El Rayo manda en Vallecas
La cuarta victoria seguida como local, ante el Celta (3-0), deja al equipo de Paco J¨¦mez m¨¢s cerca de lograr la permanencia
Ha pasado apenas mes y medio desde aquel mediod¨ªa en el que el ¨²nico fondo poblado del estadio de Vallecas le dijo a sus futbolistas que all¨ª no se rend¨ªa nadie por m¨¢s que estuviesen cinco puntos por debajo del list¨®n de la salvaci¨®n. Fue una catarsis. Esta noche el Rayo Vallecano, siete jornadas despu¨¦s, durmi¨® seis arriba sobre el descenso, con la sensaci¨®n adem¨¢s de haberse hecho fuerte en su feudo, donde ha ganado los cuatro partidos tras aquella comuni¨®n entre grada y el c¨¦sped. Dos victorias m¨¢s y habr¨¢ llegado a la meta, id¨¦ntica distancia que separa al Celta de ella. De conseguirlo ambos ser¨ªa una magn¨ªfica noticia para aquellos que piensan que la modestia no implica planteamientos r¨¢canos: Rayo y Celta tienen un plan n¨ªtido y respetan a la pelota, al espectador y, por qu¨¦ no reconocerlo, tambi¨¦n al futbolista.
RAYO, 3; CELTA, 0
Rayo Vallecano: Rub¨¦n; Arbilla, Z¨¦ Castro, G¨¢lvez, Rat; Rochina (Ra¨²l Baena, m. 54), Sa¨²l, Trashorras (Nacho, m. 66), Iago Falque; Bueno (Jonathan Viera, m. 75) y Larrivey. No utilizados: Cobe?o, Lass, Longo y Embarba.
Celta: Yoel; Hugo Mallo, ??igo L¨®pez, Font¨¢s, Jonny; Krohn-Dehli; Orellana (?lex L¨®pez, m. 45), Rafinha, Augusto (Bermejo, m. 62), Nolito; y Charles (Santi Mina, m. 68). No utilizados: Sergio, Cabral, Aurtenetxe y Borja Oubi?a.
?rbitro: P¨¦rez Montero. Expuls¨® a Rat (m. 63). Amonest¨® a G¨¢lvez, Larrivey y Nolito.
Goles: 1-0. M. 26. ??igo L¨®pez, en propia meta; 2-0, m. 49, Bueno; 3-0, m. 59, Bueno
Vallecas. Unos 12.000 espectadores
Al futbolista le gusta tener el bal¨®n. Paco y Luis Enrique se lo quieren dar. Pero s¨®lo se juega con uno y de inicio lo tuvo el Celta en un partido complicado de descifrar para los futbolistas, constre?idos a manejarse en escuetos espacios, sin respiro. Al Rayo le cost¨® asentarse porque no encontr¨® los caminos hacia Trashorras o siquiera hacia Larrivey para que su corpulento delantero ejerciese de pivote y pusiese en juego a quienes transitaban tras ¨¦l. Era un partido que se jugaba desde la pizarra, marcado por una curiosa paradoja que define a Rayo y Celta, dirigidos por t¨¦cnicos que privilegian el talento, pero exigen una f¨¦rrea disciplina. Desde la estrategia pudo adelantarse el equipo gallego si ??igo L¨®pez hubiera resuelto su ventaja en el ¨¢rea peque?a tras un revirado saque de esquina. Pero golpe¨® primero el Rayo, por m¨¢s que estuviese jugando menos. Marc¨® en cuanto encontr¨® campo de acci¨®n entre la espalda de Krohn-Dehli y el frente de los centrales. Por all¨ª entr¨® Bueno para aprovechar un resbal¨®n de Hugo Mallo y abrir de paso un carril para Iago Falque. La jugada tuvo un origen m¨¢s noble que su finalizaci¨®n, un remate de Rochina que golpe¨® en ??igo L¨®pez para colarse a la red entre una mara?a de piernas.
El gol sac¨® al Celta del partido, detalle que ofrece una lectura inquietante para el equipo de Luis Enrique. De pronto perdi¨® la iniciativa y convirti¨® a hombres como Orellana, Charles y Nolito en irrelevantes. Larrivey pudo marcar el segundo con un h¨¢bil testarazo, pero fue Bueno nada m¨¢s regresar del descanso el que sentenci¨® con dos tantos, el primero de ellos tras uno de los pocos errores del meta Yoel durante este curso. Pero con una goleada y media hora por delante el Rayo no se pudo permitir dejar de remar porque Rat agredi¨® a Charles y se fue merecidamente expulsado. Apret¨® el Celta, que acab¨® el partido como lo empez¨®: con el bal¨®n en los pies, pero sin concrecci¨®n.
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