Las tres edades del golf

Nunca fue m¨¢s cierto aquello de lo que presume Miguel ?ngel Jim¨¦nez: que ¨¦l es el golfista de las tres generaciones. Porque en esa ¨²ltima jornada del Masters de Augusta eran tres los grupos de edades que luchaban por la chaqueta verde, las tres generaciones con las que ha vivido El Pisha: la suya, la de Tiger y la actual.

Entre los de su quinta, Jim¨¦nez, que tiene 50 a?os, ve¨ªa a Chema Olaz¨¢bal (48), a Bernhard Langer (56), a Sandy Lyle (56), a Fred Couples (54), dando batalla por el campo, reconoci¨¦ndose unos a otros como viejos soldados. Entre los chicos que se criaron en los mismos tiempos que Woods (38 a?os) se alineaban Bubba Watson (35), Matt Kuchar (35)¡­ Y a lomos de la descarada juventud de Jordan Spieth (20 a?os) cabalgaban tambi¨¦n Rory McIlroy (24) y Rickie Fowler (25). Aquello parec¨ªa una cena familiar navide?a, con los abuelos contando batallas, los hijos poniendo orden y los nietos revolucionados.

El que en definitiva puso las cosas en su sitio fue Bubba Watson, que recuper¨® para el armario la chaqueta verde que hab¨ªa ganado en 2012. La escena del a?o pasado se repiti¨® alterando esta vez modisto y cliente. Bubba visti¨® hace un curso al australiano Adam Scott y este le devolvi¨® el domingo la prenda. Su fortaleza de pegador, el plus de ser zurdo en Augusta (seis de los ¨²ltimos 12 campeones lo son) y el control de las emociones le dieron la gloria. Watson manej¨® los nervios mejor que Spieth, que a punto estuvo de romper el r¨¦cord de precocidad de Tiger en Augusta, finalmente segundo empatado con otra sorpresa, el sueco Jonas Blixt, un debutante entrenado por el gallego Jorge Parada. Y cuarto fue Jim¨¦nez, su mejor resultado en Augusta, incombustible con el medio siglo escrito en su carnet, aunque bajo el bigote notara un cierto sabor ¡°agrio¡± por lo que pudo haber sido y no fue. ¡°Puede que sea la vez que m¨¢s cerca me he sentido de ganar¡±, dijo con el puro entre los labios.

Jim¨¦nez comparti¨® ronda con Fowler y en la coincidencia de la pareja en el campo pudo verse la diferencia entre dos mundos. Ya no solo por ese color naranja chill¨®n con el que suele vestir el estadounidense (25 a?os les separan, toda la vida de Fowler), sino porque la pegada del joven marcaba diferencias con el veterano. Cosas de aquella revoluci¨®n f¨ªsica que Tiger inici¨® precisamente en Augusta en 1997.

Sergio Garc¨ªa, s¨¦ptimo, pierde una posici¨®n en el r¨¢nking tras su visto y no visto en Augusta

Woods lo cambi¨® todo y ahora al golf le cuesta acostumbrarse a una era en la que no hay rey. Sigue siendo el n¨²mero uno, pero ya no domina, no gana grandes desde 2008, no es temido. A sus espaldas se discute qui¨¦n ser¨¢ el valiente que d¨¦ un paso al frente. Por lo visto en Augusta, Jordan Spieth apunta a figura, ah¨ª est¨¢n McIlroy y Fowler, y Jim¨¦nez dej¨® demostrado que los suyos no han dicho la ¨²ltima palabra. El de Churriana debuta este viernes en el circuito s¨¦nior estadounidense, en Atlanta, pero ser¨¢ solo una parada para ver de qu¨¦ va aquello y volver luego entre los muchachos. Se le ha metido en el entrecejo al Pisha estar en la pr¨®xima edici¨®n de la Ryder y ya se sabe que es un cabezota.

Jim¨¦nez escal¨® ayer ocho posiciones en el r¨¢nking mundial, del 40 al 32. Bubba Watson es cuarto y Jordan Spieth, noveno. Sergio Garc¨ªa ha perdido una posici¨®n, s¨¦ptimo, despu¨¦s de su visto y no visto en el Masters. Las tres generaciones siguen d¨¢ndose codazos.