No hay quien se apiade del Betis

No hay Dios que se apiade del Betis por muy bien que le caiga a todo el mundo, a excepci¨®n, claro, del Sevilla. Esta vez perdi¨® en el Camp Nou despu¨¦s de meterse un gol en propia puerta y tomar dos penaltis muy tontos, faltas que se pitan a los equipos que est¨¢n en ca¨ªda libre cuando enfrentan a los grandes. La soga del descenso acabar¨¢ por ahorcar a los chicos de Calder¨®n. Imposible animarse, arrancar a bailar o cantar ¡°Viva er Beti manque pierda¡± ante tanta fatalidad. El Bar?a fue un simple espectador de la desgracia b¨¦tica en una jornada m¨¢s social que futbolera por el refer¨¦ndum del Camp Nou.

Vive el Bar?a en el punto de penalti desde su salida del Bernab¨¦u. No perdona Messi, ni que sea en el rechazo, como en el segundo de este s¨¢bado despu¨¦s de la parada de Ad¨¢n. El 10 marca los goles y las jugadas las pone Neymar. El brasile?o ha sido el protagonista de la mayor¨ªa de acciones que han acabado en los 11 metros ¡ªlos ¨¢rbitros han pitado cinco penas m¨¢ximas a favor del Bar?a en las cuatro ¨²ltimas jornadas¡ª. Su entrada coincidi¨® con el 3-1, a cinco minutos del final, momento decisivo porque el gol rondaba sin parar la porter¨ªa de Pinto. A falta de f¨²tbol y muy desfigurado el equipo, relajado Iniesta, volvieron a valer las jugadas en el Bar?a en un encuentro malo y pastoso.

El partido nunca despert¨®, seguramente porque el sol tibio y reluciente invitaba a la siesta, hab¨ªa muchas familias a mitad de camino de la zona de votaci¨®n del estadio y la cancha y los dos equipos no ten¨ªan ninguna prisa, ni por ganar ni perder, como si el resultado ya estuviera escrito. Aguardaba el Betis en su cancha con tres medios para inutilizar el juego interior azulgrana y el Bar?a no daba pie con bola hasta que apareci¨® Alexis.

Ya se sabe de la agresividad e intervencionismo del chileno, decisivo para entender las opciones azulgrana en la Liga. Alexis dom¨® con un control excelente un bal¨®n despedido en un rechazo de Bartra, y empez¨® un carrusel de recortes, por dentro y por fuera, sin saber muy bien hacia d¨®nde apuntaba, hasta que meti¨® la pierna Jordi Figueras. El ¨¢rbitro pit¨® penalti y Messi venci¨® a Ad¨¢n con el mismo temple que con anterioridad hab¨ªa conseguido que doblaran la rodilla Diego L¨®pez y Casilla.

Infalible desde los 11 metros, en el Bernab¨¦u, en Cornell¨¤ y en el Camp Nou, el 10 amag¨® y tir¨® a la derecha de Ad¨¢n, para contar su gol 16 en los ¨²ltimos 11 choques. El ritual de cada partido, el penalti de rigor, desequilibr¨® una contienda muy mansa, sin intensidad, discontinua, nada nuevo en el Bar?a. El equipo azulgrana se estira en exceso, se distrae a menudo, el juego se ralentiza constantemente y le cuesta asegurar el resultado, incluso en su feudo. La victoria ante el Betis parec¨ªa tan sencilla que los delanteros se recrearon sobremanera ante Ad¨¢n.

Hab¨ªa excesivos regates, muy poco ritmo y la concentraci¨®n y tensi¨®n abonaban las transiciones del Betis, las m¨¢s problem¨¢ticas resueltas por la capacidad de rebanar la pelota de Busquets. La hinchada se puso incluso a corear el nombre de Busquets despu¨¦s de su contencioso con Pepe en Chamart¨ªn de la misma manera que nada m¨¢s empezar hab¨ªa aplaudido la grandiosa pancarta institucional de ¡°La Masia no se toca¡±.

Acabado el homenaje a Busquets, la afici¨®n reclam¨® el 2-0, que tard¨® en llegar, tanto por las buenas intervenciones de Ad¨¢n como por la pereza de las estrellas del Barcelona. No se aplicaban mucho Iniesta ni Messi y tampoco era el d¨ªa de Pedro, sin ritmo, fuera de las alineaciones de gala. A pesar de atacar con tres delanteros, dos extremos bien abiertos, no flu¨ªa el f¨²tbol sin el alborotador Neymar ni el llegador Cesc. Tampoco apretaba el Betis. El encuentro se puso tan aburrido y tonto que algunos ni?os reclamaban a los padres el regreso a las actividades dispuestas con motivo del refer¨¦ndum del Camp Nou.

Incluso aparecieron los pitos de los socios m¨¢s exigentes cuando la pelota pas¨® a ser propiedad del Betis. No sal¨ªan los azulgrana de su cancha, reiterativos incluso en patear en largo la pelota, nada de jugar en corto, como demanda la carta de naturaleza del equipo. Los reproches se suced¨ªan en los jugadores del Bar?a. Calder¨®n vio que el partido estaba muy abierto y no tard¨® en dar entrada a Jorge Molina y Rub¨¦n Castro. La dinamita del Betis exigi¨® un mayor rigor defensivo en el Barcelona.

Ausente Piqu¨¦, no hab¨ªa manera de salir del ¨¢rea con el bal¨®n, de manera que el partido pas¨® a ser del Betis. Jordi Figueras se meti¨® en propia puerta el 2-0, despu¨¦s de interceptar un centro de Adriano para Pedro, y acto seguido Rub¨¦n Castro rubric¨® una entrada de N¡¯Diaye: 2-1. Paralizado Martino, el Camp Nou no se sacaba el p¨¢nico de encima, m¨¢s atento a Pinto que a Messi, hasta que se asom¨® Neymar. El brasile?o se ha convertido en el jugador estrella del Bar?a. Aparece de forma decisiva en cada partido, ya sea en Madrid, en Cornell¨¤ o en Barcelona, como esta vez, cuando un centro suyo desde la izquierda dio en la mano de Amaya, el ¨¢rbitro silb¨® otro penalti y de nuevo marc¨® Messi.

El 10 necesit¨® un doble remate porque su tiro inicial a la izquierda del meta fue rechazado por Ad¨¢n. El rechazo, sin embargo, qued¨® a merced del argentino y el Barcelona cont¨® el 3-1. Al Betis, definitivamente, le ha mirado un tuerto, derrotado de mala manera, desafortunado en las ¨¢reas, tambi¨¦n en la de Pinto. Ninguno de los muchos rebotes de que dispusieron los verdiblancos en las faltas que lanzaron cay¨® a uno de sus delanteros y en cambio cada intercepci¨®n de sus defensas supuso un gol del Bar?a, muy disperso, escaso en el tiro, nada serio, pendiente seguramente del partido del mi¨¦rcoles en el Calder¨®n.

La Liga se lleva, m¨¢s o menos bien, igual que le pas¨® al Atl¨¦tico con el Villarreal. Europa, en cambio, exige esfuerzo, determinaci¨®n y aplicaci¨®n, atributos ausentes este s¨¢bado del Camp Nou, protagonista de la jornada por encima del propio Bar?a.