloncesto, por la medalla de Los ?ngeles. Y luego est¨¢ el recuerdo en directo del Obradoiro y por televisi¨®n del Madrid de Corbal¨¢n y Cabrera.?
R. Hay que cuidar el producto. Pero podr¨ªamos hablar horas sobre esto y ser¨ªa una charla de cafeter¨ªa. Un consejo de expertos tendr¨ªa que tomar decisiones para crecer, sabiendo que la oferta de ocio para el espectador es brutal.
P. El trabajo de entrenador s¨ª que ha evolucionado.
R. Es una profesi¨®n poli¨¦drica y maravillosa porque la capacidad de mejora es ampl¨ªsima. Una se?a de identidad del entrenador de baloncesto es la de compartir conocimiento. Eso es bueno porque as¨ª otros van a desarrollar tus ideas y eso te viene de vuelta. Y si hablamos de ego¨ªsmo, de no querer ense?ar lo que sabes, aqu¨ª la clave no es saber sino aplicar.
P. Usted pudo ir al Madrid como ayudante de Ettore Messina.
R. Hubo una oferta y no la acept¨¦ porque las condiciones, en general, no eran las que yo entend¨ªa mejores para ir all¨ª. Que preguntasen por m¨ª es un orgullo.
P. ?Se ve muchos a?os en un equipo o ir¨ªa en contra de su ansia de aprendizaje?
R. Ojal¨¢ me quedase donde estoy los pr¨®ximos 20 a?os. El aprendizaje va en la forma de ser no en el sitio donde trabajes. Siempre recomiendo a los entrenadores que empiezan un libro de John Wooden (entrenador de UCLA de 1948 a 1975) llamado They call me coach (Me llaman entrenador). En la cultura norteamericana cuando pones coach por delante de tu apellido implica un respeto. No se habla de un tipo que hace cambios o ense?a bloqueos sino de algo m¨¢s.
P. ?Aspira a que le llamen coach?
R. Claro, tengo mi ego. Pero me conformo con que mi paso por la vida se dedique a hacer lo que m¨¢s me gusta, entrenar.
P. ?Y la Historia d¨®nde queda?
R. En mi mesilla de noche. Lo que ha quedado al margen es la idea de ser profesor. Ahora el baloncesto es mi vida y la Historia mi hobby. Han cambiado las tornas.
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